Se cumplen 19 años del secuestro de Miguel Ángel Blanco mientras el PNV pide el acercamiento de etarras

  • El joven concejal del PP en Ermua fue retenido por ETA durante tres días. Los terroristas amenazaron con asesinarlo si el Gobierno no ordenaba el acercamiento de presos al País Vasco.

    Eta le descerrajó dos tiros.A pesar de los esfuerzos que se llevaron a cabo no se pudo hacer nada por su vida y el 13 de julio de 1997 Blanco fallecía.

Se cumple 19 años del secuestro de Miguel Ángel Blanco mientras el PNV pide el acercamiento de etarras
Se cumple 19 años del secuestro de Miguel Ángel Blanco mientras el PNV pide el acercamiento de etarras
B.B.

Los años de plomo de ETA parecen estar borrándose de la memoria nacional. En los 80 y 90 cientos de personas inocentes murieron a manos de los terroristas. ¿Su delito? No pensar como ellos.

Durante esos años también se consolidó la llamada socialización del sufrimiento, otro macabro invento de la banda terrorista que consistía no solo con acabar con la vida de sus víctimas, sino asislarlas amenazando a todo su entorno. La sociedad, presa del pánico, hizo exactamente lo que los terroristas pretendían: mirar hacia otro lado.

Y así fue durante mucho, demasiado, tiempo, hasta 1997. Ese año el comando Donosti, para cuyos miembros pide el PNV el acercamiento a las cárceles vascas, secuestró y asesinó a Miguel Ángel Blanco, el joven concejal popular de la localidad vizcaína de Ermua. Con este crimen, ETA conmocionó a la mayoría de los españoles, que se lanzaron a la calle para protestar contra tantas y tantas atrocidades.

Blanco, en aquel momento, llevaba afiliado al Partido Popular vasco desde 1995, era licenciado en Empresariales y trabajaba en la empresa Eman Consulting, pero, a falta de más candidatos populares en el ayuntamiento de la localidad vizcaína, acabó ostentando el puesto número tres dentro de los concejales populares del consistorio.

El día 9 de julio de 1997 comenzó el calvario de Blanco, pues tres etarras intentaron localizar al edil a partir del trayecto que hacían normalmente desde su domicilio, en la calle Iparraguirre de Ermua. Pero no fue ese día cuando lo secuestraron, puesto que se había desplazado con un vehículo que pertenecía a su padre.

Al día siguiente, el jueves 10 de julio de 1997, fue localizado a las 15.30 horas cuando se apeaba del tren para acudir a su lugar de trabajo, pero en ese momento Irantzu Gallastegui, alias Nora, le aborda y le introduce en un vehículo de color oscuro que estaba estacionado en la calle Ardanza de Ermua. Los terroristas establecieron el secuestro para pedir un chantaje, que se produjera el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles del País Vasco. La banda filtró esta información a través de un comunicado a las 18.30 horas que fue reproducido en la emisora de radio Egin Irratia.

El concejal popular fue retenido en algún lugar que aún se desconoce, como un piso o algún lugar de alguien próximo a la banda. Allí fue maniatado y permaneció en este sitio hasta el sábado 12 de julio.

Los terroristas habían establecido en su comunicado que, si antes de las 16 horas del sábado el Gobierno (en aquella legislatura con José María Aznar), no llevaba a cabo el acercamiento de los presos asesinarían a Miguel Ángel Blanco.

El mismo sábado 12 de julio de 1997 los etarras lo introdujeron en el maletero de un vehículo y lo llevaron a un descampado en la localidad de Lasarte, en Guipúzcoa, donde le descerrajaron dos tiros, aunque no murió en el acto. Fueron dos hombres que paseaban por el campo en Azokaba los que descubrieron el cuerpo aún con vida.

A pesar de los esfuerzos que se llevaron a cabo no se pudo hacer nada por su vida y a las 5.00 horas del 13 de julio de 1997 Blanco fallecía en la Residencia Sanitaria de Nuestra Señora de Aranzazu.

A raíz de su muerte se produjeron numerosas manifestaciones y movimientos ciudadanos como el Foro de Ermua y la Fundación Miguel Ángel Blanco. Durante esos años se acuñó el término "Espíritu de Ermua" y fueron frecuentes las manifestaciones en las que los ciudadanos acudían con las manos pintadas de blanco, como gesto de repulsa hacia los atentados y asesinatos terroristas.

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