Los puntos más oscuros de la investigación realizada por la Policía belga

  • La difusión de imágenes e identidad de un yihadista que consideraban prófugo y después resultó ser uno de los fallecidos, lo poco que se conoce sobre las víctimas y el número de terroristas que participaron son algunos de los aspectos que generan dudas.

    Por otra parte, las labores de inteligencia belga han fracasado, ya que el país recibió alertas sobre un ataque inminente en Bruselas.

Agentes de la Policía belga.
Agentes de la Policía belga.
Diego Caldentey

Las informaciones surgidas en los instantes posteriores a cualquier atentado terrorista o suceso trágico de magnitud suelen ser confusas. Trascendidos, hipótesis, versiones, desmentidas y datos cruzados y hasta contrapuestos resultan casi inevitables en las primeras horas tras cometerse ataques de este tipo.

Ese escenario suele vislumbrarse hasta que las investigaciones realizadas por las fuerzas de seguridad correspondientes van acomodando las piezas del puzzle y clarificando lo sucedido, con el correr de las horas... al menos en muchos de los casos.

Bélgica no ha quedado exenta de un caos generalizado en los momentos siguientes a los ataques en el aeropuerto y en el metro, respecto de la catarata de noticias que llegaban sobre los autores de la barbarie, el número de víctimas, los supuestos sospechosos, etcétera...

Pero lo que más llama la atención es que ya han transcurrido más de 48 horas de las explosiones, y la Policía y el Gobierno belga muestran una preocupante falta de coordinación y errores groseros para intentar dilucidar los hechos.

Uno de los ejemplos más claros es el del terrorista Najim Lacchraoui. Hasta hace pocas horas, la Policía belga había difundido su nombre y sus fotos en todos los medios de comunicación, para que la gente pudiese aportar datos sobre su paradero. Las fuerzas de seguridad lo señalaron como el tercer hombre que aparecía en las imágenes del aeropuerto, con sombrero y vestido de blanco.

Indicaron además que se trataba del hombre más buscado. En teoría estaba prófugo. Sin embargo, horas después han retrocedido en esta teoría: Lacchraoui sería uno de los terroristas que se suicidó en el aeropuerto de Bruselas. Entonces, la pregunta surge inevitable: ¿quién es el sospechoso de sombrero que aparece en las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de Zaventem?

La Fiscalía belga que investiga el caso admite recién ahora que hay un tercer terrorista que ha escapado, pero no es Lacchaoui. No se conoce hasta ahora su nombre, y hasta el momento no hay pistas precisas sobre su rastros.

El número de terroristas también ha ido cambiando. Tres, cuatro...  Ahora conocemos que serían cinco los yihadistas implicados en los atentados, de los cuales solo se conoce la identidad de tres: Khalid y Brahim Bakraoui (los heramnos) y el mencionado Najim Laachraoui.

Las identidades y el número de víctimas también marcan agujeros negros... Respecto a la cifra de muertos y heridos, es lógico que las cifras dancen en los momentos posteriores a los hechos. Pero que solo se conozcan oficialmente las identidades de cinco fallecidos de los 31, hasta ahora, sorprende e inquieta.

La inteligencia belga también ha fallado groseramente. Salah Abdeslam fue detenido finalmente hace escasos días... pero, ¿cómo consiguió permanecer 140 días refugiado y abastecido por cómplices, si era el yihadista más buscado? Lo encontraron a 400 metros de una comisaría...

El barrio de Molenbeek, después de los atentados del 13-N de París, quedó señalado como uno de los distritos más peligrosos del mundo... Resulta un caldo de cultivo para fundamentalistas. Todo apuntaba a que se extremarían los controles en esa zona, pero apenas cuatro meses después de aquel hecho en la capital de Francia, ha quedado en evidencia que poco se ha hecho en materia de labores preventivas de seguridad.

Por otra parte, el diario israelí 'Haaretz' ha señalado que Bruselas recibió alertas de las principales agencias de inteligencia del mundo sobre un ataque inminente en cercanías del metro y del aeropuerto de Bruselas. Esos servicios recomendaban reforzar la seguridad en lugares públicos muy concurridos. Evidentemente, el Gobierno belga desoyó esos consejos.

Hay otro punto oscuro: los detalles de la investigación surgen a la ligera ante los medios de comunicación y a sociedad, sin ser verificados lo suficiente. Alguien filtra esos datos, que como quedó dicho han sido erróneos en determinadas circunstancias... El viernes, la operación de las fuerzas de élite que capturó a Salah Abdeslam se precipitó porque 'Le Nouvelle Observateur' publicó esa mañana que restos de ADN y huellas del hombre más buscado habían aparecido en un piso. Estos son algunos ejemplos de los claroscuros que está mostrando la investigación hasta el momento.

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