La guerra sucia entre Macri y Cristina Kirchner, detrás del lavado de dinero

  • Casi 600 argentinos operaron en paraísos fiscales, según los Papeles de Panamá, pero los equipos del presidente actual y de la exprimera mandataria dirigen una estrategia de acusaciones mutuas en esa causa y otra de corrupción: 'La ruta del dinero K'.

    Mientras Macri ya ha sido imputado por la primera investigación, ahora la ex primera mandataria también ha sido imputada por el desvío de 55 millones de euros, en el marco del otro caso.

Cristina Kirchner y Mauricio Macri.
Cristina Kirchner y Mauricio Macri.
Diego Caldentey

Los Papeles de Panamá han provocado un temblor político e institucional en la Argentina. El presidente Mauricio Macri, quien acaba de aterrizar en la Casa Rosada de Buenos Aires, ha sido imputado por su implicación en la causa que investiga a cientos de personas, quienes habrían operado en paraísos fiscales.

Detrás de esta noticia, en la Argentina asoma una guerra sucia encubierta por acusaciones cruzadas de corrupción y maniobras turbias que tienen como protagonistas a Macri y a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

No es casual que un fiscal federal argentino haya admitido a trámite esta semana una denuncia penal presentada precisamente por un diputado kirchnerista contra el presidente Mauricio Macri, quien aparece en las filtraciones periodísticas como titular de dos sociedades 'offshore' en paraísos fiscales.

Desde el séquito de Cristina Kirchner han iniciado una embestida que tiene como objeto acorralar a Macri, quien ha contraatacado con una causa judicial reciente que ha conmocionado a la Argentina en los últimos años: la denominada 'Ruta de lavado de dinero K'.

Varios funcionarios y empresarios ligados al kirchnerismo aparecen vinculados a paraísos fiscales en los últimos tiempos. El nombre de Daniel Muñoz, una de las personas de confianza y secretario del fallecido Néstor Kirchner, asoma como el más comprometido en los 'Papeles de Panamá' del lado del kirchnerismo.

Pero detrás de Muñoz debe seguirse el rastro de otra gran causa judicial que ha estremecido al país sudamericano en los últimos dos años. Muñoz habría participado en una sociedad de las islas Vírgenes Británicas a partir de 2013, cuando ya se había retirado de la función pública. Junto a su esposa, Carolina Pochetti, se hicieron accionistas de la compañía opaca Gold Black Limited.

En el entramado de corrupción, asoma la denominada 'Ruta de lavado de dinero K': se trata de una trama del camino de fondos públicos que se podrían haber usado para cometer ilícitos financieros por parte del matrimonio Kirchner durante sus años de gestión.

Se estima que, después de la muerte de Néstor Kirchner, salieron de Argentina unos 55 millones de euros de manera ilegal mediante una red de estrechos colaboradores de los Kirchner. Leonardo Fariñas y Federico Elaskar declararon que recibían el dinero en bolsos traídos en los aviones de Lázaro Báez, uno de los empresarios más cercanos a Kirchner, desde la ciudad sureña de Río Gallegos, y los llevaban a Uruguay para depositarlos, finalmente, en Suiza.

Báez pasó de ser simple empleado en un banco, a poseer aviones privados, una empresa constructora y diversas propiedades. Su fortuna fue labrada mientras la pareja Kirchner ejercía su mandato en la Argentina. El empresario es dueño de Austral Construcciones SA, una de las adjudicatarias más grandes del país en contratos estatales y con la cual construyó su imperio. Asimismo, su empresa construyó el mausoleo donde reposan los restos de Néstor Kirchner.

Báez acaba de ser detenido. El juez argentino Sebastián Casanello ordenó su captura en el marco de la causa. El empresario aterrizó el martes por la tarde con su avión privado en el aeropuerto de San Fernando, 15 kilómetros al norte de Buenos Aires, donde lo esperaba la policía aeroportuaria y también las cámaras de televisión, que siguieron en vivo todo el operativo.

Su detención se produjo cuando Macri ya está en el poder. Con la llegada de él a la Casa Rosada, las investigaciones (que estaban prácticamente paralizadas durante la gestión de los Kirchner) han tomado una velocidad de vértigo. Ahora ha llegado el punto máximo de tensión en esta guerra sucia: la expresidenta argentina ha sido imputada en la causa este sábado, al igual que su ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. También el financista Ernesto Clarens, quien trabajó en las redes societarias de la economía de Néstor Kirchner y su familia. Los próximos rounds de esta pelea prometen ser cruciales.

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