Tras el terremoto de Haití: "Nunca perdimos la esperanza de recibir a Medelin y traerla a España"

  • Los tres matrimonios murcianos que estaban en trámites de adopción antes del seísmo, ya están en casa con sus hijos. No así los niños de otras cuatro familias catalanas, que deben esperar a que se solucione su documentación.

Familias murcianas logran terminar el proceso de adopción en Haití y regresan a España
Familias murcianas logran terminar el proceso de adopción en Haití y regresan a España
María Torrens Tillack/ Pablo Arqued

El terremoto de Haití minó sus ilusiones, pero su actitud positiva siempre fue mayor que las malas vibraciones que enviaban los medios de comunicación. Ahora, dos semanas después del desastre, y tras un duro viaje, tres familias españolas residentes en Murcia ya tienen a sus hijos adoptados con ellos, cuyos procesos habían comenzado dos años antes. Medelin, Rafita y Ester ya han pasado su primer día junto a sus nuevos padres.

Medelin ha vivido con sólo 18 meses de vida un terremoto que ha dejado devastada su ciudad. Es hija de Javier Casanova y Ana Belén Martínez. "Nosotros estamos muy cansados. Ha sido un viaje muy largo en el que hemos tenido que tomar varios aviones", manifiesta Javier por teléfono, poco antes de entrar a su trabajo, de forma risueña.

Su mujer, Ana Belén Martínez, está en casa con la niña, de 18 meses. "Estamos adaptándonos a nuestra nueva vida y ya queremos normalizar nuestra rutina. Lo mejor es que Medelin se encuentra perfectamente, a pesar de todo lo que ha pasado", manifiestan a la vez que recuerdan que su proceso de adopción comenzó hace dos años, mucho antes de que naciera la pequeña.

Javier y Ana Belén recuerdan, con cierto alivio desde la corta distancia temporal, cuando se enteraron de que un terremoto había afectado Haití. "Nuestra actitud siempre fue positiva. Como se dice, la esperanza es lo último que se pierde".

En ese punto coinciden con ellos Rafael Hernández y María José Atienza, padres de Rafita de 21 meses. Este matrimonio murciano también está ya en su casa de La Ñora "muy bien, muy felices, pero muy cansados", según ha comentado la feliz madre a lainformacion.com mientras al otro lado del hilo telefónico se oía a Rafita gimotear, probablemente también cansado después de un viaje que ha durado más de 24 horas.

Ester, de cuatro años, también está ya en su casa murciana con sus padres Ascensión Rodríguez y Francisco Fuentes. Las tres familias murcianas ya se encontraron con los niños el sábado en un orfanato de religiosas de Pensilvania (EEUU), a donde los niños fueron evacuados desde Haití, porque había relación entre ambos centros, pero no regresaron a España hasta este lunes.

Familias catalanas, esperandoa sus niños

Por su parte, los niños adoptados por las familias catalanas continúan en Haití a la espera de que las autoridades del país caribeño les faciliten un pasaporte y se cumplimenten todos los aspectos legales, según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, que han indicado que existen "muchas dificultades sobre el terreno".

Aurelio Márquez, padre de Nick, que en marzo cumplirá cuatro años y ya lleva su apellido, cuenta que su mujer -Cristina Esteban- y él están "impacientes por poder abrazarlo", pero a la vez tranquilos porque "sabemos que está bien". Márquez ha explicado que los niños se encuentran en un campamento de refugiados y esperan que pueda venir a España esta semana.

Además de Nick, también Tania, Polycia y Daphekaine esperan en ese campamento para volar a España y comenzar una nueva vida con sus padres.

Ellos serán los últimos niños haitianos que se adopten, de momento, en España, pues ellos ya estaban en proceso de adopción antes del terremoto, pero la legislación española prohíbe adoptar ahora, que el país caribeño está en situación de catástrofe natural.

De hecho, la semana pasada las ONG más destacadas en labores de ayuda humanitaria, como Cruz Roja o Intermón Oxfam, ya advirtieron que en una situación como la que vive Haití ahora no se debe adoptar, por dos motivos: por la dificultad para confirmar que un niño se haya quedado huérfano y sin familia que pueda acogerlo y por el doble trauma que podría suponer el cambio de vida y familia de forma acelerada.

Se calcula que un tercio de los damnificados por el terremoto, son niños y Unicef ha advertido sobre las redes de trata de niños que operan en Haití e incluso ha llegado a hablar del secuestro de quince menores desde el terremoto, una información que sin embargo después han dicho no poder confirmar.

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