Opinión

Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando

Fotografía de energía solar
Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando
L.I.

El titular de esta tribuna se lo atribuyen a Picasso, que siempre decía que detrás de un gran artista está la constancia y el trabajo. En la actualidad, y a causa del parón económico provocado por el confinamiento, España se enfrenta a la imperiosa necesidad de reactivación poniendo en marcha iniciativas e instrumentos propios que agilicen y creen nuevas líneas de actividad que puedan, no solo generar valor a corto plazo, sino formar parte de nuestra economía del futuro. A las iniciativas de carácter interno se irán incorporando, con los tiempos necesarios, las que procedan de los apoyos y ayudas del mecanismo europeo, tanto a fondo perdido como con líneas de préstamos, que se pondrán a disposición del Estado para acelerar la recuperación.

Esta situación deja una puerta abierta ya que tenemos la oportunidad de elegir entre un modelo de salida de la crisis que apueste por incrementar la presencia de actividades del pasado o por otro que se base en el progreso y la sostenibilidad, aprovechando nuestras capacidades tecnológicas e industriales y nuestros recursos.

El hecho de generar y acelerar actividad a corto plazo solo y exclusivamente con la misma estructura productiva, para dar una falsa sensación de crecimiento, pero sin visión de futuro, está abocada al fracaso. Esto ya pasó en materia energética en la crisis del 2008, cuando fomentamos el carbón nacional y acabó siendo un sumidero de recursos ya que se destinaron casi 500 millones de euros de inversiones medioambientales y 3.000 millones en ayudas al funcionamiento, para que, al final, los propietarios de las centrales se vieran obligados a cerrar porque no eran, ni mucho menos, rentables, sumiendo en una crisis ya prevista a las regiones productoras de carbón que estaban sufriendo el paulatino cierre de forma anticipada. O como se hizo a través del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, el denominado Plan E, puesto en marcha en 2008 y 2009, con una dotación entre ambos años de más de 13.000M€ en apoyos a iniciativas abiertas que debían proponer las corporaciones locales, sin que existiera un criterio preestablecido de elegibilidad, y que supuso que la mayoría de las iniciativas que se planificaron como inversión acabaran siendo un gasto, como así lo refleja en sus informes el Tribunal de Cuentas.

La Fundación Renovables acaba de presentar, el pasado martes 2 de junio, un paquete de medidas de reactivación enmarcado dentro de lo que podíamos llamar la nueva economía ligada a procesos de generación de valor en iniciativas de futuro y centradas en la sostenibilidad energética, en línea con lo que se ha venido a llamar "New Green Deal". La propuesta, con más de cien líneas de trabajo, se centra en actuaciones que, hoy día, ya son capaces de generar crecimiento inmediato desde la rentabilidad intrínseca de cada una de ellas e incluye, a modo de ejemplo: el autoconsumo, la rehabilitación de edificios y de viviendas, el vehículo eléctrico, las infraestructuras como el carril bici, la digitalización, la reindustrialización, la apuesta por el medio rural y por el transporte público eléctrico, etcétera, con un presupuesto de inversión de más de 60.000 millones de euros a licitar y/o ejecutar en el periodo 2020/2021, del que el 7,2% debería proceder de inversión pública, principalmente para la rehabilitación de viviendas de familias en condiciones de vulnerabilidad.

Para llevar a cabo este esfuerzo se apuesta por un cambio en la política fiscal, convirtiéndola en una herramienta mucho más activa que permita gravar las actividades no deseables y desgravar las que se quieren fomentar De esta forma, a través del establecimiento de un suelo en el precio de las gasolinas y los gasóleos equivalente al que tendrían con un precio del barril de petróleo en torno a los 60 dólares, la recaudación adicional sería de más de 5.000 millones de euros, con los que se podrían soportar las inversiones públicas previstas y los menores ingresos por la incentivación fiscal de las iniciativas. Esta propuesta puede consultarse de manera detallada en el Anexo IV del documento "Lecciones aprendidas para salir de la crisis".

Esta propuesta de la Fundación Renovables no solo pretende demostrar que es posible generar iniciativas que se autofinancien, sino que, principalmente, está pensada para disponer de una relación de líneas de actividad elegibles y viables a las que se deberían aplicar los fondos disponibles aportados por Europa para la recuperación económica.

Para esto es muy importante, como decía Picasso, que cuando llegue el dinero no solo nos coja trabajando, sino con el trabajo ya casi hecho porque, sino, tendremos el mismo problema de siempre, dispondremos de dinero, pero no de proyectos e iniciativas que generen valor y que tengan continuidad en el futuro, situación que en este país solemos resolver destinando los recursos a actividades no productivas o con una difícil proyección de futuro.

Por tanto, sabemos hacia dónde hay que dirigir los esfuerzos y solo queda que el Gobierno se dedique, en cuerpo y alma, a desarrollar y a perfilar la elegibilidad de actuaciones y a colaborar con las comunidades autónomas y los Ayuntamientos para que la distribución de oportunidades que generen valor económico y social responda a criterios éticos y de justicia social.

*Fernando Ferrando es presidente de la Fundación Renovables.

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