OPINION

RoboEarth, la inteligencia colectiva de los robots

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La naturaleza poco colaborativa de los constructores de robots puede hacer estragos en su futuro. Imagínese, si cada vez que alguien quiere desarrollar un nuevo programa de software, primero tuvieron que diseñar y construir un equipo específico para ejecutarlo. No sólo sería añadir el tiempo y dinero a la ecuación, también significaría que todos los consumidores tendrían que tener ese mismo equipo.

En el campo de la robótica es justamente lo que pasa: cada vez que alguien piensa en un robot que puede hacer algo nuevo, el robot tiene que ser construido desde cero. ¿No sería más fácil si hubiera una plataforma estándar robótica, para que la gente pudiera diseñar sobre ella tanto hardware como software?

La empresa californiana Willow Garage puso en marcha a principios de año su programa PR2, abierto a grupos que planean hacer uso de robots en proyectos de investigación. Según las bases de PR2, los grupos regularmente compartirán sus hallazgos con los demás.

Todos los éxitos se registrarán en la plataforma PR2 de software de código abierto, llamado ROS (Robot Operating System), o incorporados en las nuevas versiones de robots. Al igual que el sistema operativo Linux para computadoras, ROS estará disponible para cualquiera en cualquier lugar, tanto para utilizar como para añadir código y mejorarlo.

Este enfoque común para la comunidad robótica, donde los desarrolladores puedan aprender y construir sobre la investigación de los demás, en lugar de trabajar aisladamente, es lo que también se pretende en Europa con el proyecto RoboEarth.

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El proyecto, financiado por la Comisión Europea, durará cuatro años y tiene un presupuesto de 5,6 millones €. Entre las instituciones involucradas en su desarrollo están Philips Applied Technologies, la Universidad de Stuttgart, el Instituto Federal Suizo de Tecnología, la Universidad de Zaragoza y el Technische Universität München Alemania.

Uno de los retos que se pretende es el desarrollo de robots capaces de moverse en un mundo humano, la realización de tareas socialmente útiles. Los robots ya son famosos por sus habilidades independientes, aunque es esta independencia es lo que a menudo los hace unas máquinas decepcionantes.

Cada acto realizado por el robot ha sido programada con anticipación por los seres humanos, pero mientras se ejecuta, la máquina debe basarse enteramente en si misma para lograr el éxito. Peor aún, cada vez que el robot tiene que realizar la misma tarea de nuevo en una ubicación diferente, tiene que empezar todo de nuevo: se ha de visualizar el entorno y decidir cómo hacerla. No existe una memoria colectiva para los robots que se pueda aprovechar.

Esta situación está a punto de cambiar con RoboEarth. Los seis institutos de investigación europeos involucrados quieren desarrollar un sistema que permita a los robots realizar tareas, como la atención domiciliaria o situaciones de salud, que no se habían previsto cuando el robot fue construido.

Los robots serán capaces de recuperar este nuevo conocimiento a partir de esta base de datos mundial, en la que las experiencias de otros robots se almacenarán para permitirles aprender unos de otros y adaptarse más rápidamente a nuevos entornos.

Las empresas podrán ampliar el conocimiento almacenado en RoboEarth o utilizarlo para aplicaciones completamente nuevas, acelerando el proceso de innovación y traduciéndose en mayores aplicaciones para lograr robots de calidad.

Posibilidades de que funcione: 100%, tranquilos, RoboEarth no se convierta en Skynet hasta por lo menos "Terminator VIII".

Fuente: Eurekalert

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