Sri Lanka prohíbe el uso del burka, nicab o velo para ayudar en la identificación

  • Entre los casi 150 detenidos por la cadena de atentados se encuentra la esposa y la hija de Zahran, el presunto organizador de los ataque.
Fotografía de los destrozos de los atentados de Sri Lanka.
Fotografía de los destrozos de los atentados de Sri Lanka.
EFE.

Los atentados de Sri Lanka se podían haber evitado. Así lo ha reconocido el primer ministro después de los atentados del Domingo de Resurrección en el que perdieron la vida 253 personas en ataques a iglesias y hoteles de lujo, entre ellos dos jóvenes gallegos de poco más de 30 años. Los organismos de Sri Lanka fueron informados por países aliados de la serie de atentados antes de que se produjesen, y habrían sido evitados "si las agencias de seguridad hubiesen seguido las instrucciones que se les había dado", lamentó el primer ministro Ranil Wickremesinghe. Ahora toman medidas  para intentar esclarecer lo sucedido y ha quedado prohibido el uso de cualquier tipo de prenda que cubra el rostro. 

"El presidente ha prohibido todo tipo de coberturas faciales que dificultan la identificación, lo que representa una amenaza nacional y pública", informó la Oficina del mandatario en una notificación "urgente" que entra en vigencia desde ya. 

A partir de entonces, el rostro "deberá exponerse claramente", añade el comunicado que precisa que la norma se ha implementado en el marco del estado de emergencia que rige en el país desde los ataques del pasado domingo cometidos por al menos nueve suicidas.

La comunicación que prohíbe todo tipo que cubrimiento no hace excepción a prendas como la burka o el nicab, el velo usado por algunas mujeres de las comunidades musulmanas. En los últimos días, las fuerzas de seguridad han practicado una serie de redadas a varios vecindarios del país, con predominantes poblaciones musulmanas, tras la pista de los responsables de los ataques a tres hoteles de lujo y tres iglesias.

La Policía confirmó que entre los casi 150 detenidos se encuentra la esposa y la hija de Mohamed Zahran, el presunto organizador de los ataque. Las familiares del hombre sobrevivieron a la explosión de un suicida que se inmoló durante una redada de las fuerzas de seguridad a una de las casas seguras de los terroristas.

En la última semana los musulmanes han expresado su temor a las represalias en contra de la comunidad tras los ataques, y el ministro de Asuntos Religiosos Musulmanes, Abdul Haleem Mohamed Hashim, pidió el pasado jueves a estos no acudir a las plegarias colectivas del viernes. La minoría musulmana de Sri Lanka, un 9,7 % de la población, en el pasado ya ha sido víctimas de ataques.

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