OPINION

El imperativo legal o categórico, … ¿independentista?

Resulta que los que se saltaron la ley, ahora la aceptan por “imperativo legal”. No es la primera vez que se utiliza este término. Muchos nacionalistas radicales lo hacen cuando tienen que acatar la Constitución para tomar posesión de su escaño en el Congreso y el Senado y cobrar sus emolumentos ¿Pero qué significa imperativo? Y, más aún, ¿imperativo legal?

Según la RAE (Real Academia Española) imperativo es: deber o exigencia inexcusable. Es decir algo que hay que acatar y obedecer sí o sí. Pero si uno va a google y busca “imperativo legal” recibirá la siguiente respuesta de la RAE: “la palabra imperativo legal no está en el diccionario”. Así que no queda más remedio que buscarlas por separado. Para la RAE legal es: “prescrito por la ley y conforme a ella”. Por lo que la frase “imperativo legal” se puede interpretar como: “deber o exigencia inexcusable prescrita por la ley y de acuerdo con ella”.

Y eso es lo que no han hecho los líderes, President, Vicepresident y Consellers independentistas hasta ahora ¿Por qué dicen que lo harán en el futuro? Para poder salir de la cárcel, participar en las elecciones, tomar posesión de sus escaños en el Parlament y, en su caso, de cargos políticos si los resultados electorales se lo permiten. Todo ello hasta que la Audiencia Nacional, ahora competente del “proceso del process”, dicte sentencia. Es decir, es sólo una fórmula retórica y formal que pronuncian por razones prácticas, porque en su fuero interno no renuncian al process. Algo que puede servir legalmente, pero cuya moralidad o

calidad ética es discutible.

El imperativo más conocido es la frase del filósofo Kant: “imperativo categórico”. Su formulación es filosófica y lógica: obra de tal forma que tu acción pueda convertirse en ley universal. Si aplicamos esta ley moral y ética a la decisión independentista de separarse de España por un referéndum, deberían ser consecuentes y dejar que cada provincia, pueblo o ciudadano pudiera hacer su propio referéndum para decidir si quiere pertenecer a un Estado u otro o a uno nuevo. Lo que publicitariamente se ha bautizado como la república independiente de cada casa. Su República Independiente Catalana no sería un territorio sin solución de continuidad, sino un mapa, en el que cada persona, pueblo, ciudad o provincia pertenecería a esa república, a España o a su propia soberanía. Un puzzle imposible de perdurar.

Lo legal y lo ético no siempre coinciden. Por eso los independentistas catalanes decidieron hacer su propia legalidad, porque la consideraban más ética que la española. Sin embargo, si aplicamos la ética Kantiana su propia legalidad contradice el imperativo categórico, la norma moral universal.

Su imperativo legal es una argucia para saltarse, si pudieran, el imperativo categórico. Su process no es sólo ilegal, es también inmoral. Lo que pasa es que los jueces, en este caso D. Pablo Llarena, se atienen a la legalidad, la moralidad es de cada conciencia y del ser supremo

que la juzgará después. Esa vez sin capacidad de apelación.

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