Biden no se hunde

Trump se acerca a ganar las legislativas de EEUU pero lejos de una gran victoria

La victoria republicana todavía está en el aire y con el último escrutinio en la Cámara de los Representantes ganarían por 199 a 172, acercándose a los 218 de la mayoría absoluta, frente al reñido 47-48 del Senado. 

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Trump se acerca a ganar las legislativas de EEUU pero lejos de una gran victoria
EFE

Los republicanos van camino de hacerse con la victoria en el Senado y la Cámara de los Representantes de los Estados Unidos, pero se situarían lejos de la gran victoria que llevaba días proclamando el expresidente Donald Trump. Estados Unidos llegó a este miércoles con el control de ambas cámaras del Congreso todavía en el aire y es posible que así sea durante los próximos días, tras unas elecciones de medio mandato muy ajustados . Tanto las encuestas como la historia estaban del lado de los republicados, puesto que es habitual en EE.UU. el partido de la oposición al presidente consiga grandes logros en estos comicios, y aunque la victoria se decanta desy lado, en ningún caso será por un margen aplastante.

En un país donde no existe una autoridad electoral central y donde la sombra de la duda sobre la integridad de la votación ha sido una de las protagonistas de la campaña, los resultados electorales previsiblemente tardarán días en confirmarse, especialmente por lo estrecho de las votaciones. Así, a las 15:26 hora española y con el escrutinio muy avanzado en la mayoría de estados del país, los republicanos se habían asegurado 199 escaños en la Cámara de Representantes y los demócratas tenían 172, ambos por debajo de la mayoría de 218 necesarias para controlar la Cámara que hasta ayer estaba en manos del partido de Joe Biden (tenían 220 representantes frente a 212 de los republicanos, con tres vacantes). 

En el caso del Senado, el escenario está todavía más abierto, puesto que ambos partidos se encuentran prácticamente empatados con 48 senadores para el Partido Demócrata y 47 para el Republicano, cediendo éstos un asiento en los últimos minutos y con escaños todavía en juego. Esta igualdad se prolonga desde la cámara saliente, que ya contaba con 50 senadores para cada formación. 

Un Senado muy reñido

En el Senado estadounidense, según las proyecciones, ambos partidos aparecen igualados, pero todavía quedan por decidir cuatro contiendas clave: las de Wisconsin, Georgia, Arizona y Nevada. Según las proyecciones de los medios, Nevada y Wisconsin tendrían representantes republicanos y Arizona demócrata, mientras que en Georgia los candidatos probablemente tendrán que acudir a una segunda vuelta tras no obtener ninguno el necesario 50 % de los votos. Esta posible segunda vuelta se celebraría el próximo 6 de diciembre, y de ella dependería el futuro de la Cámara alta si se confirman el resto de proyecciones.

En las elecciones de este martes es el candidato demócrata, Raphael Warnock, quien ha obtenido más apoyos, un estimado 49,4 %, frente al 48,5 % del republicano Herschel Walker. Además, las autoridades locales ya han empezado a advertir de que tardaran en confirmar los resultados oficiales. En Nevada, por ejemplo, la secretaría de estado ha advertido de una demora en el conteo de miles de papeletas que se enviaron por correo ya que su ley estatal electoral permite que las papeletas puedan llegar hasta el próximo sábado, mientras fueran enviadas este martes. Este voto suele favorecer a los demócratas y a él se aferra la senadora demócrata Catherine Cortez Masto para mantener su puesto, que podría perder, según las estimaciones, frente al negacionista electoral Adam Laxalt.

La Cámara de Representantes, camino de ser republicana

En cuanto a la Cámara de Representantes, tampoco se conoce todavía qué formación la controlará durante los próximos dos años, aunque los republicanos van camino de recuperar la mayoría. Según las proyecciones de los principales medios de EEUU, los republicanos se aseguran 199 escaños, por 172 de los demócratas, pero ambos están aún lejos de los 218 necesarios para asegurarse la mayoría.

Aunque todavía faltan días, o incluso semanas, para tener una radiografía completa de la composición del Congreso estadounidense durante los próximos dos años, una de las certezas de la noche electoral es que no existió la prevista ola republicana y que el partido de Joe Biden no tendrá resultados tan malos como temían. Además, en las elecciones a gobernador, el Partido Demócrata ha logrado arrebatar al Partido Republicano dos gobernaciones, la de Massachusetts y la de Maryland. Aunque ambos estados son de tendencia progresista, durante los últimos años habían estado gobernados por republicanos, y ahora volverán al control demócrata.

Los republicanos esperaban más

La decepción entre las filas republicanas por unos resultados significativamente por debajo de los esperados era ya evidente en la madrugada, tal y como expresó el senador conservador Lindsey Graham en la cadena NBC, quien asumió que "definitivamente no habrá una ola republicana, eso está clarísimo".

Entre los demócratas, sin embargo, las sensaciones eran de alivio e incluso de optimismo, al haber conseguido mitigar una hipotética "ola roja" (el color asociado con el Partido Republicano en EE.UU.) y mantener vivas las opciones de seguir controlando tanto la Cámara de Representantes como el Senado.

En un sistema presidencial como el de Estados Unidos, el Ejecutivo y el Legislativo pueden estar controlados por partidos distintos, por lo que el actual presidente, el demócrata Joe Biden, necesita que su formación mantenga el control de ambas cámaras si quiere seguir avanzando en sus objetivos políticos durante los próximos dos años de mandato.

Antes de la jornada del martes, cuando las encuestas apuntaban a una gran victoria republicana, el escenario pintaba de lo más sombrío para Biden, pero ahora, con el control de ambas cámaras todavía por decidir, el presidente aún mantiene opciones de terminar su mandato con el apoyo del Legislativo.

Tras lo ocurrido en las elecciones presidenciales de 2016 y 2020, cuando los sondeos subestimaron significativamente la fuerza del Partido Republicano -en ambas ocasiones liderado por el expresidente Donald Trump-, muchos analistas temían que el fenómeno se repitiese y que la victoria conservadora fuese todavía mayor que la apuntada por las encuestas.

El partido de la Presidencia siempre pierde... o no

Al margen de los sondeos, el partido que controla la Presidencia históricamente ha tendido a perder escaños en el Congreso durante las elecciones de medio término, que se celebran dos años después del inicio de un mandato presidencial. Hasta ahora, hay solo tres excepciones en las que el partido del presidente ha ganado escaños en la Cámara de Baja, que se renueva por completo en las elecciones de medio término; mientras que solo se elige un tercio del Senado.

En concreto, en 1934, el presidente demócrata Franklin D. Roosevelt aumentó la ventaja de su partido en las dos cámaras del Congreso gracias a la popularidad de su políticas del "New Deal". En 1998 con el demócrata Bill Clinton, los demócratas ganaron escaños en la Cámara Baja, aunque los republicanos mantuvieron el control del Congreso.

Y, por último, en 2002, el republicano George W. Bush, con grandes niveles de popularidad tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, arrebató el Senado a los demócratas y aumentó su ventaja en la Cámara Baja, convirtiéndose en el único presidente de la historia reciente que ha conseguido cambiar de signo una de las dos cámaras del Legislativo en unas elecciones de medio término.

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