Marca de agua

Colón, kilómetro 0 de un pacto del centroderecha en las próximas generales

PP, Vox y Cs se unirán de nuevo en Colón contra los indultos
Colón, kilómetro 0 de un pacto del centroderecha en las próximas generales

Con el paso de los años y de las manifestaciones, sobre todo desde aquella histórica de las manos blancas contra ETA, la madrileña plaza de Colón se ha consolidado como punto de encuentro y caja de resonancia del centroderecha, como el escenario natural de las protestas contra la izquierda gobernante. Aunque es una plaza que tiene problemas de personalidad y riñe con el descubridor que le da nombre, su fuerte temperamento político rivaliza con la Puerta del Sol y causa verdadera inquietud en los socialistas. Es oír "plaza de Colón" y a más de un ministro se le corta la leche del desayuno.

De ahí tanto empeño de Moncloa en exorcizar la amenaza con amuletos como el de "La foto de Colón", cuyas propiedades parecen ya muy mermadas de tanto sobarla los medios adictos. A estas alturas, lo que escandaliza a la gente no es fotografiarse con banderas de España sino con sediciosos condenados, con filoetarras o con dictadorzuelos caribeños.

Es comprensible, por tanto, el nerviosismo de Moncloa ante la manifestación de este domingo en contra de los indultos a los golpistas que ultima Pedro Sánchez. Sus previsiones apuntan a que será multitudinaria, pese a la intensa campaña mediática (incluidos los programas del corazón) para acobardar a una derecha poco dada a gritar en la calle. Será un mal día para los apóstoles de la magnanimidad y los blanqueadores de sediciosos.

Por el contrario, puede ser un gran día para los tres partidos de centro y derecha que se reunirán de nuevo en un mismo escenario, pero esta vez sin cartas marcadas. La política diaria no suele conceder a los partidos muchas oportunidades de compartir públicamente un mismo objetivo y limar asperezas, aunque sólo sea por el simpe roce físico. En este caso, ha sido muy oportuna la convocatoria lanzada por Fernando Savater, Rosa Díez y María San Gil, tres veteranos vascos curtidos en la lucha contra el separatismo homicida, los dos primeros desde una militancia que partió de la izquierda para llegar a una insobornable independencia sin complejos.

Es precisamente esa falta de complejos ante una izquierda que está forzando el Estado de Derecho para mantenerse en el poder lo que une a PP, Vox y Ciudadanos. Hizo bien Pablo Casado en cambiar el criterio inicial de no acudir, pues habría sido suicida dejarle toda la plaza a Abascal. También ha estado acertada Inés Arrimadas sumándose con decisión, sin temor a la crítica "progre". Al margen de que cómo se lleven entre ellos, de los desencuentros y frustraciones, los tres líderes están obligados a renunciar al protagonismo en beneficio de sus militancias. Lo relevante de este domingo es que se trata de un encuentro de personas que comparten principios y valores comunes aunque sea bajo colores distintos. Es en ocasiones como esta cuando se pone de relieve que al diverso centroderecha le unen más cosas de las que le dividen. Si hay alguna posibilidad de que los tres partidos concurran juntos en las próximas elecciones generales, será en Colón donde este domingo se dará un salto de gigante.

Por eso Iván Redondo está moviendo sus peones mediáticos para sembrar la confusión. No se trata de una manifestación electorera ni de una reclamación de parte, sino de una defensa inequívoca de la Constitución contra la que se alzaron los golpistas, delito que el Gobierno de la nación pretende ahora blanquear contra el criterio del Tribunal Supremo porque en ello le va su supervivencia política.

La sociedad española, zarandeada desde hace año y medio por la pandemia y la crisis económica, tiene la percepción de asistir a un fin de época, de que se pretende instaurar un nuevo orden haciendo saltar por los aires el pacto del 78 para sustituirlo por un oscuro reglamento que se cocina a sus espaldas dejando al margen a media España. En su obsesión por despertar fantasmas, el sanchismo ahonda el de las dos España cuando establece que no todos los españoles son iguales ante la ley. Contra eso, precisamente, va la manifestación de Colón. Y con la vista puesta en las próximas generales.

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