"Es pronto decir si abandonamos"

'Los últimos de Ucrania': así sobreviven las empresas españolas en plena guerra

El periódico La Información contacta, a partir de los datos facilitados por el Instituto de Comercio Exterior, con las compañías de nuestro país que están en el huracán de la guerra para conocer su situación actual. 

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'Los últimos de Ucrania': así sobreviven las empresas españolas en plena guerra.
Vitaly Asaulenko

Edelsa es un grupo editorial de lenguas extranjeras que tiene sus oficinas en una céntrica calle de la capital de España. Una de las empleadas que trabaja allí afirma que no tienen noticias de su distribuidor en Ucrania y que aún no han respondido a su último correo electrónico. Laurent -que es el responsable del desarrollo internacional de la compañía- afirma que han suspendido la actividad y que por esa razón es imposible contactar con ellos. La confusión y la incertidumbre que esta editorial tiene representa el caos que está originando la guerra en todo el tejido empresarial español afincado en el país de Europa del este.

Según el ICEX (Instituto de Comercio Exterior) hay casi una treintena de empresas españolas presentes en Ucrania. Entre ellas algunas compañías de renombre como Inditex, Amadeus o Mayoral. Aunque también hay otras menos conocidas como Inoxpa, Maderas Seleccionadas del Este o Roca Piel SL. Las empresas españolas asentadas en Ucrania se dedican principalmente al comercio (35,48%), a la industria (22,58%) y a la intermediación financiera (19,35%).

Cuando estalló la guerra, las primeras compañías españolas en tomar una decisión firme fueron las multinacionales especializadas en joyas o prendas de vestir. Así, Inditex, Tous y Mango anunciaron el cierre de todas sus tiendas. Aunque, al mismo tiempo, todas ellas se han molestado en remarcar la palabra "temporal" en sus iniciativas. Así, desde la compañía fundada por Amancio Ortega afirman que "la seguridad de los integrantes de nuestra plantilla y de sus familias es nuestra prioridad y vamos a ir tomando las decisiones adecuadas a los acontecimientos". La empresa tiene cerradas sus 79 tiendas en Ucrania (11 Zara, 16 Pull & Bear, 8 Massimo Dutti, 16 Bershka, 14 Stradivarius, 9 Oysho, 4 Zara Home y un Uterqüe) y suspendidos los pedidos online.

Fuentes de la empresa Mango aseguran que "hemos cerrado temporalmente las tiendas en Ucrania con el objetivo de velar por la salud y la seguridad de los equipos y clientes. Tenemos un total de 14 tiendas entre propias y franquicias". Además, desde la compañía han tomado medidas como "dar apoyo legal y económico a todos los colaboradores y sus familiares". Otras empresas, como Roca -una empresa especializada en el diseño, producción y comercialización de productos para espacios de baño- dicen que "tenemos una oficina comercial en Kiev en la que no hay ningún empleado español y que permanece cerrada, como el resto de comercios y servicios del país".

Desde el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo se observa este escenario con preocupación. Así, según fuentes del Ministerio afirman de forma tajante que se están manteniendo reuniones con empresarios españoles con negocios en Ucrania. De hecho, hace escasos días el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, mantuvieron una encuentro con estos agentes económicos cuyos intereses están salpicados de lleno por la guerra.

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Reunión entre los empresarios salpicados por la guerra y dos ministros del Gobierno.

Ministerio de Industria, Comercio y Turismo

Lladró, una empresa dedicada a la decoración de cerámica, dice que "tenemos tiendas en Ucrania, pero están todas cerradas". Y añaden que "Ucrania es un país importante, no sólo por los puntos de venta sino y, especialmente, por la relación profesional y de amistad que nos une. Por tanto, la intención o, mejor dicho, el deseo es que esta guerra cese ya y que los ucranianos recuperen la libertad, la esperanza, y la vida recobre la normalidad". Por otro lado, en la compañía Cortuhondo, que se dedica a la intermediación entre exportadores españoles e importadores ucranianos, aseguran que "nuestra actividad en Ucrania está totalmente paralizada. Pero nosotros tenemos otros negocios. Estamos muy metidos en el sector médico desde hace muchos años. Todavía es muy pronto decir si abandonamos porque los ciudadanos están negociando en la ciudad para tener un poco de paz y de tranquilidad. Pero todavía nos llegan noticias terribles de lo que está pasando por ahí".

Otras compañías, quizá por presentimiento de la tensa relación que se vivía con el vecino, decidieron poner punto y final a su aventura empresarial en Ucrania antes de que se desatara la guerra, como es el caso de la compañía especializada en la fabricación de materiales aislantes URSA, que, según fuentes de la compañía, "salimos del país hace alrededor de media década -en el 2017- por lo que ya no estamos operativos allí". 

El futuro de todas estas compañías es incierto. Y sus decisiones acerca de una hipotética salida del país dependerá de en qué condiciones quede el país una vez que la guerra haya terminado. La actividad económica ahora mismo es prácticamente nula en casi todo el territorio, con ciudades cercadas o bajo el mando de la fuerza militar rusa. Aunque el clima actual desprende pesimismo, el empresario tiene -entre sus virtudes- el olfato para encontrar oportunidades. De momento, todas las empresas españolas contactadas responden bajo el manto de la incertidumbre, pero con un claro objetivo de resistir. Y, como si se trataran de aquel grupo militar español que estuvo en 1898 durante meses defendiendo el pequeño pueblo filipino de Baler, hoy decenas de empresarios hacen lo mismo con sus empresas asentadas en Ucrania.

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