El Banco de Inglaterra rebaja el nivel de catástrofe de un hipotético Brexit 'duro'

  • Mientras se ultima un acuerdo entre Reino Unido y la UE, las previsiones económicas del gobernador Mark Carney mejoran respecto a hace un año.
El Banco de Inglaterra estudia emitir billetes fabricados en plástico en 2016
El Banco de Inglaterra estudia emitir billetes fabricados en plástico en 2016

Mientras se ultima un acuerdo entre Reino Unido y la UE, las previsiones económicas del gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, mejoran respecto a hace un año. En un carta a la comisión del Tesoro, Carney considera que, si hubiera una salida de la UE sin acuerdo el 31 de octubre, la economía se contraería un 5,5%, en lugar del 8% pronosticado el noviembre anterior. De hecho, según las nuevas previsiones, el desempleo aumentaría hasta el 7%, y no el 7,5% antes previsto y la inflación subiría un 5,25% y no un 6,5%. A pesar de todo, este martes ha explicado que espera "grandes oscilaciones" de los mercados financieros a medida que se alcanza la "fase crítica" del proceso del Brexit.

"Los acontecimientos de los próximos días, de las próximas semanas, tendrán un impacto material en el valor de la libra, en el valor de las acciones, en el coste de la deuda del Reino Unido para los bancos y las empresas británicos, en cualquier dirección, dependiendo de cómo sean esos acontecimientos", afirmó. Y es que, esta semana, el Gobierno de Boris Johnson y la UE negocian a contrarreloj para tratar de consensuar un tratado que regule la retirada del bloque el 31 de octubre, pero el primer ministro británico sigue perseverando en que el país saldrá en la fecha prevista con o sin acuerdo.

Carney, que acaba su mandato el 31 de enero de 2020, compareció este martes ante la comisión de enlace del Tesoro de la Cámara de las Comunes, donde respondió a preguntas de los diputados y del público sobre el estado del sistema financiero, donde reveló que los bancos del Reino Unido son "neutros" sobre la evolución de la libra esterlina en el contexto del Brexit. Además, explicó que "han recibido instrucciones para no tomar grandes posiciones apostando a favor o en contra" de la divisa británica y vaticinó que las posibles actividades especuladoras de los fondos de capital riesgo "no alcanzarán al núcleo de la economía".

Dijo, no obstante, que sería partidario de convertir en delito los abusos cometidos en el mercado de divisas, en relación a las apuestas en contra de la libra. Carney auguró que los movimientos de la moneda del Reino Unido pueden ir "en cualquier sentido" -al alza o a la baja- según lo que ocurra y admitió que habrá individuos y entidades que acierten y se enriquezcan. Además, preguntado sobre si le preocupa "que algunas personas con mucho dinero vayan a beneficiarse de un Brexit sin acuerdo", dijo que, "aunque pueda haber gente que se enriquezca, serán superados por el número de personas que se empobrecerá".

Después de desplomarse un 19% tras ganar la salida de la UE en el referéndum de 2016, la libra esterlina ha sufrido grandes oscilaciones, en base a los acontecimientos políticos y el estado de las negociaciones con Bruselas. Eso sí, Carney reiteraba el martes que el sistema bancario británico, sometido a estrictas pruebas de solvencia, está bien preparado para absorber los efectos de un fuerte impacto económico y, si lo necesitara, tendría acceso a unos fondos de reserva.

Negociación exprés con la UE

Sea como fuere, durante esta semana el Gobierno de Boris Johnson ha intensificado las reuniones con la UE para alcanzar un acuerdo antes del 19 de octubre, la fecha límite establecida por la ley aprobada por los comunes en septiembre y que obliga al primer ministro británico a solicitar una prórroga a Bruselas si no se sellase un pacto de cara a esa fecha. Por eso, hace dos semanas, Johnson presentó una propuesta de acuerdo a los negociadores de la UE para evitar una situación de absoluta incertidumbre política y jurídica en Reino Unido.

Sin embargo, los planes de Boris Johnson para sustituir la polémica salvaguarda destinada a evitar una frontera física en la isla de Irlanda tras el Brexit fueron rechazados inicialmente por Irlanda y la UE, pero se entiende que ha podido hacer concesiones que propicien el consenso. No obstante, y pese a los últimos progresos logrados entre los negociadores europeos y británicos, la estrechez del calendario podría hacer necesaria una nueva prórroga para cerrar todos los flecos y lograr la aprobación del Consejo Europeo y el Parlamento Británico.

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