Carola Rackete dice que irrumpió en el puerto de Lampedusa por desesperación

La capitana del barco de la ONG alemana Sea Watch, Carola Rackete, posa a bordo de la nave el pasado 25 de junio. /EFE/EFE/ Till M. Egen/Sea-Watch
La capitana del barco de la ONG alemana Sea Watch, Carola Rackete, posa a bordo de la nave el pasado 25 de junio. /EFE/EFE/ Till M. Egen/Sea-Watch

La capitana del barco de rescate 'Sea Watch 3', Carola Rackete, ha asegurado que su irrupción en el puerto de Lampedusa con 40 inmigrantes a bordo de su navío se debió a la "desesperación" y al miedo a que algunos de los rescatados pudieran quitarse la vida tras varios días atrapados en el barco, según ha hecho saber a través de un diálogo con su abogado, enviado por el propio letrado al 'Corriere della Sera'.

Rackete se encuentra ahora detenida en Italia tras entrar en el puerto sin permiso de las autoridades, y está a la espera de una posible imputación por ignorar las órdenes de las patrulleras; un acto que el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, describió como una agresión a los agentes.

Si Rackete es imputada podría enfrentarse a una pena de entre tres y 10 años de cárcel. En caso contrario, sería deportada inmediatamente de Italia junto con la prohibición de regresar a territorio italiano en cinco años.

"Tenía miedo"

Rackete señala en la carta que "la situación era desesperada". "La gente que llevaba en el barco estaba exhausta. Yo tenía miedo", ha explicado la patrona del 'Sea Watch', quien llegó a temer que los migrantes rescatados se suicidaran en su navío tras dos semanas hacinados en el barco.

La capitana reiteró sus disculpas a la tripulación de una patrullera que embistió durante la maniobra de atraque. "Desde luego que no quería ir a la patrulla de la Guardia di Finanza. No era mi intención poner en peligro a nadie. Por eso ya me he disculpado y lo repito: estoy muy triste de que haya ocurrido así", según la misiva.

En el momento del incidente, "los migrantes del barco ya habían comenzado a autolesionarse y tenía miedo de que terminaran suicidándose". "En el barco", añadió, "nos turnamos durante días, incluso de noche, por temor a que alguien se tirara por la borda. Y para ellos, que no saben nadar, significa el suicidio".

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