El frío y el viento, protagonistas del Festival de las Linternas en China

  • Las fuertes rachas de viento y el frío se convertieron hoy en los protagonistas del Festival de las Linternas en Pekín, festividad que cierra las del Año Nuevo lunar y que llena de tradicionales farolillos rojos la ciudad en la primera noche del año con luna llena.

Tamara Gil

Pekín, 6 feb.- Las fuertes rachas de viento y el frío se convertieron hoy en los protagonistas del Festival de las Linternas en Pekín, festividad que cierra las del Año Nuevo lunar y que llena de tradicionales farolillos rojos la ciudad en la primera noche del año con luna llena.

Miles de estas linternas artesanales son colocadas en los rincones más emblemáticos de la ciudad y en los portales de las casas para atraer la buena suerte en el decimoquinto día del primer mes del calendario lunar chino, en el que los chinos aprovechan para lanzar sus últimos petardos, antes de que vuelva a regir la prohibición que pesa sobre esta práctica en China.

Este año, el Gobierno ha advertido a la población que incremente la precaución en el uso de fuegos artificiales a fin de evitar posibles incendios, debido a las fuertes rachas de viento que se esperan, además de está previsto que el frío supere la próxima noche los 15 grados bajo cero.

Se trata de la primera advertencia de estas características que efectúa el Ejecutivo chino en los últimos dos años.

El Festival de las Linternas trae consigo cuatro días de celebraciones, que comenzaron el 3 de febrero y concluyen en la próxima madrugada con una tradicional cena familiar, en la que no faltan los 'yuanxiao', un tipo de dulce circular hecho de harina de arroz con varios rellenos de carne, frutos secos, fruta o azúcar, y con un doble sentido de fortuna, unión y buenos augurios.

El papel que juegan las linternas del color de la buena suerte en China se remonta a principios de la dinastía Tang (618-907), cuando la celebración se convirtió en una fiesta oficial de tres días de duración, con ferias en el centro de las ciudades donde estas luces se dejaban encendidas hasta el amanecer.

"Los farolillos los elabora la propia gente del pueblo. Usan plástico, papel de arroz, bambú, así como materiales desechables que reciclan para hacer un producto final amigable con el medio ambiente", dijo a Efe Lu Xiaodong, en un centro comercial de Pekín.

Hace años, la calle era el escenario de los espectáculos, pero la feroz construcción que vive la capital y la progresiva desaparición de los 'hutong' (callejones), originó que ahora se trasvasen los actos festivos a los centros comerciales.

Miles de personas se acercan a contemplar todo tipo de bailes folclóricos mientras se rinde homenaje a la tradición china. Muchas personas de avanzada edad y menores actúan con la cabeza llena de farolillos rojos en los que se pueden ver dibujados dragones de todas las formas y tamaños.

"Es la primera vez que lo veo, es muy curioso y me gusta mucho", dijo a Efe una joven trabajadora de una concesionaria de automóviles.

Algunas formaciones de artistas llevan años participando en este evento, como una treintena de mujeres jubiladas que tres veces a la semana enseñan su baile con tambores y cintas amarillas.

"Los hombres también participan. ¡No somos ni peores ni mejores, aunque, cuando ellos vienen, son ellos lo que mandan!", comenta entre risas una de las integrantes.

Entre las costumbres más populares de este día se encuentran también varios juegos, como el de intentar adivinar los mensajes secretos que albergan en su interior algunos farolillos o el conocido baile del dragón, que durante el Festival de las Linternas, lleva luces en el interior de este símbolo imperial.

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