Perú: tras las huellas de Sendero Luminoso en el terreno más desafiante del planeta

  • Soldados y policías antiterroristas siguen peinando la selva para buscar cualquier pista del grupo guerrillero que secuestró a 36 trabajadoresdel gas la semana pasada. Su objetivo: "capturarlos vivos o muertos".
Siete militares heridos en un ataque a helicóptero de lucha contraterrorista
Siete militares heridos en un ataque a helicóptero de lucha contraterrorista
Simeon Tegel, Lima (Perú) | GlobalPost

Soldados y policías antiterroristas siguen peinando la densamente arbolada precordillera en su búsqueda de los rebeldes de Sendero Luminoso que secuestraron a 36 trabajadores del gas la semana pasada.

Los rehenes fueron liberados ilesos el sábado, al parecer cuando el grupo guerrillero se fundió en la selva para huir de los 1.500 soldados y 200 policías especializados que se cernían sobre ellos.

"La orden es capturarles vivos o muertos", dijo el general Luis Howell, jefe de las fuerzas armadas de Perú, desde la ciudad amazónica de Kiteni cuando supervisó la persecución masiva del grupo de alrededor de 30 combatientes de Sendero Luminoso.

Pero eso puede ser más fácil decirlo que hacerlo con los secuestradores escondiéndose en algunos de los terrenos más desafiantes del planeta - los densos, nubosos y escarpados bosques donde los Andes y el Amazonas se superponen.

A pesar de estar a menos de 100 millas (160 kilómetros) en línea recta desde el punto de acceso del turismo de Cusco, la zona no podría ser más inaccesible, con el grupo guerrillero haciéndose camino con sus machetes a través de la espesa maleza.

El secuestro masivo fue una táctica muy inusual de Sendero Luminoso, que en su apogeo en los años 1980 y 1990 sumió al Perú en una guerra civil que mató a casi 70.000 personas.

"Habla en código creyendo que esto nos despistará a la hora de seguir su rastro",  dijo un oficial de policía al diario peruano La República. "Lo importante es detectar donde están sus receptores de radio".

"Precisamente de esa manera podemos localizarlos. Eso explica por qué han respondido con disparos a la persecución. Están perdidos".

Los soldados y la policía cuentan con el apoyo de una flota de 10 helicópteros de combate, seis Mi-17 rusos pertenecientes a la policía y cuatro Huey IIs americanos que pertenecen al ejército. 

Sin embargo, ese poder de fuego abrumador también ofrece pocas garantías. En los últimos años, Sendero Luminoso ha derribado varios helicópteros del ejército.

El 12 de abril, uno de sus francotiradores disparó y mató a la co-piloto Nancy Flores Paucar, de un helicóptero de la policía cuando trataba de aterrizar en un claro durante una operación de intento de rescate.

Ella es una de un total de cuatro policías y soldados que han muerto hasta ahora en la operación. Otros 10 han resultado heridos, incluyendo al menos uno, el capitán del ejército José Casas Carrión, que perdió una pierna al pisar una mina terrestre de fabricación casera colocada por Sendero Luminoso.

Mientras tanto, otros dos agentes de policía han desaparecido. En un comunicado, el Ministerio de Defensa de Perú dijo que los soldados estaban inmersos en una "intensa búsqueda" de la pareja "que perdió el contacto con sus divisiones durante el transcurso de una de las operaciones contra los narcoterroristas".

El secuestro masivo tuvo lugar durante las primeras horas del 9 de abril cuando miembros de Sendero Luminoso irrumpieron en un hotel de la remota ciudad de la selva Kepashiato, donde se alojaban los 36 trabajadores.

Posteriormente, el grupo exigió supuestamente un rescate de 10 millones de dólares y equipamiento que podría ser utilizado para fabricar bombas.

Pero a pesar de la aparente demostración de fuerza, la mayoría de los analistas en Washington creen que el movimiento es en realidad un signo de desesperación de Sendero Luminoso. Viene precedido por el desmantelamiento por el ejército de varias de sus bases, incluyendo la destrucción de las municiones, durante la Pascua, en el Valle del Río Apurimac y Ene, conocido como el VRAE.

Mientras tanto, los rebeldes han sido prácticamente liquidados en el que fue su bastión tradicional del valle del Huallaga, después de la captura en febrero del líder de esa facción.

El VRAE y el Huallaga son dos las principales regiones del Perú para el cultivo de la coca, el ingrediente clave de la cocaína y el crack.

Eso no es una coincidencia. Sendero Luminoso hace tiempo que abandonó cualquier pretensión de provocar una revolución en Perú y ha sobrevivido en los últimos años cobrando a los cárteles de la droga por su protección.

Sin embargo, el legado de la guerra civil contra el grupo - incluyendo la respuesta a menudo brutal del Gobierno peruano- sigue proyectando una larga sombra sobre el país.

En total murieron 69.000 personas, principalmente agricultores pobres de los Andes. Se estima que un 46 por ciento de esas muertes fueron causadas por Sendero Luminoso, pero alrededor de un tercio se debió también a la policía o el Ejército.

La semana pasada, Telmo Hurtado, un ex teniente del ejército, admitió en el tribunal su participación en la masacre de Accomarca de 1985, en la que 69 campesinos, entre ellos 15 niños, fueron asesinados supuestamente por simpatizar con Sendero Luminoso.

Ahora, más de 20 años después de que su líder fundador, Abimael Guzmán, fuese arrestado y condenado por cargos de terrorismo, los remanentes de Sendero Luminoso continúan sobreviviendo, gracias en gran parte a la accidentada geografía de Perú.

Sin embargo, la soga cada vez más asfixiante ejercida por la administración del presidente Ollanta Humala, un ex general del ejército que sirvió contra Sendero Luminoso en la década de 1990, puede acelerar finalmente la desaparición de lo que muchos consideran como uno de los grupos terroristas más despiadados del mundo.

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