El acusado de matar a un vecino en Porceyo (Gijón) afirma que se autoinculpó tras ser agredido por al Policía

  • La mujer del procesado asegura que su marido salió de la comisaría 'con la cara hinchada y con hematomas en el pecho''Mi ex marido tenía mucho miedo de su vecino y dormía con una escopeta debajo de la cama', apunta la ex mujer del fallecido

La mujer del procesado asegura que su marido salió de la comisaría "con la cara hinchada y con hematomas en el pecho""Mi ex marido tenía mucho miedo de su vecino y dormía con una escopeta debajo de la cama", apunta la ex mujer del fallecido GIJÓN, 25 (EUROPA PRESS) El hombre, Argimiro S. F., de 75 años, al que la fiscalía y la acusación particular piden 19 años de cárcel por matar a un vecino por unas rencillas que existían entre ambos desde hacía un tiempo, afirmó hoy que se autoinculpó después de ser agredido y amenazado por la Policía. "Me metieron los dedos y me daban con las rodilla", apuntó y añadió que "la Policía le coaccionó para que se autoinculpase". El juicio, que se celebra en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, comenzó hoy con la declaración del acusado, de su mujer y su hijo y de la ex mujer del fallecido, Arcadio Álvarez. Además declararon los psicólogos del juzgado. El juicio se reanudará mañana con el testimonio de varios vecinos. El acusado, que se negó a contestar a las preguntas del abogado de la acusación particular, negó los hechos ante el ministerio fiscal y a preguntas de su letrado. "Yo no maté a nadie", manifestó en varias ocasiones durante el interrogatorio. Argimiro S. F. declaró que no se acordaba de nada de lo que pasó ese día argumentando que "sufre demencia senil". Por el contrario, el procesado si manifestó ante el Jurado Popular que deliberará sobre el caso, que "la Policía le hizo firmar una declaración bajo agresiones y amenazas". Además, el acusado reconoció que tenía varios cuchillos en un tendejón de su huerta pero que "eran muy pequeños y que servían para picar la comida de las gallinas y de las ovejas que tenía". La versión de las amenazas por parte de la Policía fue ratificada por su mujer y por su hijo que declararon hoy en la sala. Su esposa manifestó que la Policía le hizo mucho daño". "Llegaron a pisarme los pies en varias ocasiones y me hicieron varias perrerías en la comisaría", relató la mujer, además destacó que "su marido tenía la cara hinchada y hematomas en el pecho cuando salió de la comisaría", añadió. Acusó también a los agentes de haberla llamado "furcia" y de haberle negado un vaso de agua cuando necesita beber al padecer una enfermedad. Por otro lado, la mujer señaló que entre el fallecido y el acusado "no existía ninguna relación de enemistad", aunque luego reconoció que mantuvieron algunos roces por culpa de las ovejas y de las gallinas. "En algunas ocasiones el fallecido me hacía gestos obscenos cuando mi marido no miraba", añadió. Por su parte, el hijo de ambos, que estuvo también dos días detenido por este asunto junto a su padre, manifestó que la Policía le hizo firmar una declaración que él nunca dijo. "Me amenazaron con meter a mi madre en los calabozos y con arruinarme la vida", señaló ante el jurado. "Conozco muy bien por otras personas las actuaciones de la Policía en ocasiones te esposan a la silla, te dan capones y te agarran por el cuello". Además, este testigo negó haber tenido asistencia letrada y que los agentes le leyesen sus derechos. Respecto a su padre, el testigo manifestó que sufría artrosis en sus manos "lo que dificultaba su movilidad", aunque trabajaba en la huerta y conducía su coche, y aseguró que su padre se olvidada de cosas. "Tenía problemas de memoria".EL FALLECIDO "TENÍA MUCHO MIEDO" Por otro lado, la ex mujer del fallecido declaró en el juicio, entre lágrimas, que su ex marido "tenía mucho miedo de su vecino". "Dormí con una escopeta debajo de la cama" y sufría llamadas telefónicas por la noche, declaró la mujer. "En ocasiones sentía como si le disparasen con una escopeta de perdigones a sus persianas", añadió. Su ex mujer le aconsejó que no saliese de casa "porque lo que pretendían el acusado y su hijo era matarlo". "Mi ex marido me decía que tenía ganas de irse de casa y de irse a vivir a un piso que le buscamos mis dos hijas y yo", declaró su ex mujer, y añadió que "iba a firmar la escritura de su nueva vivienda ocho días después de su muerte". Por último, los psicólogos del juzgado que examinaron al acusado, manifestaron que en el momento de los hechos el procesado tenía "intactas sus facultades intelectuales y volitivas". Señalaron que Argimiro S. F. "intentaba disimular una demencia senil" en algunas preguntas pero que contestó con "rapidez" un cuestionario con 71 apartados. "No se acuerda de lo que hizo ese día pero si se recuerda que la Policía le obligó a firmar una declaración que no había realizado", sostuvo uno de los forenses argumentando que el acusado fingía tener pérdidas de memoria. El acusado fue detenido en marzo de 2007, cuando se halló el cuerpo sin vida de la víctima, Arcadio Álvarez, dueño de la finca colindante a la del imputado. A día de hoy el arma utilizada no fue localizada por la Policía Un vecino fue el que halló el cuerpo, tumbado en el suelo y ensangrentado, tras lo que alertó a los servicios de emergencia sobre las 13.20 horas. La víctima presentaba una herida incisa visible en la parte frontal del tronco. Posteriormente, la autopsia confirmó la existencia de dos heridas incisas, una en el tórax y otra en el costado izquierdo, ésta última mortal de necesidad al afectar al corazón y provocarle daños irreversibles. Además, el cadáver fue encontrado cerca del vehículo de la víctima, con el motor en marcha y con la puerta del conductor abierta.

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