Mueren de sed huyendo del Estado Islámico

    • Miles de personas perecen en las montañas de Sinyar bajo un calor abrasador, sin comida ni agua
    • Quienes sobreviven viven en escuelas, mezquitas, iglesias y edificios sin terminar.
Mueren de sed huyendo del Estado Islámico
Mueren de sed huyendo del Estado Islámico

Agotados, desorientados, sedientos….Así llegan miles de personas a los campamentos de refugiados de Acnur tras atravesar las montañas iraquíes de Sinyar. Llegan extremadamente débiles, sedientos y traumatizados, en especial las mujeres y los niños. Tienen los pies llenos de ampollas porque han tenido que permanecer durante días en las montañas de Sinjar bajo un calor abrasador, sin comida, agua o refugio tras huir para salvar sus vidas, para luego tener que caminar durante muchas horas, en algunos casos incluso durante días, para llegar a un lugar seguro.

La Agencia de la ONU para los Refugiados ha enviado tiendas de campaña, lonas plásticas, mantas, productos de higiene y otros enseres domésticos básicos hasta el campamento de Newroz. Ha puesto en marcha una misión especial humanitaria ante "el agravamiento de la situación."

La situación es crítica y los retos humanitarios crítico. Los desplazados viven en escuelas, mezquitas, iglesias y edificios sin terminar. "En diez días abren los colegios en la región y las escuelas tiene que estar preparadas para el arranque del curso escolar", explica a www.lainformacion.com, la Asistente de Comunicación y Relaciones Externas Representación en España de ACNUR.

Se calcula que alrededor de 1,5 millones de personas han abandonado sus hogares ante la llegada de los yihadistas. De ellos, la mayoría son niños. Pequeños, que en cuestión de horas, han dejando de jugar para encargarse de sus familias. Niños a los que la guerra les ha robado la infancia.

Es el caso del joven Faleh, de 14 años, que no puede controlar el llanto mientras describe cómo huyó de casa. "Tuvimos huir de casa y ahora estamos aquí, sin nada" dice refiriéndose a su vida en el campamento de Acnur. "Vivíamos en paz, felices y sin problemas", repite entre lágrimas. La suya es la de las decenas de miles de víctimas inocentes del extremismo de los combatientes del Estado Islámico. "Mientras recorríamos las montañas de Sinyar tuve que ayudar a mi madre y a mis hermanas pequeñas que no podían caminar del cansancio y el abrasador sol", recuerda el joven."Vimos morir a mucha gente de sed"

No todos aguantan las condiciones extremas de este periplo. Muchos de ellos se quedan en el camino, sobre todo los más vulnerables: los mayores y enfermos. Zidan, otro joven que vive el campo de Newroz, a unos 60 km de la frontera con el Kurdistàn recuerda que "mucha gente murió porque no tenía agua". Las temperaturas en las montañas superan los 45 grados y encontar una sombra es casi imposible.

Antes la situación de emergencia humanitaria declarada en la región, ACNUR ha puesto en marcha una operación por vía aérea, marítima y por carretera desde Aqaba, en Jordania, a Erbil, en el Kurdistán iraquí. El principal objetivo es mejorar las condiciones de vida de los desplazados en la región, en particular de las personas sin hogar o alojamiento. Tiendas de campaña, lonas plásticas, juegos de cocina y bidones de plástico están ya en la región para socorrer a las víctimas de la guerra de Irak.

Mostrar comentarios