Hay un nuevo sospechoso

La polémica vuelve al caso Madeleine y los padres se aferran a que sigue viva

La fiscalía alemana asegura que tienen pruebas suficientes para asegurar que la pequeña está muerta pero los McCann aseguran que no han recibido ninguna carta con dicha información. 

Madeleine McCann tenía unos cuatro años cuando desapareció de un apartamento en Praia da Luz (Portugal) en 2007
Madeleine McCann tenía unos cuatro años cuando desapareció de un apartamento en Praia da Luz (Portugal) en 2007

Si tiene información sobre Madeleine McCann póngase en contacto con la policía metropolitana en el Reino Unido o la Policia Judicial en Portugal. Así empieza el documental de Netflix que estos días se puede ver sobre la desaparición de la niña inglesa hace 13 años en Praia da Luz (Portugal) cuando tenía dos años y cuyo caso se convirtió rápidamente en uno de los más mediático y misterioso de todos los tiempos. A día de hoy sigue siéndolo y la última polémica que lo rodea está relacionada con una carta que la fiscalía alemana asegura haber enviado a los padres indicándoles que tienen pruebas suficientes para asegurar que la pequeña está muerta y que los McCann niegan haberla recibido, lo que les aferra a su postura que mantienen año tras año desde que vieran por última vez a la pequeña de que sigue viva. 

El fiscal Hans Christian Wolters aseguraba ayer que había notificado a los padres de la pequeña los datos necesarios que demostrarían el fatal desenlace de Maddie "omitiendo algunos detalles" señalando incluso al culpable de ello, Christian B., un delincuente sexual con múltiples condenas, entre ellas una por abuso sexual de menores. Hace una semana ya adelantaba la noticia a la prensa. Desde entonces poco o nada habían dicho unos padres que en el inicio del caso llegaron incluso a ser considerados sospechosos. Pero horas después de que el fiscal insistiera en la existencia de esa carta lo negaban de forma tajante en un comunicado que se puede leer en la web creada para recabar toda la información oficial sobre el caso y permite hacer una donación por la causa 'No dejar piedra sin remover'. Así, el caso que parecía estar a punto de resolverse, vuelve a enredarse de nuevo.

Christian B. es el último hombre relacionado con la desaparición de la pequeña el pasado 3 de mayo de 2007. El caso se reactivó hace pocos días a raíz de la identificación de este nuevo sospechoso, ya encarcelado en Alemania (Kiel) por un delito de drogas pendiente de otra pena por violación y robo a una estadounidense de 72 años cometidos en Portugal en 2005.  Relacionarle con el caso de Madeleine dio un vuelco a un suceso que durante años ocupó a la policía portuguesa y británica, mientras los padres de la pequeña recurrían a todas las instancias posibles convencidos de que su hija seguía viva. Ahora poco se sabe de esos nuevos hallazgos que lo señalan porque el fiscal asegura que es mejor dar con el culpable que poner las cartas sobre la mesa y que la investigación acabe mal, según recogen en Daily Mail. Y en todo momento aseguró que estaban ante un caso de asesinato, no de desaparición.

Desde que saltaron a la luz las sospechas en torno a Christian B. han surgido, tanto en medios alemanes como británicos y portugueses testigos que parecen reforzar las sospechas sobre este individuo. Entre ellos destacan los de personas de su entorno directo, según los cuales Christian B. fantaseaba con la idea de secuestrar a niños para "utilizarlos durante unos días", como relata el semanario "Der Spiegel". Pero hasta ahora, lo que sí se sabe a ciencia cierta es que el sospechoso vivió entre 1995 y 2007 en el Algarve portugués, cerca de la localidad de Praia de Luz donde los McCann pasaban sus vacaciones cuando desapareció la pequeña, mientras sus padres cenaban cerca del apartamento que tenían alquilado. Cada media hora iban hasta su habitación para comprobar como sus tres hijos dormían plácidamente. A las dos de la mañana la pequeña no estaba en su cama. La presencia del nuevo sospechoso en las inmediaciones del lugar ha quedado demostrada por una llamada que duró media hora e hizo desde su teléfono móvil esa noche, según la fiscalía alemana. ¿Con quién habló? 

Es otra de las incógnitas que tratan ahora de resolver y para lo que han pedido colaboración ciudadana, recibiendo más de 1.000 llamadas, según recoge el Daily Mail. Otra cabecera portuguesa recogida por The Sun apuntaba ayer a que la policía portuguesa estaría planeando buscar en los pozos que hay en los alrededores de una de las viviendas donde el nuevo sospechoso habría estado viviendo en el Algarve, situada una de ellas a 25 minutos a pie andando de esa habitación de la que la que desapareció la pequeña y nada se sabe hasta hoy. Los testigos también le situarían en otra casa, más alejada del complejo pero a diez minutos de distancia en coche. 

Los focos vuelven a apuntar a Praia da Luz. Hasta ahora las dos grandes teorías sobre la desaparición, que llegaron a enfrentar a la policía portuguesa y británica, apuntaban al entorno de la menor o a la acción de un grupo pedófilo internacional que la hubiera raptado. Solo la fiscalía alemana sabe las pruebas que tiene en su poder y de las que prefiere no dar datos para que la investigación no se vea entorpecida

Los padres de la pequeña aseguran que es falso que a ellos les hayan enviado nada. "Como otras muchas historias infundadas en los medios, esto ha provocado una preocupación innecesaria a nuestros amigos y familiares y ha perjudicado de nuevo nuestras vidas", han lamentado los padres, a través de un comunicado en el que han insistido en que no comentarán investigaciones en curso. Lo que haya sucedido con Madeleine sigue siendo un misterio cada vez más difícil de resolver. 

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