"Quédate en casa", recuerda un vídeo corporativo de Mediaset. Lo paradójico es que en este spot aparece Lara Álvarez en su paradisíaca isla. Es la grandeza de Telecinco: puede reivindicar una deber social desde un contexto que representa justo lo opuesto.
Pero da igual la contradicción. No puede dejar de salir su programa estrella en tal mensaje institucional. Porque 'Supervivientes' para Telecinco es el formato estelar. El canal necesita la isla de los famosos hasta en pleno Estado de alarma. Al menos, mientras que la situación del coronavirus en Honduras se lo permita.
De hecho, el reality es el único gran producto de entretenimiento que continúa casi sin variaciones en la televisión nacional. La competición sigue prácticamente intacta en el cayo Menor. El culebrón avanza como si nada hubiera cambiado fuera de esa isla, como si nuestras vidas estuvieran aún en febrero. Pero no, no lo están.
Que un show de entretenimiento se mantenga es positivo porque otorga una alternativa de programación a una audiencia que también demanda evadirse. No todo va a ser información televisiva en directo porque, entonces, se transforma en sobreinformación. La distracción también es relevante como servicio público en jornadas confinadas.
Pero, a la vez, queda a la vista como Telecinco ha construido una excesiva dependencia con su reality estrella. Mediaset ha cimentado toda su programación en el mismo tipo de producto. Con esta táctica, logra una gran rentabilidad con sólo una inversión. Esta única producción alimenta de dimes y diretes a toda su parrilla: se nutren de la misma materia prima la mayor parte de las franjas de máxima audiencia y el contenido de todos sus magacines.
Como consecuencia, Telecinco intenta tener en activo un show de tele-realidad en cada temporada alta. Pero, de todos, el más infalible es 'Supervivientes' gracias al grado de implicación emocional y física que evidencian sus participantes.
Telecinco pone todos los huevos en un mismo 'cesto', que es muy rentable y se llama 'Supervivientes'. Lo malo es que si ese cesto falla, la programación se debilita al completo y tienen que terminar repitiendo las ya desfasadas 'Escenas de Matrimonio' para rellenar (como sucede en el late night). Una televisión sólo es generalista si articula su oferta a través de varios programas estelares que aseguran riqueza de contenidos a lo largo del curso. De esta manera, el canal es más fuerte ante los posibles contratiempos. Si el canal aguanta todo el peso en sólo un pilar, esa columna puede terminar cediendo y la cadena al completo tambaleándose.
Es un riesgo que asume Telecinco al centrar la línea editorial en un mismo género. Mediaset sin 'Supervivientes' ahora no sería tan fuerte, le faltarían cartuchos, así que Lara Álvarez sigue bajo el Sol de Honduras diciendo 'quédate en casa'.
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