'Vallas como las de Hungría son inútiles, miren a Ceuta y Melilla'

    • Lo asegura Carmen González Enríquez, Investigadora principal de Demografía y Migraciones Internacionales del Real Instituto Elcano. A su juicio, 'el problema de las cuotas de refugiados es la gran desigualdad en las políticas de asilo de los Estados miembros' de la UE.
    • La reducción de inmigrantes en España ha sido sólo de 496.000 personas, es decir, menos de un 10% del volumen de inmigración que llegó antes de la crisis. Carmen González afirma que el número de inmigrantes en España es menor del que aparece en el Padrón.

El mundo vive una crisis de refugiados y desplazados de un tamaño sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, según datos de Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados. Más de 50 millones de personas han pedido asilo en otro país o han tenido que desplazarse dentro del propio a causa de conflictos bélicos, casi la mitad de ellos en África y Oriente Próximo.

Solo de Siria han salido más de tres millones de personas, y otros seis se han visto forzados a trasladarse dentro del país. La dictadura de Eritrea, el Estado fallido de Somalia, la violencia del llamado Estado Islámico, los conflictos en Sudán o Malí, todos ellos han causado en los últimos años un aumento sustancial del número de personas que huyen de su país.

Así se expresa Carmen González Enríquez, investigadora principal de Demografía y Migraciones Internacionales del Real Instituto Elcano, con quien charlamos del drama migratorio para tantas personas y familias, y su impacto en los Estados, especialmente en los de la UE y fronterizos.

- Comenzamos por el concepto. ¿Es correcto distinguir entre refugiados e inmigrantes?

- Sí, es bueno diferenciar refugiados e inmigrantes, porque los refugiados huyen de su país, en este caso Siria, por razones bélicas, y los inmigrantes por una razón económica. Pero cada vez es más difícil esta distinción, en especial entre los que proceden de Africa, porque al final los refugiados se establecen y buscan un trabajo y mejora económica, como hacen los inmigrantes.

- La Unión Europea parece ser el destino más próximo de los que buscan ayuda.

- Por diversas razones, la UE es el único destino cercano de los que buscan un refugio en el que se garanticen sus derechos humanos y un mínimo de bienestar individual. En la la UE se han establecido diversos mecanismos para abordar ambos flujos, el de los refugiados y el de los inmigrantes económicos irregulares.

Expresado de forma simplista, a los peticionarios de asilo se los acoge mientras su solicitud se examina y a los inmigrantes económicos irregulares se los devuelve a su país o al de paso del que procede. Pero ambos mecanismos tienen importantes fallos.

Centros de refugiados: deben estar cerca de los países en guerra

- ¿Está usted de acuerdo con la fórmula de cuotas de refugiados por país que se está discutiendo en Europa estos días?

- Me parece bien. Hay que volver al plan original, cuando se habló de esta idea, aunque en su momento España y países del Este se opusieron, y Gran Bretaña se quedó al margen. Alemania siempre se ha mostrado muy generosa en este aspecto. El problema es la gran desigualdad en las políticas de asilo de los Estados miembros.

- Sin embargo, no parece que ésta sea una solución estable, porque si el conflicto continúa, y surgen otros nuevos, las cuotas de personas acogidas por país tendrán que crecer.

- En efecto, lo que está recomendando Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados, es subvencionar y ayudar a los países vecinos del que está en guerra, en este caso Siria. Ahora, estos países vecinos están al límite, se ha sobrepasado su capacidad. Por eso, lo que Europa puede hacer es financiar nuevos centros de refugiados y apoyar y mejorar los que ya existen. Las recomendaciones de la ONU van en la línea de que los refugiados permanezcan lo más cerca posible de su país, para que puedan volver cuando antes.

- ¿Cómo ve las vallas en Hungría?

- Son inútiles. Cualquiera puede pasar, como se está viendo. La experiencia de España en Ceuta y Melilla es que las vallas no sirven para nada.

- Vamos a las causas. ¿Por qué huyen de su país los inmigrantes? Parece que hay consenso entre los Estados y los expertos en que hay que ayudar en origen a los países más pobres. Los emigrantes huyen del hambre, de las epidemias, buscan un trabajo...

- Gran parte de los países desarrollados, aunque no todos, están comprometidos con ayudar al desarrollo de estos países. Pero las inversiones en origen no son una solución de hoy para mañana, de golpe. Eso hay que saberlo. Su efectividad tarda diez, veinte, treinta años...

- La inmigración constituyó mano de obra barata para algunos países como España en años pasados, en sectores como la construcción y otros. ¿No se tiene en cuenta eso? Ellos ayudaron a sumar para el crecimiento de nuestra economía. Pueden volver a hacerlo en momentos de despegue.

- Tenemos en España una elevada tasa de paro que puede constituir muy bien mano de obra disponible para esos momentos. Lo que necesitamos es más bien capital humano con alta formación, cualificado.

- La población española ha aumentado en más de 7 millones de personas, un 18%, desde el período de llegada masiva de inmigrantes, pero los desafíos demográficos son los mismos que a finales de los 90. Usted asegura que urge una política de apoyo a la natalidad.

- Desde luego. La crisis económica ha puesto fin a un período de crecimiento excepcionalmente alto de la población española, en el que ésta aumentó a un ritmo del 1,6% anual a causa de la inmigración, un ritmo de crecimiento similar al de África del Norte en ese período, más propio de los países en desarrollo que de los del primer mundo. Tras siete años de crisis y tres de reducción de la inmigración, la población española sigue siendo mucho mayor de lo que era antes de comenzar esta afluencia migratoria.

En este período las mujeres se han incorporado masivamente al mercado de trabajo, a la vez que lo hacían los inmigrantes y muchos jóvenes que abandonaron los estudios en la etapa de la burbuja inmobiliaria. Por ello, aunque la tasa de ocupación es ahora igual que la del año 2000, la de paro es mucho más alta. Ni siquiera en los momentos de mayor crecimiento pudo la economía española absorber del todo ese aumento del número de activos.

'Muchos inmigrantes mantienen su registro padronal, pero emigran o vuelven a su país'

- La crisis ha afectado a los inmigrantes más a los españoles. ¿En qué grado?

-La inmigración siguió hasta comienzos del 2012 a pesar de la crisis, y a pesar de que esta crisis afecta a los inmigrantes de modo mucho más negativo que a los autóctonos, con tasas de paro mayores y una cobertura muy baja de las prestaciones por desempleo.

Según datos del tercer trimestre de 2014, la tasa de paro de los extranjeros es del 33%, frente a la media española del 24%, ahora reducida en 2015. La diferencia era aún mayor en 2013, con una distancia de 13 puntos (24% españoles, 37% extranjeros).

- ¿Y por qué no ha descendido más el número de inmigrantes?

- La reducción ha sido sólo de 496.000 personas, es decir, menos de un 10% del volumen de inmigración que llegó antes de la crisis. ¿Cuál es el colchón que permite la supervivencia en España de tanto inmigrante en situación precaria? Hay varios motivos, que expongo en mi estudio de este año sobre 'Migración, trabajo y amenazas al sistema de pensiones: balance del período 1996-2014'' (www.realinstitutoelcano.org). Por ejemplo,el número de inmigrantes es menor del que aparece en el Padrón. Según esta hipótesis, muchos inmigrantes están manteniendo su registro padronal en España para conservar sus derechos de estancia pero, a la vez, han emigrado a otros países europeos o han retornado a su país de origen.

A pesar de todo, tras un período de crecimiento y crisis, y al inicio de una nueva recuperación, el gran problema de futuro en España sigue siendo la baja natalidad, a la que debe dedicarse una atención política prioritaria.

- ¿La salida de inmigrantes incide en el sistema de pensiones?

- En estos momentos, con 46.725.000 habitantes, cuando el país empieza a recuperarse de la crisis, y los datos del INE respecto a la primera mitad de 2014 indican un descenso de las salidas de población desde nuestro país, los grandes interrogantes relativos al futuro del modelo de bienestar y en particular del sistema de pensiones, son los mismos que a finales de los años 90.

Como entonces, el factor clave, cómo potenciar la natalidad para frenar el aumento de la tasa de dependencia, sigue desatendido, en mi opinión. Los recursos se concentran en alargar la vida de los individuos y en asegurar una vejez solvente, y poco o nada se hace para fomentar el reemplazo generacional. La competencia electoral entre partidos produce desinterés por los niños, que no votan, y mucho más por los hijos que ni siquiera llegan a concebirse: quizá, para modificar esa lógica perversa, debería pensarse en fórmulas nuevas que dieran a los padres de hijos menores de edad un plus de representación política.

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