Opinión 

Plan de Recuperación 2024: necesidad de avances ante los grandes retos

Banderas Unión Europea
Plan de Recuperación 2024: necesidad de avances ante los grandes retos. 
L.I.

El año 2024 llega con el “depósito lleno” en el ámbito de los fondos NGEU en España. La aprobación el pasado 17 de octubre por el Consejo ECOFIN de la Adenda al Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia (PRTR) supone, en efecto, que España culmina la solicitud del total de recursos asignados. De esta forma, ya disponemos de una fuente potencial de 163.000 millones de euros, entre transferencias y préstamos para la realización de inversiones que alimenten la dinámica de cambio y transformación de la economía española.

En paralelo, junto a esas inversiones, encontramos las Reformas, el otro gran componente del PRTR, de igual o mayor potencial transformador para provocar el buscado cambio estructural hacia una economía más digital y descarbonizada. Más aún, a esos recursos se unen los del Marco Financiero Plurianual de los fondos estructurales y de cohesión (FEDER, FSE+, FEMPA y FTJ) que, para España, en el periodo 2021-2027 van a ascender a una ayuda a recibir de más de 36.000 millones de euros.

Centrándonos en la Adenda, esta ha supuesto un repostaje que ha permitido tanto la adición de fondos adicionales como, además, la aplicación de lecciones aprendidas tras los primeros años de gestión del PRTR, bajo la forma de reformulación y corrección de hitos y objetivos del Plan original. Ello hace que ya podamos mirar al horizonte del destino buscado, sin previsión de realizar más ajustes.

Ante el comienzo de 2024, con la Adenda y todo lo que ella supone ya incorporado, la clave es poner las luces largas y concentrarnos en el destino, el cumplimiento de los objetivos marcados de transformación y mejora de nuestro modelo económico y de crecimiento. Los avances en la ejecución del PRTR en 2024 serán clave para avanzar hacia ello. En estos primeros momentos del año, conviene no perder el foco y tener muy presente cuáles son esos grandes retos u objetivos:

Avanzar en la senda de la Autonomía Estratégica Abierta: La Adenda ha inyectado casi 27.000 millones de euros adicionales a una figura, los PERTE, que es la herramienta más potente de la que disponemos para avanzar hacia la Autonomía Estratégica, objetivo marcado a nivel del conjunto de la UE. El año 2024 será el año importante para muchas de las convocatorias clave en los PERTE más vinculados a ese reto como son el PERTE Descarbonización, el PERTE CHIP, el de Economía Circular o el PERTE ERHA. Una buena ejecución de todos ellos supondría un importante avance hacia el reto de la autonomía estratégica.

Articular una nueva “política industrial de nueva generación”: Muy ligado a lo anterior, España y el conjunto de la UE se ubican en un marco geoeconómico de enorme y creciente complejidad. La IRA y la Chips Act norteamericana, así como el enfoque proteccionista de países como China, hace que debamos adaptar nuestros instrumentos de apoyo a las empresas para no perder competitividad. La Adenda y un marco más flexible del régimen de ayudas de Estado deben permitirnos que, a través de la ejecución de las ayudas del PRTR, 2024 nos permita avanzar en una mejor adaptación a este complicado escenario económico.

Dar pasos en el gran objetivo de la Descarbonización: La Adenda al PRTR tiñe al PRTR de verde. En efecto, el Capítulo REPowerEU que incorpora la Adenda, los PERTE antes señalados o el refuerzo a inversiones y reformas vinculadas con la transición energética deben ser los elementos clave en los que España se apoye en 2024 para acercarse a este exigente reto de la neutralidad energética y la sostenibilidad.

Responder con determinación al gran desafío de la inclusión social: España no es ajena a la lacra de la desigualdad y la exclusión social, lo que supone un reto estructural de nuestra sociedad. La Adenda y el propio Plan incorporan, tanto por vía de Inversiones como de algunas Reformas de especial relevancia, objetivos de reducción de desigualdades en los que es de esperar que se avance significativamente a lo largo de 2024. En el ámbito del mercado de trabajo; de la educación; de las políticas de inclusión; o a través de medidas en favor de la infancia, las mujeres o de colectivos desfavorecidos, la apuesta por la dimensión social que hace el Plan y refuerza la Adenda debe acercarnos a esa inexcusable aspiración de una mayor inclusión social.

Hacer más eficiente nuestra Administración, palanca esencial de las transformaciones: Aunque se trate de un reto de naturaleza más instrumental, debemos tenerlo presente, ya que este alcanza, más que nunca, una extraordinaria relevancia. Sin entrar en el debate sobre los niveles de ejecución alcanzados, lo cierto es que la Adenda y el enorme volumen de recursos que incorpora al Plan (y a los que se añaden los de los fondos estructurales) añade una presión adicional al aparato de gestión en un momento donde se han detectado limitaciones.

Paradójicamente, el Plan, por un lado, dedica importantes recursos a la transformación de las Administraciones (en especial, a través del Componente 11), pero, a su vez, las propias presiones de ejecución de los ingentes recursos del Plan someten a la Administración a unas exigencias de gestión que hace que se revelen sus limitaciones. Por ello, es clave que en 2024 se avance en ambas dinámicas: por un lado, que se profundice en las medidas en favor de la mejora de la administración que prevé el Plan y, por otro, que la administración (con un gran esfuerzo de los funcionarios) sea capaz de gestionar eficazmente estos recursos.

Es mucho lo que vamos a exigir a este año que comenzamos. El primer año tras la Adenda y, por ello, el primer año en que caminamos con el depósito lleno hasta los topes. Lleno de recursos, pero también lleno de desafíos.

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