OPINION

Diez reflexiones (ajenas) para un problema histórico e histérico

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón, interviene en la rueda de prensa para informar sobre la situación del Coronavirus en España tras confirmarse 3 muertes y 245 casos, en el Ministerio de San
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón, interviene en la rueda de prensa para informar sobre la situación del Coronavirus en España tras confirmarse 3 muertes y 245 casos, en el Ministerio de San
Óscar Cañas - Europa Press

Quién nos iba a decir que a estas alturas del año 2020 íbamos a echar de menos los múltiples líos políticos que ha vivido España o los agobios que ha provocado el procés o los desplantes de Puigdemont y Junqueras, el 'Delcygat', el cambio climático, etc. Como dice la Ley de Feanor: Cualquier situación, por mala que sea, es susceptible de empeorar. Y aquí estamos, con el estado de alarma en todo el país y en todos los cuerpos, y con el coronavirus confirmando, como diría Kundera, “la insoportable levedad del ser… humano”.

El problema es grave y común, y no se habla de otra cosa en ningún rincón de España, por ello he decidido que lo mejor es abrir la ventana y dejar que entren opiniones ajenas en este espacio para la reflexión. Y así ver cómo afrontamos el temor y las soluciones, ya que todos estamos implicados y concernidos en la lucha contra el coronavirus. Lo mejor es compartir también las opiniones de expertos y colegas periodistas que estos días han intentado aportar un poco de luz a esta grave situación que tanto nos afecta. Y de la que, sin duda, saldremos juntos. Aquí van estas reflexiones que espero sean de su interés:

1) A principios de año, miramos a China más con timidez que con aprensión. El virus parecía un fuego asiático lejano. ¿Quién habría situado a Wuhan en un mapa? No teníamos razón para temer. Al menos no como país: quizás un puñado de viajeros regulares entre los dos continentes se habrían infectado, pero nada que preocupara "al pueblo italiano”.(…) El gran temor ahora es la congelación de la economía. El régimen de Beijing ha podido permitirse congelar todo y a todos, la economía y la sociedad, asegurando que "la mano del estado" se hará cargo de los costos de la crisis. (…) Nuevamente, necesitaremos encontrar nuestro camino, occidental y liberal, para planificar las consecuencias y limitar el daño de la propagación en este momento. (…) Es la obstinada defensa de un estilo de vida súperactivo, basado en el movimiento y el desafío, probablemente nos sintamos más fuertes. En realidad, somos rehenes de una forma de pereza macroscópica: ya no podemos concebir la incomodidad, no podemos enfrentar la fatiga de cambiar nuestras vidas, la fatiga de disminuir la velocidad, de quedarnos quietos por el bien de los demás. (Barbara Stefanelli.- 'Corriere Della Sera')

2) Ignoro, en términos estrictos y simbólicos, lo que supone para la salud pública la desaparición del alcohol en las farmacias y la diseminación del estrés del súper. Tampoco sé si hay alguien capaz de comparar entre lo que mata una recesión y lo que puede hacerlo esta peste. Aún estoy a la espera de algún paper que explique cuánto en la última recesión se debió al estado de ánimo, para decirlo en los términos de Galbraith. Más allá de la cuantificación no dudo que la infodemia provoca víctimas. Y con la salvedad de que Évola, primer especialista en la materia, anuncie una entrevista con el virus, proclamo que hay asuntos que no pueden retransmitirse en directo y este es uno de ellos. (Arcadi Espada.- 'El Mundo')

3) Hemos entrado en pleno pánico milenarista, la irracionalidad mágica del medioevo divulgada a través de las nuevas tecnologías y sazonada con el poder magnético de las teorías conspirativas. Ante la falta de respuestas científicas cunde una aprensión casi mitológica que no se puede combatir con la frialdad de las estadísticas porque todo el mundo cree que le manipulan las cifras. Ese temor compulsivo es socialmente letal cuando se mezcla con la incertidumbre ante lo desconocido. El avance del conocimiento no nos ha prevenido contra el asustadizo resabio ancestral que habita en el fondo de nosotros mismos. (Ignacio Camacho. -'Abc')

4) Se acusa de alarmismo a los medios de comunicación. Se dice que con tantas noticias sobre el coronavirus se está favoreciendo la histeria colectiva; pero se olvida que la histeria se propaga especialmente por internet. En los grupos de WhatsApp, tan determinantes en la movilización política, se propagan un sinfín de vídeos y mensajes protagonizados por nigromantes y curanderos que, además de favorecer la histeria de los círculos familiares y de amistad, transmiten informaciones deformadoras sobre el coronavirus. Por esta vía se imponen las teorías conspirativas, fructifican las falsedades y progresa el miedo. (Antoni Puigverd. - 'La Vanguardia')

5) La sociedad española ha reaccionado con criterio a los grandes desafíos que se le han atragantado. Lo demuestran el terrorismo etarra, el atentado del 11-M. Y lo prueba la remontada de la gran crisis económica de 2008. Tenemos delante un epidemia cuyos remedios convocan la prudencia y hasta la resiliencia. Es la perspectiva desde la que no puede ejercerse el electoralismo, pero también el umbral que exige al Gobierno una gestión transparente y juiciosa. Que la sociedad la conformemos entre todos no significa que los ámbitos de influencia y de responsabilidad sean idénticos. (Rubén Amón. - 'El Confidencial')

6) Lamentablemente, no cabe ser optimistas respecto a España, donde Sánchez, oposición de la oposición, maniobra para cargar sobre "los recortes" del PP el posible colapso del sistema sanitario madrileño. Hacer con Ayuso lo mismo que con Mato, a quien se le exigió la dimisión por una enfermera infectada de ébola. Es la cómoda "socialización de responsabilidades" que tan bien maneja la izquierda. (Iñaki Ellakuría. -'El Mundo')

7) Sinceramente, yo creo que no ha fallado nadie estrepitosamente. Es un virus nuevo, desconocido, que se propaga fácilmente; es lógico este miedo en la población. Otra cosa es que exista, cosa que yo también comparto, lo que denomino una ‘panicdemic’, una pandemia de pánico motivada por una epidemia de información. Pero es normal que esto suceda en el mundo que vivimos; hay que comprender el miedo de la gente. Una vez ocurrido, ahora tenemos que conseguir la vacuna, por supuesto, y aprender mucho más del virus. (…) Mire, lo que ha ocurrido con el coronavirus está anunciado desde hace años; se sabía que podía pasar y ha pasado. Se conocía ese potencial en este tipo de virus que anidan principalmente en los murciélagos. Hay investigaciones y publicaciones datadas en 2013 en las que se habla de este tipo de virus y de su capacidad de infectar células humanas. De todas formas, por ponerlo todo en su justo contexto, una cosa es que se pueda alertar del riesgo que existe y otra es que tengamos los conocimientos necesarios para predecir exactamente cuándo va a saltar un virus animal hasta el ser humano. (Fernando Arenzana- Investigador biomédico).

8) Los "a priori" de Fernando Simón empiezan a resultar tan irritantes como esa costumbre de salir siempre con un jersey de sindicalista. ¿No se puede poner una americana como todo el mundo? No, porque el jersey es la prueba del experto. Lleva jersey de experto. “Nosotros, los expertos”, dice. Es irritante aunque no tan irritante como las sonrisas en la rueda de prensa, ese siniestro desenfado cuando se dan cifras de muertos. Un dato perdido entre otros datos, relativizados además con porcentajes, sin una alteración del énfasis, sin solemnidad alguna. Se dan los 47 muertos un poco escondidos y no dicen nada más. ¿Edad? ¿Tipología? Esos muertos están recibiendo el trato B de los muertos en España. (Hughes. 'Abc').

9) Ya es mala suerte, pero las grandes crisis internacionales aparecen cuando gobierna la izquierda en España. La derecha tiene el calendario a favor, ganan las elecciones en el arranque de las recuperaciones. Así pueden venderse como milagreros.(…) El Reino Unido ha abandonado la UE en el peor momento, cuando es más necesaria la coordinación de los esfuerzos. Tras casi cuatro años instalados en las 'fakes news', al gobierno de Boris Johnson le va a costar aterrizar en la realidad. Por cierto, ¿dónde está la UE en esta crisis? (Ramón Lobo.- 'Infolibre')

10) El virus que produce la Covid-19 es un coronavirus nuevo (el denominado SARS-CoV-2) frente al que no existe hoy por hoy un tratamiento específico: no disponemos de un fármaco antiviral dirigido contra este virus. ¿Qué hacemos entonces? Emplear tratamiento sintomático y de soporte, emplear fármacos experimentales y evaluar su efectividad y no emplear tratamientos que no son efectivos. El tratamiento sintomático puede ser útil en todos los casos. Los casos leves (el 80% del total) pueden no requerir nada, o ser tributarios de recibir antitérmicos, antitusígenos, analgésicos o antiinflamatorios. Salvando las distancias, lo mismo que para una gripe no complicada. Una buena hidratación y reposo siempre son aconsejables. (Antoni Trilla. Jefe de medicina preventiva en el Hospital Clínic de Barcelona).

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