Cisma en 'Podemos': la dirección desautoriza a Rodríguez y borra las 'líneas rojas' para la investidura andaluza

    • Desde Madrid se renuncia a condicionar su apoyo a Susana Díaz a la dimisión de Chaves y Griñan, exigida por Rodríguez.
    • La dirección ofrece negociar sobre medidas más tibias: reducción de cargos públicos y que la Junta retire sus cuentas de los bancos que desahucien.

Podemos ha decidido borrar las líneas rojas que hasta ahora había expresado su candidata a la Junta, Teresa Rodríguez, para la investidura de Susana Díaz, y ha rebajado considerablemente el tono de la negociación. De esta forma, la dirección de Madrid desautoriza a su líder andaluza, que la pasada semana, en la reunión mantenida en San Telmo con la presidenta electa, condicionó el respaldo a varias exigencias, algunas difícilmente asumibles, como la dimisión de los expresidentes Chaves y Griñán, señalados en los ERE.

Para empezar, ni siquiera habla de "condiciones", sino de "propuestas", una rebaja lingüística más que considerable: Rodríguez y su equipo sí habían hablado claramente de "líneas rojas". "No ponemos condiciones, sino unas propuestas de sentido común, pero el diálogo sigue abierto y en Podemos estamos dispuestos a entendernos con todo el mundo", ha destacado hoy la secretaria de Coodinación Ejecutiva, Ángela Ballester.

Este cambio de postura resulta llamativo y se produce en un momento especialmente delicado para la presidenta en funciones de la Junta, que ha visto cómo el apoyo de Podemos podría resultar clave para el inicio de legislatura. La investidura, un procedimiento que habitualmente constituye un mero trámite, se le ha vuelto adversa después de que IU expresase que no la apoyaría por razones de "coherencia" política después de que ésta rompiese el anterior pacto de Gobierno, Ciudadanos impusiese también entre sus requisitos la dimisión de los expresidentes y se mostrase inflexible en la negociación y el PP condicionase el apoyo a un acuerdo escrito por el cual los socialistas se comprometerían a que gobernase la lista más votada en las municipales, requisito al que el PSOE se opone.

Así, pues, los puntos clave que la dirección introduce ahora son mucho más suaves que los trazados en Sevilla. El primero insta a que la Junta retire sus cuentas de los bancos que hayan realizado desahucios sin ofrecer a los afectados ninguna alternativa habitacional, la segunda es reducir de forma drástica los altos cargos públicos y la tercera es promover un pacto que obligue a un partido a responder como responsable subsidiario en casos de corrupción de altos cargos. La dimisión de Chaves y Griñán pasa para Madrid a un segundo plano.Desacuerdos Madrid-Sevilla

No obstante, la Coordinadora Ejecutiva no se ha expresado de forma rotunda sobre si el apoyo a Díaz está ya decidido o sobre si el hecho de que estos puntos no se cumplan significará que desde Podemos no se respaldará en ningún caso. "No nos posicionamos: ni sí, ni no ni abstención", ha afirmado Ballester en rueda de prensa tras la reunión de la dirección, "Corresponde a Susana Díaz decir qué le parecen y si las acepta y quiere posicionarse del lado de la gente o si sigue estando del lado de los privilegiados. La pelota está en su tejado. Esperamos que se lo piense". A la presidenta andaluza le bastaría el respaldo de Podemos, con quince diputados, para superar la investidura en primera vuelta. En caso de que todos los partidos se opongan, tendrá que ir a una segunda, en la que debería lograr una mayoría simple, que podría conseguir si Podemos se abstiene.

No es la primera vez que surgen desacuerdos entre la dirección del partido y la candidata andaluza. Rodríguez, hasta hace unas semanas compañera de Pablo Iglesias en el Parlamento Europeo, expresó su apoyo explícito a la vía de Echenique en la Asamblea Ciudadana que les enfrentó por un modelo organizativo con importantes diferencias: Echenique era partidario de una formación más horizontal y con una portavocía coral, mientras que Iglesias-ganador en las votaciones- diseñó un partido vertical, con círculos vaciados de poder y más personalista.

Más tarde, cuando la eurodiputada anunció su intención de participar en las primarias para elegir al candidato del partido a la Junta, Iglesias trató de imponerle a uno de sus hombres de confianza, Sergio Pascual, a su vez secretario de organización del partido. En los últimos días, Pascual ya había instado a llegar a acuerdos de gobernabilidad y a permitir la investidura. El número dos, Íñigo Errejón, había adelantado también que podría haber acuerdos con el PSOE andaluz.

El apoyo a la investidura, al menos con la abstención, podría ser el avance de nuevos acuerdos. Los que pretende Díaz para gobernar en minoría, apoyándose, de forma puntual, en el resto de grupos del Parlamento andaluz. El nuevo cariz de la negociación toma importancia considerando que desde Podemos se reitera la necesidad de suavizar el discurso y evitar los sesgos más radicales. Un mensaje en el que en campaña se le ha insistido a Rodríguez, partidaria de una propuesta más abrupta.

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