Blair entra en campaña para rescatar a Brown

  • El ex primer ministro británico hace un llamamiento a los votantes para que juzguen al actual primer ministro por sus políticas y no por su campaña.
Blair pide a los votantes que juzguen a Brown por sus políticas y no por su campaña
Blair pide a los votantes que juzguen a Brown por sus políticas y no por su campaña

El ex primer ministro británico, Tony Blair, ha dado este viernes un espaldarazo al candidato laborista, Gordon Brown, haciendo un llamamiento a los votantes para que juzguen al actual primer ministro por sus políticas y no por su campaña.

El Partido Laborista se sitúa el tercero a menos de una semana de las elecciones generales del 6 de mayo y ha tenido obstáculos para remontar después de un episodio desafortunado, cuando Brown se refirió a una votante que le había preguntado en un acto de campaña sobre la inmigración como "intolerante", sin darse cuenta de que su micrófono estaba abierto.

Blair, quien ganó tres elecciones seguidas antes de entregar el poder a Brown en 2007, ha jugado un papel secundario en la campaña hasta ahora. Aunque Blair tiene el carisma del que muchos creen que Brown carece, es una figura divisiva entre los simpatizantes laboristas y el público británico en general. "El laborismo tiene todas posibilidades de triunfar. Pero tendremos más éxito (...) si nos centramos en la política", ha afirmado Blair durante una visita a un centro de salud de Londres.

Interrogado sobre si Brown fracasó a la hora de transmitir su mensaje en los tres debates electorales televisados, Blair respondió: "No creo que haya fracasado en absoluto. Si la gente mira y escucha realmente la sustancia, verán a alguien que está completamente por encima de sus actos".

La batalla electoral más reñida de Reino Unido prácticamente en los últimos 20 años se dirige a un resultado igualado, ya que aunque las encuestas sitúan en primer lugar al principal partido de la oposición, el Conservador, no le otorgan una mayoría segura.

La entrada de Blair en la campaña es arriesgada. Sus seguidores aseguran que es uno de los mejores líderes laboristas, pero sus detractores le retratan como una persona influyente pero superficial, que abandonó sus principios políticos a cambio del poder.

Su popularidad se resintió cuando respaldó la invasión de Irak liderada por Estados Unidos. Un millón de personas salieron a las calles de Londres para manifestarse contra la guerra y, más tarde, el ex primer ministro fue acusado de exagerar las pruebas con las que se justificó la guerra.

Además, una investigación sobre acusaciones contra los laboristas que indicaban que estos habían aceptado dinero de personas que luego recibieron títulos nobiliarios socavó más su popularidad. En el marco de este caso, se convirtió en el primer 'premier' en ser interrogado por la Policía en el curso de una investigación.

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