OPINION

'La última cena', la última cutrez de Telecinco

Moco Antonio Montero La última cena
Moco Antonio Montero La última cena

'La última cena' es la nueva versión de 'Sálvame' en Telecinco. Porque es 'Sálvame', desde el decorado de 'Sálvame', con los protagonistas de 'Sálvame' , con los gritos de 'Sálvame' y con unos colaboradores elegidos, en este caso Lydia Lozano y Kiko Matamoros, cocinando para el resto de sus compañeros. En riguroso directo, claro.

Y es que en Telecinco tienen claro que su línea editorial de canal es ir en directo a muerte, para hacer sentir al espectador que se cuela en la vida de unos personajes que pasan tantas horas en emisión que son como de la familia. De hecho, 'La última cena' es como cuando en casa quitas todo en el salón para poner una mesa portátil de camping disfrazada con un mantel de papel para la cena de Navidad. Pero en formato cutre, porque este invento es cutre en sí mismo. Hecho con ley del mínimo esfuerzo, confiando demasiado en una audiencia que parece que ve Telecinco por pura inercia, le echen lo que le echen. Aunque sea un show tan vacío como este.

Ni siquiera se ha visto bien cómo cocinaban Lydia y Kiko. Quizá en Mediaset han aprendido, por otros programas suyos anteriores de los que hemos olvidado hasta el nombre, que si se va a ver la elaboración desordenademente guarra... mejor evitar planos detalle o el público sale corriendo de asco. La cocina tiene que tener un punto aspiracional siempre en televisión.

Jorge Javier Vázquez en 'La última cena'
Mirtha Legrand.

No obstante, 'La última cena' simplemente es una excusa para dar más batalla con surrealistas piques entre los colaboradores de siempre, esta vez catando platos de sus compañeros. Pero sin el ritmo de 'Salvame' y con esos mismos colaboradores visiblemente cansados de dar juego. Hasta Lydia Lozano se quejaba de que no le había dado tiempo de ducharse entre el final de 'Sálvame' y el comienzo de este programa, evidenciando además que a las 8 de la tarde ni siquiera sabía lo que tenía que cocinar. Todo improvisado, oliendo a la legua a falta de preparación o de un mínimo concepto.

Es la televisión requetelowcost que ya nos dejó la crisis de 2008, que siempre ha merodeado por Telecinco y que ahora nos vuelve a esperar: tele muy barata que encuentra conflicto hasta en una ensalada con melón. Melón que no ha terminado de convencer a María Patiño, que después echó el aliento a Jorge Javier Vázquez. Porque lo de las distancias de seguridad de la desescalada en este programa de cocina han sido ciertamente volátiles. Eran, más bien, como otra trama del programa para despertar atención en el espectador: ay, que se acercan, ah, que Antonio Montero está hablando encima del emplatado de sus compañeros y luego en la mesa se le sale un moco por la nariz, ay, que Chelo García Cortés va a probar el plato que ha manoseado Lydia Lozano, ay, que Mila Ximénez está bebiendo directamente del grifo del baño... Eso no es muy recomendable en estos tiempos...

Y, vista a través de webcam, Belén Esteban en su hogar esperando para probar la cena que se había cocinado en plató. Pero, por supuesto, llegó derramada. Estampa perfecta para despertar el chascarrillo en las redes sociales en noches de viernes en las que la tele anda escasa de novedades divertidas.

La última cena cena derramada
Cena derramada.

Telecinco siempre creando tensión, oye. Hasta del caos de un programa desangelado y cogido con alfileres como este intentan hacer espectáculo. Bastante fallido en este caso, eso sí. Este delirio no tiene recorrido si no aporta algo más. Su estreno lideró con un 15.6 por ciento de share y 2.040.000 espectadores, que tampoco es para tirar cohetes porque ha aterrizado en un prime time fácil, sin nada de competencia y hasta con un refrito quemado de 'Tu cara me suena' en Antena 3. Pero incluso sin rivales se terminará desgastando como no incorporen un poco más de sustancia de concurso que tenga algún objetivo claro y no sólo sea mero sainete de relleno. 'MasterChef' arrasa en audiencias porque es una competición gastronómica muy bien tejida. Existe una motivación de los aspirantes a chef hacia una meta vital que es narrada como culebrón tragicómico. Y siempre cuidando fondo y forma. Porque en la tele-acontecimiento la estética sigue siendo crucial para diferenciarse de otras plataformas y destacar más allá de tu audiencia asidua, que ya la tienes.  Los propios de 'Sálvame' lo saben con sus tretas de realización. Pero 'La última cena' ni es 'Sálvame' ni reality de cocina. 

A este ritmo, toda la programación de Telecinco estará presentada por Jorge Javier Vázquez desde el plató de 'Sálvame'. Al menos, él relativiza y él ha sostenido el programa con su rápida comedia socarrona. Se ríe de sí mismo y hasta ironiza con lo cutre que es todo. Pero hasta lo de reírse de uno mismo llega a un límite. 'La última cena' no merece tener éxito: pues si funciona, sus artífices tendrán más motivos para acomodarse, para creer que su público fiel se traga (nunca mejor dicho) cualquier cosa. Aunque se indigeste.

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