Egipto elige un nuevo presidente en medio de las tensiones

  • Los votantes tendrán que optar entre Ahmed Shafik - último primer ministro del depuesto autócrata Hosni Mubarak - o Mohamed Morsy, ingeniero formado en Estados Unidos que pasó tiempo en cárceles de Mubarak y que convertiría a la nación más poblada del mundo árabe en una democracia islámica.

Egipto elige un nuevo presidente en medio de las tensiones
Egipto elige un nuevo presidente en medio de las tensiones
Reuters

El segundo día de votación arrojará el nombre del primer presidente libremente elegido en Egipto, pero el país afronta renovadas tensiones ante la intimidante elección entre un ex general de la vieja guardia y un islamista que dice que concurre para Dios, lo que deja a muchos votantes perplejos y con miedo al futuro.

Los votantes tendrán que optar entre Ahmed Shafik - último primer ministro del depuesto autócrata Hosni Mubarak - o Mohamed Morsy, ingeniero formado en Estados Unidos que pasó tiempo en cárceles de Mubarak y que convertiría a la nación más poblada del mundo árabe en una democracia islámica.

"Tenemos que votar porque estas elecciones son históricas", indicó Amr Omar, que votaba en El Cairo y que dijo que era un joven activista revolucionario.

"Votaré por Morsy... Aunque suponga elegir a los hipócritas islamistas, debemos romper el ciclo vicioso del estado policial de Mubarak".

La participación en las urnas en varias áreas pareció más baja el sábado que durante la primera ronda. Los centros se reabrieron a las 8 de la mañana el domingo (06:00 GMT) y cerrarán a las 9 de la noche.

Era imposible prever quién surgirá el lunes como ganador - y sea quien sea podría afrontar la cólera en las calles o acusaciones de juego sucio. Ambos candidatos tienen un amplio respaldo pero muchos votantes pueden mantenerse al margen, disconformes con tener que elegir entre extremos después de que los candidatos centristas fueran eliminados en la primera vuelta.

Los militares que gobiernan y que expulsaron del poder a Hosni Mubarak hace 16 meses ante las protestas callejeras de la Primavera Árabe han irritado a los Hermanos Musulmanes al disolver la semana pasada el nuevo parlamento, elegido apenas hace cinco meses y que dio la mayoría a los islamistas.

Una victoria de Shafik, de 70 años, que dice que ha aprendido la lección de la revuelta y ofrece seguridad, prosperidad y tolerancia religiosa, podría llevar a los islamistas a acusar de amaños de votos al estilo Mubarak y a protestas en las calles por parte de jóvenes desilusionados que convirtieron la plaza Tahrir de El Cairo en su campo de batalla el año pasado.

"El pueblo egipcio ha optado por la libertad y está haciendo prácticas democráticas", dijo Morsy al votar el sábado. "El pueblo egipcio no será defraudado y lo llevaré, si Dios quiere, hacia la estabilidad y la retribución".

Shafik, ex piloto de combate y jefe de las fuerzas aéreas cuyo segundo puesto ante Morsy en la primera ronda, apenas hizo declaraciones al votar.

RESULTADO INCIERTO

Si gana Morsy, beneficiándose de un movimiento forjado por décadas de lucha clandestina y de apoyo entre quienes dejan a un lado sus dudas sobre un gobierno islámico para bloquear la vuelta del antiguo régimen, puede verse frustrado por una élite militar poco cooperativa que tendrá que ceder el poder el 1 de julio.

Los Hermanos Musulmanes denunciaron de nuevo el sábado la decisión del Tribunal Constitucional de la era Mubarak, "como un golpe contra todo el proceso democráticos" e insistieron en que sólo un referéndum popular podría cambiar las elecciones parlamentarias.

Pero aunque esa decisión desatara comparaciones con los acontecimientos que llevaron a una sangrienta guerra civil en Argelia hace 20 años, los Hermanos han mostrado poco apetito por un enfrentamiento violento con el Ejército, el mayor del mundo árabe y equipado por Estados Unidos.

Si se impone Shafik, según sus seguidores, tanto él como el consejo militar que asumió los poderes de soberanía cuando Mubarak abandonó el poder, trabajaría en armonía para restaurar la confianza, principalmente para recuperar el turismo, pero sigue habiendo dudas de cuánto resistirán los islamistas y otros opositores.

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