El doctor Bassam Osman

Un médico desde Beirut: "Recibimos a 500 personas en solo seis horas"

Un médico joven ha contado a 'La Información' cómo vivió  las explosiones registradas el martes por la tarde en el puerto de Beirut, que han dejado más de 150 muertos y 5.000 heridos.

El doctor Bassam Osman durante la noche que siguió a las explosiones
El doctor Bassam Osman durante la noche que siguió a las explosiones
@_bosman_

"Yo estaba en la reunión semanal con mi equipo en la planta baja del hospital, como todos los martes. Era un día cualquiera hasta que escuchamos la explosión. Nosotros estamos acostumbrados a escuchar sonidos de bombas constantemente por los conflictos que sufre el país, pero esto fue peor. El estruendo de la detonación sonó tan fuerte que pensamos que había ocurrido dentro del complejo. Primero se escuchó el estallido y después cómo se desplomaban edificios enteros. Se derrumbaban los tejados. Entramos en pánico por el miedo a que se nos cayera el centro encima. Después de unos minutos pudimos subir a la primera planta y vimos a través del cristal de la puerta una gran nube naranja y a otros colegas y enfermeras gritando. Estábamos muy cerca. A dos kilómetros como mucho".  Bassam Osman, un médico local, ha contado a 'La Información' cómo vivió su hospital la catástrofe que dejó la explosión de un inmueble que almacenaba 2.750 toneladas de nitrato de amonio en Beirut el pasado martes. 

El joven de 27 años presenció algo que nunca se imaginó durante sus estudios. "Un grupo de doctores veteranos nos llevó al área de Emergencias para preparar la llegada de los afectados. No fue fácil. La sala estaba llena de polvo y escombros. Tuvimos que actuar rápido. Solo contamos con un margen de 10 minutos para asimilar lo que estaba pasando. De un momento a otro llegaron todos. Optamos por abrir una sola puerta para facilitar el proceso de triaje y derivar a cada paciente a alguna sala en función de sus heridas. Creo que recibimos cerca de 500 pacientes en las primeras seis horas". El último balance del Gobierno constata que la crisis dejó 150 muertos y 5.000 heridos.

hospital Beirut
El hospital donde trabaja Bassam Osman.
Twitter

El panorama era desolador. La explosión sorprendió al concurrido puerto a las 18:00 cuando "muchos compañeros ya se habían marchado a casa. Éramos 25 doctores para atender a 500 personas. Eso sí, poco a poco se fueron sumando todos los que se habían ido. Sabían que tenían el deber de apoyar y regresaron". Además, muchos  hospitales de la zona quedaron completamente destruidos y los médicos que se encontraban cerca se pusieron manos a la obra y comenzaron a atender a los heridos hasta en las calles, según Osman. Su centro "estaba bien, pero hubo un momento en que se fue la luz. El apagón fue un gran obstáculo para tratar a los pacientes. Muchas heridas tenían vidrio y metal dentro. No puedes cerrarlas así. Lo sufrimos, pero gracias a la labor de los técnicos pudimos retomar la actividad en un par de horas".

El problema 'insalvable' fue otro: "La falta de material sanitario. Llevamos meses sin insumos. Estamos inmersos en una crisis económica. No hay dinero. Los pocos recursos con los que contábamos estaban siendo utilizados para atender a los contagiados de coronavirus. La explosión agudizó el problema". El médico ha relatado que el incidente fue como una representación del clima social de descontento que se respira en el país hacia el Gobierno: "Yo soy doctor y debería permanecer neutral ante estas cuestiones, pero esta explosión me ha forzado a hablar. Los doctores, enfermeros y profesionales de la salud estamos en un estado de furia y rabia. Nuestro Gobierno es un cáncer que vive entre nosotros y nos sofoca desde hace 30 años". 

Doctores
Una reunión entre los sanitarios para coordinar las labores.
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Osman ha denunciado la 'culpa' que tienen las autoridades sobre lo ocurrido. Nos expusieron a todos. Niños, mayores, personas enfermas... Permitieron que paseáramos alrededor de una pequeña bomba nuclear sin ningún tipo de responsabilidad y ahora nosotros tenemos que lidiar con las consecuencias físicas y emocionales. No podemos ignorar lo que pasó. Lo más indignante de los últimos días ha sido el descaro con que los políticos han acudido a las zonas destrozadas como si les interesara el pueblo cuando se han dedicado todos estos años a hacerse más ricos". La remontada no será sencilla. El gobernador de Beirut, Maruan Abboud, ya ha cifrado en entre 8.000 y 12.000 millones de euros la factura de los daños.

Y la situación de las arcas del Estado no juega a su favor. El Líbano carga a sus espaldas una deuda pública de casi 90.000 millones de dólares, el 170% de su PIB. Con las cuentas en rojo, la desconfianza hacia una pronta recuperación reina entre los ciudadanos. Osman ha asegurado que "si esto hubiese ocurrido en un país normal la gente sí sería capaz de reponerse y sanar las heridas, pero aquí no. Nos hemos enfrentado a fuerzas destructivas una detrás de otra y no podemos más. La inflación, las crisis económicas, las huelgas contra el Gobierno, el coronavirus… La explosión ha sido como un 'knockout' a toda la energía que nos quedaba. Nos sentimos moral y mentalmente devastados".

Para el joven médico la clave está en el "apoyo internacional, pero entiendo que la comunidad no confía en nuestros gobernantes por los señalamientos de corrupción que hay contra ellos". De hecho, el presidente francés Emmanuel Macron viajó a Beirut para acompañar a sus ciudadanos y fue recibido en el lugar de los hechos por los gritos de una señora que le pedía que "por favor, no le dé nada de dinero a nuestro Gobierno corrupto. No podemos aguantar más", a lo que él respondió "lo sé. No se preocupe. Eso es lo que voy a hacer. Ayudar a la gente, no al Gobierno". En la misma línea, Osman ha insistido en que "en el Líbano sí hay gente que vale la pena. Somos personas confiables y trabajadoras. Existen grupos que pudieran manejar bien los recursos. Los animo a ayudar. Las donaciones son necesarias con urgencia. Sé que no saldremos de esto solos".

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