López Lomong: la increíble historia del niño soldado que llegó a olímpico

    • Lomong tuvo que huir de la guerra en su país natal, Sudán, con apenas 6 años. En 2008, se convirtió en el abanderado de EEUU en los Juegos Olímpicos.
    • Lomong hablará este viernes en Madrid en la conferencia 'Lo que de verdad importa', junto a otros ponentes con vidas inspiradoras.
López Lomong luchará por medalla en la final
López Lomong luchará por medalla en la final
lainformacion.com

Es una de las "personas maravillosas" que hablará este viernes en Madrid, en la Conferencia 'Lo que la verdad importa'. Es López Lomong, un atleta olímpico que de niño tuvo que huir de la guerra en su país natal, Sudán (ahora Sudán del Sur), y que, años más tarde, se convertiría en el abanderado olímpico de EEUU.Su historia es una con suerte, como explica él mismo, pero también la de alguien que se hizo a si mismo, quesuperó todos los obstáculos:la guerra, el secuestro por soldados, la hambruna y la falta de oportunidades. Obstáculos mayores, que dejó atrás cuando salió de África, pero que le marcaron para siempre para continuar con su camino. Un camino que no fue fácil: decidió dedicarse al atletismo, cumpliendo con otros retos, esta vez en la pista.Comenzó su 'gran carrera' con apenas 6 años, y desde entonces no ha parado. Su país, Sudán, llevaba años de guerra civil. Una guerra civil que terminaría hace poco, en 2005, peroque con la inestabilidad de la región amenaza con estallar de nuevo.Fue con guerra con la que creció Lomong, cuya vida quedó marcada para siempre por el conflicto a muy temprana edad, convirtiéndolo en uno de los "niños perdidos de Sudán".Fue secuestrado por las tropas rebeldes cuando apenas tenía 6 años, mientras estaba en la iglesia con su familia. "Estabamos en la iglesia y las tropas rebeldes comenzaron a bombardear el edificio, nos dijeron que nos tumbasemos todos en el suelo y se llevaron a todos los niños. Nos llevaron a un campo de prisión". Allí, tuvo que ver cómo ante sus ojos morían sus amigos, sus compañeros, por haber comido maíz con arena "ví cómo caían unos detrás de otros", cuenta "murieron muchos de mis hermanos y hermanas"."Cuando llegué, oí que un niño, al que conocía, me preguntaba dónde estaba mi hermano. Allí me di cuenta de que tenía que tener uno o dos amigos en los que confiar para sobrevivir". Y fue, precisamente, con un grupo de amigos del campo con quienes huyó unos días después, aprovechando un agujero en la valla. Comenzaría así la carrera de su vida, hasta llegar a terreno seguro,un campo de refugiados en Kenia, de donde, 10 años más tarde, consiguió llegar a Estados Unidos, adoptado por una familia, después de haber ganado un concurso de escritura. Allí, decidió dar algo al país que le había acogido: decidió dedicarse al atletismo y llegó a los Juegos Olímpicos. En el año 2008, sus compañeros de equipo decidieron que sería él quien llevara el estandarte de la nación en la inauguración del evento.

Desde la Fundación Rafael del Pino te han definido con una palabra: superación. ¿Cómo se refleja tu vida en esa palabra?

Ha habido muchos momentos en mi vida en los que pensé que no sería posible. Y tuve a mucha gente, muchos de mis amigos, que pasaron por momentos duros, pero en todos esos momentos tuvimos que superarnos. No teníamos comida, por ejemplo, pero nos hacíamos fuertes para superarlo, usabamos el poder de nuestra mente sobre nuestro cuerpo para superar este momento. Y entonces aprendimos que puedes superar cualquier cosa.

También se refleja en mi carrera como atleta, tengo fracasos, no hago bien mis carreras, pero siempre digo, hey, la próxima vez lo haré mejor. Y eso es lo único que puedo decir.

¿Qué fue lo más importante para ti cuando estabas en el campamento, cuando huías de la prisión?

Mi familia siempre ha sido importante, siempre me ha inspirado para hacer el bien. Además, me ha ayudado a saber que no es el fin del mundo, mi familia me hizo valiente, me dio esperanza, me dio una oportunidad para hacerlo bien. Pude graduarme del colegio, ir a la universidad, cumplir esos sueños que nunca tuve en mi vida.

Cuando era pequeño y estaba en el campo de refugiados, teníamos una forma de trabajar: todo lo hacíamos juntos y cada uno teníamos nuestra tarea. Como era pequeño, mi tarea era ir a recoger el agua, aprender a ser el que cocinaba por todos. Crecimos como un grupo, teníamos sólo 15 años pero teníamos que crear un ambiente de familia.Si acababamos perdiendo a una persona de nuestra tienda de campaña,teníamos que volver como una familia y enterrar a esa persona. Y luego cuando volvíamos teníamos que afrontarlo: el niño se ha ido ¿qué más podemos hacer? Sigo el rol de líder que aprendí en el campo de refugiados. Incluso hoy en día, como persona que inspira a otros más jóvenes, creo que los jovenes podemos hacer mucho si nos unimos como una familia.

Cuando llegaste a EEUU, decidiste dedicar tu vida a correr ¿Por qué elegiste correr?

Correr es algo que me gusta, me gustan los retos y me gusta el dolor. Me enseñó a sobrepasar los obstáculos. Correr era una forma de alejar mis pensamientos de la comida.Solíamos correr 40 kilómetros para no tener que pensar en la comida.Pero ahora corro por alegría. Corro por devolverle a a la nación que me dio tanto, para representar a mi familia, para representar a mi comunidad. Y para inspirar a mucha gente que no tuvo la oportunidad de hacer algo así. Corriendo, eres autosuficiente, puedes correr de un sitio a otro. Correr es lo que hacía,corría huyendo de la guerra.Y sin mi determinación, mi voluntad, no estaría aquí. Dios me dio el talento, y decidí aprovecharlo.

¿Y a ti quien te inspira?

A mi me inspira mi historia, me da un empujón para superar las cosas. Como refugiado, tuve la oportunidad de ir a la escuela, fui a la escuela, y la pasé con ayuda de gente. Y ahora uso mis carreras para contar mi historia de una manera más grande. Soy el que tuve suerte. Soy el único que tuvo la suerte de venir a Estados Unidos, pero hay miles y miles de niños que siguen corriendo, siguen huyendo para salvar sus vidas. Especialmente en mi país: niñas que no pueden ir a la escuela, que no tienen agua... sobreviví por una razón.Sobreviví para poder contar mi historiay la de otra gente que sigue huyendo por sus vidas. Quiero usar mis carreras para inspirar a la gente joven, porque si nos unimos, podremos llevar a cabo el cambio. Ellos me inspiran, esos niños.

Tu país, Sudán del Sur, el más joven del mundo, generó mucha esperanza,ilusión, hace unos años, pero parece que la situación va cada vez a peor ¿Cómo lo ves desde fuera?

Es una situación terrible, sobre todo después de que pasaramos por tanto durante 30 años. Mis padres crecieron en guerra. Yo crecí en guerra. Y, en 2011, vi por primera vez a mi madre votar, en el referéndum. Ver un país con tanta oportunidad caer de nuevo, me rompe el corazón. Porque son personas como yo, niños que fueron reclutados en el ejército. Todo lo que puedo hacer es contar la historia. Espero que se pueda salvar al país antes de que sea demasiado tarde. Tengo esperanza, por los jovenes, porque pueden marcar la diferencia.

Y qué es, para ti lo que de verdad importa?

Lo que importa es lo que puedes hacer, cuales son tus talentos, qué puedes hacer tú para cambiar el mundo. ¿Qué puedes hacer tú?

Tienes esperanza en los jovenes.

Absolutamente. Tengo esperanza en la gente joven, podemos hacer muchísimo.

Mostrar comentarios