Etarras "Txeroki" y "Ata" fueron separados de prisión parisina en diciembre

París, 16 ene.- Los exjefes del aparato militar de ETA Garikoitz Azpiazu Rubina, 'Txeroki', y Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, 'Ata', fueron separados el pasado diciembre de la prisión parisina de La Santé, en la que habían coincidido poco más de tres meses, confirmaron hoy a EFE fuentes penitenciarias.

Ambos compartieron ese establecimiento desde el 26 de agosto hasta el 9 de diciembre de 2011, fecha en la que Carrera fue conducido a la cárcel de Osny, al noroeste de la capital gala, mientras que Azpiazu permaneció en la misma prisión.

Las fuentes no pudieron precisar el motivo del cambio, ni si el traslado fue requerido por parte del Ministerio de Justicia francés, encargado de la administración de las prisiones en el país, o por orden de un juez.

Azpiazu estaba identificado como jefe militar de ETA y el "objetivo número uno" de las fuerzas de seguridad españolas cuando fue arrestado en noviembre de 2008 en Cauterets (Francia), en lo supuso uno de los golpes más duros para ETA, que el pasado 20 de octubre anunció el cese definitivo de su actividad armada.

Se le consideraba responsable de la ruptura del alto el fuego declarado por la banda en marzo de 2005, producido de hecho con el atentado del 30 de diciembre de 2006 en el aeropuerto madrileño de Barajas, en el que murieron dos ecuatorianos.

La Audiencia Nacional española, después de que fuera cedido temporalmente por la Justicia gala, le condenó el pasado julio a 377 años de prisión por el intento de asesinato de una representante municipal del País Vasco en febrero de 2002, perpetrado en el marco de la campaña iniciada por ETA contra políticos municipales tachados de "españolistas".

Por su parte, Carrera ascendió en la banda a la sombra de Aspiazu y estaba considerado igualmente como uno de los jefes del aparato militar cuando fue detenido en mayo de 2010 en Bayona (sur), en una operación de la Gendarmería francesa en colaboración con la Guardia Civil española.

Las fuerzas de seguridad españolas creen que fue él quien ordenó trasladar material explosivo a Portugal, a la casa de Óbidos, donde se encontraron 1.500 kilos, y quien estuvo detrás de los intentos de la banda para establecerse en Girona o reactivar comandos en el País Vasco, frustrados por la Policía y la Guardia Civil.