OPINION

¿Qué hará Brufau con la escapada verde de Repsol si recibe la llamada de Nadal?

"Todos están esperando a la saudí Aramco y que haga públicas sus reservas para su salida a bolsa. Eso dará una medida clara de cuánto petróleo queda", expone sin ambages un experto del sector energético para explicar el giro estratégico que afrontan las compañías petroleras. Como ejemplo, Shell ha comenzado a suministrar electricidad en Reino Unido, tras invertir en firmas como Kite Power Systems, Glasspoint Solar Inc o Sense y entrar en el mundo de las energías eólica, solar o de las startup renovables, respectivamente. Una senda por la que también transitan en mayor o menor grado gigantes como BP -con inversiones multimillonarias en tecnologías emergentes-, Total, E.ON, GDF Suez o Statoil -con fondos de capital riesgo en marcha para invertir en renovables con potencial-. Todo un cambio de guardia.

Lejos quedan, pues, los tiempos en que Alberto Cortina hablaba de Repsol como una petrolera 'verde' y suscitaba 'sotto voce' la incomprensión, cuando no la sorna. De hecho, ser consciente de esa hoja de ruta global es clave para vislumbrar el movimiento que prepara Antonio Brufau -a punto de cumplir 14 años al frente de la multinacional y con más de dos décadas en la firma-. Será un movimiento en dos fases. La primera la adelantaba esta semana el diario Expansión, al publicar que la compañía negocia la venta al fondo CVC de la participación del 20% que aún atesora en Gas Natural. La propia sociedad confirmaba la información, por mucho que precisara que las negociaciones se encontraban en un estadio embrionario y que podría haber otros jugadores en el partido.

"Con los fondos obtenidos en la desinversión, más otros que se han generado en el pasado con la venta de activos petrolíferos no estratégicos -como en Indonesia-, lo normal es que Brufau acometa la compra de una gran compañía más centrada en el negocio verde. Se ha mirado Renovalia, pero el tema no vuela. El planteamiento podría ir más por una firma internacional", relatan fuentes próximas a la compañía. Fuentes internas de la casa dan por hecho que la operación de salida de Gas Natural estará cerrada antes de primavera -"CVC es una opción plausible", exponen- y añaden que, como bien explicaba Santiago Carcar este domingo en estas mismas páginas, Repsol bien podría apostar por desarrollar su propio proyecto de gas.

"Se busca esencialmente lavar la cara -expone un alto ejecutivo del sector, que ofrece una visión alternativa al no avalar que los beneficios del petróleo estén tocando ni mucho menos a su fin-. De hecho, lo que no saben es dónde meter tantos beneficios y excedentes. Por eso han vuelto la mirada a las renovables. Ademas, trabajan en zonas donde es muy fácil impulsar este tipo de proyectos. Por ejemplo, en el caso de Repsol, Vaca Muerta es una zona de viento donde las energías limpias pueden ser un complemento perfecto. Además, ¿dónde van a invertir? En prospección, no. En refino, tampoco. ¿Qué les queda?". Sea como fuere, por unas razones o por otras, en la parte industrial la suerte parece echada.

Ahora bien, ¿y la cuestión política? Dicho de otro modo, ¿cabe esperar que un Gobierno que se está revelando tan intervencionista en la opa sobre Abertis calle mientras el 40% de Gas Natural queda en manos de dos fondos extranjeros, véase GIP y CVC? "El movimiento puede tener sentido y el Ejecutivo tener poco que decir -subraya un técnico que transitó por ministerios económicos-, pero en condiciones normales es impensable que una operación de este calado se haga sin conocimiento y aquiescencia del Gobierno. Claro que en estos momentos, tras la salida de Moragas, la diáspora que se percibe y el momento que se vive Cataluña, hay una clara sensación de debilidad en Moncloa de la que Repsol se puede aprovechar e intentar hacer de su capa un sayo".

Todo mientras la eterna falta de sintonía entre los principales actores de Repsol y Gas Natural está más que descontada. Sin entrar en el eterno frente Brufau-Fainé, fuentes internas de la propia petrolera explican cómo su presidente "no puede ni ver a Villaseca [a la sazón primer ejecutivo de la gasista] a raiz de sus pasadas disputas por el gas natural licuado". En suma, un escenario abonado para un divorcio de conveniencia y dos destinos... que podrían converger -más bien rivalizar- en función del nuevo plan estratégico que contemple la petrolera. Siempre que Nadal siga mirando para otro lado, enfangado con Abertis. Si recibe la inefable llamada, a Brufau -que mejor haría en no anunciar los cuatro vientos la venta si quiere maximizar el precio- le quedarán pocas opciones para reinventarse.

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