Otra tormenta perfecta

El coronavirus elige Nueva Orleans como mayor foco mundial: pobreza, Carnaval...

El coronavirus elige Nueva Orleans como mayor foco mundial: pobreza, Carnaval...
El coronavirus elige Nueva Orleans como mayor foco mundial: pobreza, Carnaval...
EP

Una ciudad demasiado acostumbrada al desastre a lo largo de su historia: incendios, fiebre amarilla y huracanes. Cada pocas décadas, Nueva Orleans sufre la sacudida de la naturaleza que mata a miles de sus habitantes y vuelve a poner a prueba las ganas de salir a bailar y cantar de su población. Siempre han resistido, pese al peaje letal que dejan atrás las desgracias. Cómo no, el coronavirus también ha elegido a la capital de Luisiana como su próxima favorita en la pandemia mundial. Y no hay un solo culpable en este caso, como puede parecerlo el multitudinario Carnaval celebrado a finales de febrero.

Al cierre de este jueves pasado, con más de 2.300 casos en un solo día en el Estado de Luisiana (con 4,5 millones de habitantes) se ha llevado la triste medalla de la mayor aceleración hasta ahora vista por la enfermedad en todo el planeta. En el mismo día que Estados Unidos se convirtió en el país con mayor número de casos en todo el globo, la capital americana de las tragedias vuelve a estar en el foco. A ser el foco, mejor dicho. 

Nueva Orleans vuelve a sufrir la peor parte de la pesadilla americana y, depende de a quién se lea (prensa nacional o local) la culpa es del Carnaval o de la pobreza endémica. No es la capital (que es Baton Rouge, un poco al norte según se sube el Mississippi), pero sí la más poblada y conocida, con unos 400.000 habitantes en el término municipal pero una población en los municipios colindantes que supera el millón. Solo en la ciudad de la música, y hasta el pasado jueves, han muerto 46 personas, o uno de cada 10.000 residentes (en todo Estados Unidos, se cuentan unos 1.200), según señala el 'Times Picayune', el principal medio de la zona.

Bastante peor es la situación en el condado de Orleans (el de la ciudad con el mismo nombre es el de Jefferson), que es el que engloba la zona metropolitana, la más poblada y deprimida (también es uno de los lugares con mayor índice de delincuencia nacional). Ahora mismo, es el condado con peor tasa de muertes por persona de todo el país, con un registro de 11,76 por cada 100.000 habitantes. El siguiente en la lista, el de Richmond en Nueva York (zona declarada hasta ahora de mayor riesgo nacional), registra una mortalidad de la mitad de personas.  

De inmediato, la prensa nacional ha buscado un culpable: el Carnaval. Para ser más concreto, la semana de festejos en torno al Mardi Gras (el martes víspera del miércoles de ceniza) que, como su nombre indica, terminó el 25 de febrero pasado. Durante los días previos, Nueva Orleans celebró su fiesta más multitudinaria, con cientos de miles de visitantes congregados y apiñados en las calles de todo el French Quarter y casi en cada barrio.

Y podría pensarse que es una razón lógica. Solo que los habitantes de Nueva Orleans defienden su fiesta más querida. Para empezar, porque el primer caso no se detectó en la ciudad hasta el 13 de marzo, con lo que las cuentas se van mucho más allá del periodo normal. No niegan que la fiesta haya supuesto un motivo de extensión (sobre todo, porque hasta mediados de mes no se tomó conciencia de hacer pruebas), pero de inmediato ponen encima de la mesa otros factores que explican por qué muere más gente que en ningún otro sitio y lo hacen más rápido: la pobreza secular que azota la zona. 

La pobreza, como es lógico, se traduce en mala salud. En este sentido, Nueva Orleans tiene tasas que duplican fácilmente a otras zonas del país afectadas por coronavirus de diabetes, obesidad, alta presión arterial... y que hacen a una buena parte de sus ciudadanos población de riesgo del brote. Un ejemplo: el 13% de los habitantes de Nueva Orleans está diagnosticado con problemas de azúcar, frente al 6% de los residentes en King County, el condado de Washington que incluye a Seattle y donde se dieron los primeros casos múltiples del Covid en Estados Unidos. Otra cifra: el 39% de los habitantes de Nueva Orleans tienen problemas de tensión arterial (alrededor del 20% en Nueva York).

Por último, y continuando con las comparaciones, los expertos sanitarios citados por el 'Times Pycayune' esgrimen otra cifra, como los 5.000 contagios que se habían contabilizado hasta el jueves en la rica Westchester (Nueva York) y la escasa incidencia mortal: solo un fallecido. En Nueva Orleans, en cambio, es todo lo contrario, con una tasa de mortalidad muy por encima de la media nacional. La última tormenta acaba de tomar tierra. 

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