En mi molesta opinión

La insoportable necedad del PSOE de indultarse a sí mismo

Manuel Chaves y José Antonio Griñán en el juicio por los ERE
Manuel Chaves y José Antonio Griñán en el juicio por los ERE
POOL - Archivo

A ver si nos enteramos de una vez, aunque algunos prefieran vivir en la ignorancia y el enredo si los que abusan del poder son sus amigos. Puede empeñarse y ponerse en pie todo el PSOE y todo el Gobierno -incluido Pedro Sánchez y el muñidor Félix Bolaños- para vender a los españoles que la corrupción de los ERE ha sido un leve tropiezo de juventud sin mayor importancia; pero eso ya no cuela, y menos tras leer las sentencias judiciales, incluida la del Tribunal Supremo. Puede insistir todo el que quiera -incluido Felipe González- en alabar las bondades de los dos principales acusados, Chaves y Griñán, pero la sociedad española ya no se traga ese cuento chino de que la corrupción no va con el PSOE, que sólo es cosa del PP. Los socialistas no pueden eludir su responsabilidad como partido, argumentada y demostrada por la Justicia, y menos aún sembrar de dudas torticeras y partidistas la actuación de aquellos jueces que no entran por el aro de los caprichos que les exigen los políticos.

Sánchez piensa que los errores del posible indulto a Griñán no pasarán factura en las futuras elecciones porque los votantes se olvidan pronto de estos agravios, pero es él quien ignora que la necedad de perdonar a los tuyos en un claro abuso de poder no se olvida tan fácilmente y se queda grabada en el imaginario político de la sociedad. Es cierto que hay mucho fanático por la vida, últimamente más de la cuenta por la polarización política que han fomentado los propios partidos, pero salvo esos “ciegos” incapaces de asumir la verdad, todos los demás ciudadanos con un mínimo de dignidad y sentido común están dispuestos a no tragarse la falacia de que Griñán y Chaves son como dos hermanas de la caridad, que nunca se han aprovechado de su poder y autoridad, y que nunca han dilapidado el dinero de los andaluces -680 millones de euros, el mayor fraude de la democracia- que no era suyo ni de su partido, para entregárselo a sus amigos y familiares, y así tejer una red “clientelar” que facilitara conseguir las elecciones autonómicas y todas las ventajas que conlleva mantenerse corruptamente en el poder.

Sánchez piensa que los errores del posible indulto a Griñán no pasarán factura en las futuras elecciones

Podemos comprender que la familia de José Antonio Griñán presente una petición de indulto para el ex presidente de la Junta de Andalucía. Y que ellos mismos exageren las virtudes de la “intachable trayectoria vital” del mismo, que no ha tenido un enriquecimiento personal directo -aunque sí indirecto ya que se ha lucrado de sus cargos y sueldos-, y por su “talante conciliador en el mundo de la política”. Además, siguiendo esos razonamientos embaucadores no sería malo que un político se corrompiera en beneficio del partido, en este caso socialista, sea para garantizar votos o para recaudar fondos. Se pueden añadir más virtudes humanas, las que uno quiera, pero nadie, y menos un Gobierno y un partido político en el poder, pueden cuestionar y menospreciar la sentencia de un tribunal competente; y además pretender, aprovechándose de su circunstancial autoridad en el Ejecutivo, ignorar las responsabilidades directas del propio PSOE.

Sánchez tiene la potestad y la capacidad legal de impedir el ingreso en prisión de Griñán que ha cumplido ya los 76 años de edad, pero para que ese indulto sea mínimamente legítimo y no parezca que Sánchez sólo perdona a sus 'amigos' más especiales (veremos que sucede con los otros acusados que también quieren solicitar un indulto) debería plantear el PSOE una actitud menos prepotente y algo más razonable, y no querer convertir lo que es negro en blanco, intentando hacer creer a la sociedad española las pretendidas bondades de este histórico líder socialista y del partido que él representa. Sobre todo, cuando el propio partido y los altos cargos del PSOE andaluz están involucrados hasta las cejas en este caso de corrupción.

Ya nadie se traga que los ERE no repartían millones de euros en beneficio de los amigos y simpatizantes del PSOE

No es tanto Griñán quien debe asumir las responsabilidades penales, sus compañeros socialistas deberían ser capaces de cargar con su parte de la deuda y con el compromiso de la enmienda. ¿Pagarán los culpables parte de los 680 millones robados a los ERE, que incluyen grandes noches de farra y mucha cocaína? Bastaría que asumieran lo que indican las sentencias: que cometieron graves delitos de corrupción, y en su lugar no se empeñaran en marear la perdiz y a la sociedad española en un rebuscado trilerismo judicial.

Ya nadie se traga que los ERE no repartían millones de euros en beneficio de los amigos y simpatizantes del PSOE. Encajar la responsabilidad de los hechos y asumir que no hay que volver a cometerlos bajo ningún concepto, serviría para recuperar una dignidad que ahora sigue herida y que Griñán ya no puede devolver, tienen que ser los propios socialistas los que asuman primero sus errores y después admitan el propósito de no menospreciar las decisiones judiciales porque no les gustan las sentencias. Ya que puede parecer que renovar al CGPJ sólo tiene como principal objetivo controlar mejor las decisiones de la magistrados elegidos… que triste realidad para un Estado de derecho y para una democracia que aspira a ser plena.

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