OPINION

Aló, ¿es la república independiente catalana o la guerra de Gila?

A las tres y media de la tarde del viernes 27 de octubre de 2017 se declaró la república independiente de Cataluña. A continuación, la gente volvió a los bares, las parejas salieron a pasear y todo el mundo retornó a su rutina.

En realidad, no pasó nada.

Digo esto, porque en 1934, cuando se declaró el Estado Catalán, el ejército declaró “estado de guerra”, la izquierda independentista montó barricadas en las calles y el edificio del Govern acabó siendo atacado a cañonazos por las fuerzas del orden hasta que todo el Govern se rindió y fue enviado a la cárcel.

Pero tras la declaración de independencia de este 27 de octubre, todo el mundo en Cataluña y en el resto del país se dedicó a pasar un fin de semana cálido.

Lo que empieza ahora es una batalla, sí, pero administrativa. El gobierno ha respondido aprobando el artículo 155 de la Constitución que le da derecho y poder para intervenir en Cataluña.

Como el verbo intervenir tiene muchas acepciones, parecía que no estaba claro cómo lo iba a hacer. Ya sabemos algo: el gobierno disuelve el Parlamento de Cataluña, convoca elecciones, destituye al gobierno catalán, y fulmina al jefe de los Mossos d’Esquadra.

Además, la Fiscalía General del Estado presentará el lunes en el Tribunal Supremo una querella contra el Govern por un delito de rebelión. Eso supone hasta 30 años de cárcel.

De modo que tenemos disolución del Parlament, destitución del Govern, despido del jefe de los Mossos y llevar a los tribunales a los sediciosos. ¿Cómo se cumple todo eso? Por ahora solo ha empezado la guerra de Gila, es decir, más humorística que otra cosa: solo hay declaraciones. Pero tarde o temprano esa guerra administrativa tiene que desembocar en un uso por la fuerza. Por ejemplo, llevar a los sediciosos a los tribunales, juzgarles y enviarles a la cárcel quizá no sea tan fácil como con los ‘Jordis’, los agitadores de ANC y Omnium Cultural. Pero habrá que hacerlo.

Pasarán cosas curiosas: organizar unas elecciones y crear un nuevo Parlament puede darnos imágenes como la de la Policía y la Guardia Civil defendiendo los centros de votación y las urnas, y los independentistas rompiendo las urnas. La CUP ya ha dicho que no acepta las elecciones y que organizará una “paella masiva insumisa”.

La guerra de Gila terminará cuando llegue el uso de la fuerza.

Y ahí empezará la guerra de verdad.

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