12.000 denuncias activas

Los desaparecidos que no se olvidan: de Madeleine a Yeremi y el niño pintor

Cada dos minutos se informa de la desaparición de un niño en Europa. Muchos casos siguen en el cajón, a la espera de una pista que haga encajar la piezas.

Fotografía de un columpio solitario.
En España 12.330 denuncias por desapariciones siguen activas.
Pixabay.

El mundo vuelve a estar pendiente de Madeleine McCann, una de las desapariciones más mediáticas de la historia. Su caso es de los que nunca se olvidan y ahora vuelve a cobrar actualidad después de que la Fiscalía alemana la diera por muerta a manos de un preso que ya cumple condena por otro delito. Su caso vuelve a salir del cajón donde caen sucesos que nunca se cierran. Hace 13 años la tierra se tragó a esta pequeña mientras veraneaba con su familia en Praia da Luz (Portugal). En 2007, otro nombre pasó a la lista de los desaparecidos que no se olvidan y de los casos que pese a tener todos los focos encima siguen siendo un misterio: Yéremi Vargas.

La pista del menor de 7 años se perdió cuando jugaba en un descampado cerca de su casa en la localidad de Vecindario (Gran Canaria). Yeremi y Madeleine son dos nombres de una larga lista cuyas familias siguen pegadas al teléfono, se resisten a quitar sus fotos de cualquier rincón de la casa, les siguen dando los buenos días al amanecer y celebran como una victoria cualquier indicio que vuelva a reactivar su búsqueda. Famlias que piden sufrir un poco menos, porque eso nunca dejarán de hacerlo, teniendo al menos un sitio donde ir a ponerles flores. Ninguna se rinde en su lucha por saber la verdad conviviendo con la rabia, impotencia e incertidumbre que genera.

Sin Yéremi 13 años después

La familia de Yéremi sufrió un calvario según pasaban los años desde aquel 10 de marzo de 2007. Todas las pistas que se seguían acababan en nada, hasta que en junio de 2016 llegó la más fiable con una investigación a Antonio Ojeda, conocido como 'El Rubio'. Un compañero de celda dijo al juez que le había confesado que había matado al pequeño. Estaba en prisión condenado a cinco años por haber agredido sexualmente a un menor cuatro años antes. Pero al final se terminó por archivar el caso por no observar indicios que lo incriminasen. El pasado 10 de marzo se cumplieron 13 años desde que se le perdió la pista.

El niño de Somosierra

Otra de las desapariciones que conmocionó a España sucedió el 25 de julio de 1986. Fue el último día que se vio con vida a Juan Pedro Martínez, un niño de 10 años que vivía en Murcia y que emprendió un viaje a Bilbao con sus padres como premio por sus excelentes notas. El pequeño, Andrés y Carmen emprendieron el viaje subidos en el camión del padre, cisterna que contenía más de 20.000 litros de ácido sulfúrico. A la altura de Somosierra, cuando la Nacional I era de doble sentido, sufrieron un terrible accidente. Antes habían hecho una parada para tomar café. Los padres fallecieron y el pequeño sigue en paradero desconocido. Se llegó a pensar que sus restos quedaran disueltos por el ácido, pero dicha teoría fue perdiendo peso. Algunos testigos hablaron de una furgoneta blanca en la que viajaba un hombre y dos mujeres y que habrían podido llevarse al pequeño del que la Guardia Civil solo se percató que iba en el camión cuando llamaron a la abuela para comunicarle la fatal noticia y ésta preguntó por su nieto.

El niño pintor de Málaga: una caricatura reabre el caso

Más de 33 años con el corazón en un puño esperando una llamada de teléfono. Así vive Antonia Guevara, la madre del niño pintor de Málaga, desaparecido el 6 de abril de 1987 a la edad de 13 años. El pasado mes de febrero un nuevo equipo de investigación empezaba a revisar todos los documentos para intentar recomponer un puzzle en el que parecen faltar piezas. David Guerrero solo llevaba un maletín de pintura, un bonobús y un plano para llegar a la galería en la que ese día exponía una obra suya. En 150 metros desapareció. Sus familiares siguen aferrados a la idea de que "sigue vivo", aunque hayan tenido que seguir los trámites para que a efectos legales se le considere una persona fallecida. Era la única manera para que "los poquillos ahorros se pudieran repartir como herencia tras la muerte de mi marido", recordaba la madre a La Información.

Ella fue la última que le vio salir del portal. Pero el caso se resiste a evaporarse: en 1990 una camarera de un hotel encontró una servilleta con su nombre escrito junto al del barrio. Allí había estado un hombre de unos 70 años al que no se le pudo interrogar porque cuando la policía dio con sus paradero, en Suiza, ya había muerto. Una caricatura muy parecida de él apareció años después en el buzón de una compañera de clase de David. No es el único hilo desde el que se ha tirado en esta investigación. Una carta anónima que recibió Antonia en el buzón y en la que se apuntaba a la peña el Cenachero también parecía ser definitiva para resolver un caso que sigue enredándose más que aclarándose.

Sara Morales nunca llegó al centro comercial

Un año más tenía Sara Morales cuando había quedado con un amigo en un centro comercial-a un kilómetro y medio- el 30 de julio de 2006, pero nunca se presentó. Gran Canaria se volcó en su búsqueda. La joven iba sin dinero ni documentación, pero sí con su móvil que no paraba de recibir llamadas pero en todo momento saltaba el contestador. El misterio rodea todo lo demás. Una de las últimas pistas que se tienen de ella la sitúan haciendo una llamada desde una cabina de teléfono. ¿Por qué no usó su móvil? También existió siempre la sospecha de que un hombre condenado por más de una decena de agresiones sexuales estuviera implicado. Le conocían como 'el violador de la furgoneta blanca'.

¿Se montó Sara ahí? Toda la isla asistió a la detención de este presunto violador con la esperanza de que arrojara luz a los casos de Yéremi o Sara. Lo negó en todo momento. Se suicidó en su celda dejando una carta escrita a la madre de Sara insistiendo en que no tenía que ver con su desaparición. Su madre soñaba cada día con Sara, una niña ejemplar, estudiosa y tranquila, que nunca estaba más allá de las nueve de la noche en la calle, e incluso dormía junto a la puerta por si volvía.

Gloria Martínez escapó sedada de la clínica

Otra adolescente, Gloria Martínez, desapareció de la clínica donde fue ingresada por prescripción de su psiquiatra -tenía problemas de ansiedad- con 17 años en la localidad de Alfaz del Pi en Alicante. Se escapó por una ventana, en pijama, sin gafas (era miope) y sedada... y se supone que saltó una valla de dos metros y medio. Habría llegado hasta una gasolinera en Altea porque alguien aseguró haberla visto. El lunar encima de su labio se vio en infinidad de sitios donde se colgó el cartel de su desaparición que tuvo lugar unos días antes de la Toñi, Miriam y Desireé: las niñas de Alcàsser. El paradero de Gloria sigue siendo un misterio. En el año 2009 una perito llegó a decir que se había tomado un café con ella. Nunca más se supo.

Virginia y Manuela desaparecieron haciendo autostop en 1992

Igual de misteriosa fue la última vez que se vio a Virginia y Manuela, dos amigas de 13 y 14 años cuyo rastro se perdió en Reinosa (Cantabria) en 1992 cuando se supone que estaban en una fiesta de cumpleaños en su pueblo, Aguilar de Campoo (Palencia). Regresaron haciendo autostop seis meses antes de que lo hicieran las niñas de Alcàsser. La última vez que se las vio con vida fue esa noche a la altura de la fábrica de galletas Cuétara mientras se subían a coche de color blanco. Ahora el pasado enero de 2018 una mandíbula que apareció en un pantano puede reavivar el caso. Solo un mes después las familias salieron de dudas: no era de ninguna. ¿Qué les pasó?

La desaparición de Josué y su padre, diez días después

Del que tampoco hay noticias es de Josué Monge, el adolescente de 13 años que había sacado malas notas pero que sus padres dejaron ir a casa de un amigo a pasar la noche en la localidad sevillana de Dos Hermanas. Cogió su bicicleta pero nunca llegó a completar los 300 metros que separan las dos viviendas. El caso se complica cuando su padre, Antonio, sale a buscarle diez días después y nunca aparece y cuando se conoce que la madre, María Isabel, había decidido abandonar al marido. También habría sospechado de que su marido saliera de casa cinco horas el día de la desaparición del niño y llegara con otra ropa. Sobre él hay una orden de detención ante el juez, acusado de matar presuntamente a su hijo.

Paco Molina se esfumó en una parada de autobús

El paradero de Paco Molina sigue siendo un misterio. Tenía 16 años cuando desapareció. Sus padres no cesan en la búsqueda. Ahora esperan poder encontrarlo en caso de que haya sido atendido en algún hospital durante la crisis sanitaria por el coronavirus. El joven se encuentra en paradero desconocido desde el 2 de julio del año 2015, cuando quedó con unos amigos en la capital cordobesa. Desde el principio del caso, su padre ha puesto en duda que su hijo se marchara voluntariamente, dado que "no se llevó el dinero que tenía en casa, ni tampoco ropa", por lo que no entiende cómo, según testigos, el menor tomó un autobús hacia Madrid, donde se le perdió la pista, aseguraba a este medio. Durante este tiempo han recibido muchas llamadas aportando falsas pistas, algunas de las cuales han sido investigadas por la Policía. Una de ellas era de Colombia y "nos pedían dinero, diciendo que si no matarían a mi hijo". Isidro no sabe decir el número de veces que fue a ese banco en el que Paco se despidió de sus amigos. Desapareció un viernes y el martes anterior comentó a su madre sus planes de estudios y "pidió una moto", lo que hace pensar que "no se fue por voluntad propia".

Caroline del Valle, Malén Zoe Ortiz...

También en 2015 desaparece Caroline del Valle, la niña de 14 años que desapareció frente a la discoteca Bora Bora de la Zona Hermética de Sabadell. Le dijo a su madre que se iba a casa de una amiga pero en realidad se fue a hacer botellón con un grupo de chicos que se habían escapado del reformatorio. El último chico que la vio, Justin, dijo primero que se había escondido debajo de un vehículo y luego que unos adultos se la llevaron. Tres años antes, el 2 de diciembre de 2013 Malén Zoe Ortiz sale del instituto y el autobus la deja en la rotonda de Los Piratas, en Magaluf, Mallorca. Decide comer con Daniel, su novio, porque se le olvidaron las llaves. Llama a su padre para avisarlo, pero no le localiza y habla con su secretaria. Ahí el rastro desaparece. Son dos de los últimos nombres de una larga lista. 

Mostrar comentarios