En la búsqueda desesperada de nuevos residentes, los ayuntamientos de las pequeñas ciudades tiran de ingenio. Un caso con mucha repercusión es el de la ciudad suiza de Albinen, más conocida como la urbe que te paga por vivir, ya que las personas que decidan mudarse a sus dominios recibirán euros 54.000 euros. La estrategia es arriesgada desde el punto de vista económico pero un imán para la visibilidad de la ciudad, y quizás por ello la ciudad de Ollolai en Italia ha optado por una iniciativa similar.
La localidad se sitúa en el corazón de la región de Cerdeña y afronta una pérdida extrema de habitantes hasta el punto de convertirse en una comunidad fantasma: el número de habitantes ha descendido de 2.250 a 1.300 con solo un puñado de nacimientos al año.
Por ello, Ollolai ha puesto en marcha una iniciativa original poniendo a la venta cientos de viviendas históricas por solo un euro. Los nuevos propietarios podrán instalarse en las mismas por ese módico precio. Eso sí, no es oro todo lo que reluce.
La compra tiene letra pequeña y es la siguiente. Los inmuebles se encuentran en pobres condiciones y lo compradores se tienen que comprometer a su rehabilitación en el plazo de tres años, una medida que costaría alrededor de 20.000 euros.
“Presumimos de orígenes prehistóricos y mi objetivo es rescatar nuestras tradiciones únicas del olvido. Siempre hemos sido gente dura y no permitiremos que muera nuestra ciudad”, explica Efisio Arbau, alcalde de Ollolai, en declaraciones a la CNN.
Como en la mayoría de casos del éxodo rural, Ollolai ha sufrido la pérdida de los jóvenes que emigraron a grandes ciudades en busca de un futuro laboral mejor. Mientras tanto, en esta pequeña localidad sobreviven empleos tradicionales como la obtención del queso de oveja por parte de los pastores y la creación de cestos artesanales por parte de los artesanos.
La regeneración, en marcha
El primer movimiento del alcalde para reactivar la urbe consistió en ponerse en contacto con los antiguos habitantes de la misma. Se pidió a propietarios, pastores y artesanos que transfiriesen sus propiedades inutilizadas al Ayuntamiento.
“Tenemos que recuperar de las tumbas las casas antiguas de nuestros abuelos”, afirma. La medida surtió efecto y las casas fueron puestas a la venta en 2017 por cantidades escasas. Tres ya tienen nuevos propietarios y ahora con el precio de un euro ya ha recibido más de 100 solicitudes de compra de diferentes países, incluidos Rusia y Australia. Dado el gran número de solicitudes, el último día para poder comprar vivienda por un euro es el 7 de febrero.
Una vez todas ellas encuentren un nuevo dueño se espera que las nuevas familias den un nuevo impulso a Ollolai, tanto desde el punto de vista laboral como de ocio. Para los que se lo estén pensando, sus ciudadanos aseguran que es un lugar perfecto para liberar el estrés y disfrutar de la tranquilidad.
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