Un niño de dos años ha fallecido después de quedar atrapado en la cuerda de una persiana mientras jugaba en el sofá de su casa. Su madre corrió a ayudarle cuando le vio envuelto en la cuerda, pero el pequeño Cobie Grimshaw falleció tres días después en el hospital. Había sufrido una lesión cerebral irreversible por falta de oxígeno.
Desconsolada, la madre quiere que se le recuerde como un niño feliz al que "todos amaban". Ella no olvida la imagen en la que le vio tumbado sobre el sofá y "parecía que estaba dormido". Rápidamente vio que la cuerda de la persiana estaba alrededor de su cuello e inmediatamente la retiró mientras pedía auxilio. Ahí empezaron unos masajes cardiorespiratorios al mismo tiempo que se llamaba a los servicios de emergencia para llamar a una ambulancia, según recoge Mirror.
Al escuchar los gritos un vecino se acercó hasta la vivienda y también intentó reanimar al pequeño, que fue rápidamente trasladado al hospital en cuanto llegó la ambulancia. Las noticias de los médicos fueron devastadoras desde el principio ya que se temía por su vida. Los sanitarios apuntaron que había sufrido un paro cardíaco tras estrangularse.
El forense dictaminó que falleció después de que de forma accidental quedara atrapado. Todas las mañanas cuando se despertaba corría hasta la puerta del dormitorio de su madre para despertarla dándole los buenos días. El día del accidente también lo hizo. Durante la mañana vio la televisión y recibieron la visita de la abuela del pequeño.
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