"Es lista, agresiva y la conoce todo el país"

Dinero, una agenda liberal, experiencia como fiscal... qué aporta Harris a Biden

Nunca antes en la historia política de EEUU la elección a la vicepresidencia fue tan importante como en estas presidenciales. La senadora deberá movilizar votos claves entre los indecisos.

EFE
Kamala Harris se dirige a la audiencia en un mitin en Los Angeles Southwest College de Los Angeles, California.
EFE

Nunca antes en la historia política de los Estados Unidos, la elección a la vicepresidencia fue tan importante como en estas presidenciales. Y ahora más que nunca se deben cumplir dos reglas fundamentales. La primera, es que el o la acompañante en el "ticket" no puede dañar las opciones para ganar en noviembre. La segunda, es que esa persona debe dar energía y movilizar votos claves entre los indecisos. Kamala Harris respecta los dos principios para impulsar a Joe Biden hacia la victoria.

La primera gran decisión del aspirante demócrata no es una sorpresa. Harris estuvo entre las favoritas al boleto desde que el ex vicepresidente con Barack Obama se garantizó la nominación frente al progresista Bernie Sanders. Kamala Harris también presentó su candidatura a las presidenciales. Lo hizo bajo la promesa de restaurar una democracia fragmentada, revertir una economía desigual y curar un país dividido racialmente. Es una triple ambición que comparte Joe Biden.

Pero esta campaña es muy diferente por el contexto creado por la pandemia y su combinación con la ruptura política creada tras la victoria de Donald Trump hace cuatro años. Y esta situación, a su vez, representa un desafío de gobernabilidad extraordinariamente difícil que tendrá que afrontar el binomio presidencial si gana. A la abrumadora tarea de gobernar en casa y sanar las heridas ideológicas, se le sumará también restaurar la imagen de EEUU en el extranjero.

Las fotos del pasado reciente dan contexto a la batalla que acaba de comenzar. Hay una de cuando Joe Biden tomó juramento a Kamala Harris al asumir el cargo de senadora por California. Eso fue hace algo más de tres años, tras las mismas elecciones en las que otra demócrata, Hillary Clinton, luchaba por dar el último puñetazo al techo de cristal en el mundo de la política ganando las presidenciales. Ahora es ella la que representa la mejor opción de llegar al Despacho Oval.

Biden, que está confinado desde que fue elegido candidato, necesita ganar impulso rápido y Harris representa una oportunidad en ese sentido. El nombre de la senadora es conocido en todo el país y está demostrado que tiene capacidad para generar entusiasmo en temas candentes como la raza o la igualdad, especialmente entre los votantes jóvenes de izquierda. Al mismo tiempo, con su selección los demócratas valoran la larga historia de apoyo de las mujeres negras.

Neera Tanden señala en este sentido desde el Center for American Progress que la historia de la vida de la senadora "demuestra lo que es posible en esta nación cuando luchamos por un sueño americano accesible para todos". Y al nombrarla como su compañera en la campaña, Joe Biden está reconociendo no solo su cualificación sino también "la necesidad de poner las voces diversas de las mujeres, en especial las de color, en el centro del debate político".

Harris, de 55 años de edad, cuenta con cualidades que en el contexto actual sobresalen del resto de candidatas que consideró Biden. La que más resuena en los titulares es precisamente su origen, de padres asiáticos y caribeños. La otra es que proviene del estado más poblado del país y que en el curso de su carrera política ganó más de 10 millones de votos, una cifra que excede de lejos la de cualquier otra legisladora que se consideró para la ocupar la vicepresidencia.

Kamala Harris es la primera persona de color que un gran partido nomina para el segundo cargo electo más importante y la tercera mujer en la historia designada candidata en el boleto. Antes que ella fue la gobernadora Sarah Palin, con el difunto John McCain en las elecciones de 2008. Pese a ser republicana hasta la médula, no tardó en acudir a las redes sociales para darle unos consejos. El más directo, conociendo el carácter de la demócrata, fue decirle que no se deje poner el "bozal".

El presidente Donald Trump comentó tras el anuncio que Kamala Harris fue desde el inicio su "favorita número uno", pero también dijo que le extrañó que Joe Biden la haya elegido porque trató al candidato a las presidenciales con desprecio durante los debates en las primarias demócratas. "Fue más desagradable que Pocahontas", añadió en referencia a Elizabeth Warren, otra entre la docena de mujeres en la lista, "es difícil elegir a alguien así de poco respetuoso".

La energía, el carácter, la empatía, el intelecto y el humor de Kamala Harris serán también un fuerte para contrarrestar e incluso desmantelar los argumentos de Donald Trump o Mike Pence en cuestiones clave para los electores como la seguridad económica o la respuesta a la pandemia. Y el hecho de que ser mujer afroamericana de origen birracial e inmigrante refuerza aún más el mensaje de igual, diversidad e inclusión para las nuevas generaciones y las mujeres blancas.

La mejor muestra de lo que puede contribuir a la batalla para lograr la presidencia es la reacción entorno republicano, en concreto del senador Lindsey Graham. El conservado de Carolina del Sur, uno de los más ardientes defensores de Donald Trump, tuiteaba que "Kamala Harris será una oponente formidable". Y resume sus cualidades mejor incluso que cualquier insider del aparato demócrata. "Es lista, agresiva y está completamente entregada a una agenda muy liberal".

Kamala Harris, graduada en Derecho, creció como hija de madre soltera. En cuestiones económicas, defiende que se establezca el salario mínimo en 15 dólares por hora trabajada, recortar los impuestos a la clase media, un mayor escrutinio regulador a las grandes tecnológicas y elevar los impuestos a Wall Street para financiar un modelo de sanidad pública universal. También apoya el "Green New Deal" y se opuso al nuevo acuerdo comercial con México y Canadá.

Aunque fue de las primeras en apearse de la carrera presidencial, sabe cómo manejar una campaña. Antes de ser elegida senadora, se postuló con éxito para fiscal del distrito de San Francisco y después para ejercer como fiscal general de California, el segundo departamento más importante del país. Precisamente por su experiencia como fiscal, la selección de Kamala Harris puede servir para neutraliza el mensaje de Donald Trump de que es el presidente de la Ley y el orden.

En el contexto actual, este último detalle podría representar un atractivo para los votantes independientes más conservadores en los suburbios. Pero su registro como fiscal puede complicar su atractivo entre los negros. Biden, por su parte, también adoptó decisiones legislativa que perjudicaron a las familias negras, algo que Harris le reprochó es las primarias. No es un riesgo menor, porque la suerte del boleto demócrata dependerá de su capacidad para movilizar todo el voto afroamericano bajo una compleja coalición multicolor.

Harris aporta, por otro lado, sustento financiero a la campaña de Biden y juntos pueden superar a la maquinaria que apoya a Trump. La senadora es capaz de mover mucho dinero en Los Ángeles (Hollywood) y San Francisco (Silicon Valley). Si se toma como referencia el momento en el que lanzó su candidatura, el Center for Responsive Politics estima recaudó un total de 43 millones de dólares. Entre sus mayores donantes se encuentran Alphabet, WarnerMedia y Walt Disney.

Si el mundo del cine y de las tecnológicas se encuentra cómodo con esta elección para el segundo cargo más importante en el ejecutivo estadounidense, también aplauden el buen juicio de la primera gran decisión de Joe Biden en Wall Street. "Eligió a la acompañante perfecta", valoran los analistas en el parqué, "le ayudará inmensamente". Es otra manera de decir que la elección de Kamala Harris refuerza la noción de que el boleto demócrata es más moderado que progresista.

Mostrar comentarios