La campaña de los Verdes, salpicada por su pasada tolerancia con la pedofilia

Berlín, 16 sep.- Los Verdes alemanes, en horas bajas frente al electorado, se vieron hoy salpicados por su pasada permisividad hacia la pedofilia, algo que reiteradamente ha lamentado su cúpula y que complica su esprint ante los comicios generales del domingo.

El cabeza de lista de la formación, Jürgen Trittin, compareció ante los medios el día después de las elecciones regionales de Baviera, una intervención tradicionalmente consagrada a evaluar los resultados y que en esta ocasión se centró en un "error" cometido en los años 80.

"Fue un error, lo he admitido siempre que se me preguntó, como lo fue haber tardado tanto en pronunciarnos al respecto e investigar ese aspecto", dijo el líder ecologista, tras publicar hoy el diario "Die Tageszeitung", afín a los Verdes, los resultados de un estudio encargado al investigador Franz Walter.

Trittin fue el responsable del programa electoral verde para las municipales de Gotinga en 1981, en el que se apostaba por "reducir" -"y no despenalizar", enfatizó- las penas a las relaciones sexuales entre adultos y niños "en determinadas ocasiones", es decir, aquellas consentidas y sin violencia.

Los Verdes se distanciaron de esos postulados "hace más de un cuarto de siglo", sostuvo Trittin, ante la lluvia de preguntas en esa dirección, e insistió en que fue el propio partido el que encargó a Walter la investigación.

Que la cuestión estallara a seis días de las generales, en las que se vaticina a los Verdes sólo un 10 % de los votos (aproximadamente la mitad de lo que se les pronosticaba meses atrás), y justamente desde un medio afín al partido es algo para lo que Trittin no tenía respuesta.

Los Verdes encargaron en mayo al Instituto de Investigación de la Democracia de Gotinga un estudio, dirigido por Walter, sobre la relación del partido con la pedofilia, después de que varios medios rescataran casos polémicos en esa formación y en el Partido Liberal (FDP).

Junto a Trittin, su compañera de liderazgo en la candidatura, Katrin Göring-Eckardt, del ala más conservadora de los Verdes y miembro del Consejo de la Iglesia Evangélica de Alemania, parecía tanto o más compungida que él.

Los Verdes, formación nacida en los años 70 del movimiento ecologista antijerárquico y antimilitarista, se han visto confrontados a menudo con "pecados de juventud", como le ocurrió a su máxima figura, Joschka Fischer, que llegó a ministro de Asuntos Exteriores (2005-2009) tras haber sido activista en las revueltas del 68.

La sombra de una permisividad, aunque sea pretérita, con la pedofilia es más que una pecado venial para su electorado, que como los propios líderes ha madurado y adoptado perfiles más conservadores, como muestra el liderazgo de Göring-Eckard.

"No puede haber ninguna impunidad para el abuso", insistió Trittin, sin lograr desviar la atención mediática fuera de ese tema, por mucho que el objetivo tenía que haber sido la entrada en la fase álgida de la campaña.

"Somos la única formación que puede impedir la continuidad de la alianza de centroderecha de Angela Merkel o el regreso al inmovilismo de la gran coalición", insistía su compañera, quien hacía hincapié en sus aspiraciones de lograr una mayoría con los socialdemócratas del aspirante Peer Steinbrück.