Mariano, deja de mandarme cartas a mi casa. Segundo aviso.

  • “Me pongo en tu lugar e imagino el cansancio de las elecciones, las campañas, los partidos y también de nosotros, los políticos”, comienza la carta de Rajoy.

    Por segunda vez me cuentas lo que ya sé, sin que te lo haya pedido y de una forma que sale cara al erario público. ¿No puedes dedicar ese dinero a otro fin más necesario?

El Partido Popular gasta miles de euros en enviar a los hogares cartas como esta.
El Partido Popular gasta miles de euros en enviar a los hogares cartas como esta.
J.B.

“Me pongo en tu lugar e imagino el cansancio de las elecciones, las campañas, los partidos y también de nosotros, los políticos”.

Como ya sucedió en diciembre, has comenzado mal tu carta, Mariano.

No, Mariano. No tienes ni idea de lo cansino que puedes resultar cuando sales del plasma y me escribes para lograr lo único que realmente requieres de mí: que te ayude a conservar tu puesto (Celia Villalobos, en consonancia con su exquisitos modales, emplearía términos distintos pero más claros para referirse a esas intenciones que compartes con tu colega Pedro Sánchez).

(Te interesa leerRespuesta a la carta de Rajoy (¡y de papel!) que acabo de recibir en mi casa)

Me has vuelto a enviar una carta en donde, además de tutearme sin que la confianza mutua te haya concedido permiso para ello, pretendes compartir mis sentimientos y convencerme de aquello que ya tengo claro: votar. Porque, según tú “no votar no es decir que estás en desacuerdo. Es no decir nada. Y que suceda lo que decidan los otros”.Hartos de ti y de la gente como tú

No estoy de acuerdo. También podrías interpretar que no votar quiere decir otra cosa. Puede significar que se está tan harto de tus mentiras, tus burlas y tus escarnios, de ti y de la gente como tú, que a muchos les causa hastío acercarse por segunda vez en seis meses al colegio electoral.

Pero no es mi intención contestar tu carta, como ya hice la primera vez. Quien quiera leer su contenido completo, puede hacerlo aquí.

Simplemente te pido, te ruego, te exijo, que no me mandes más cartas a casa a mi domicilio particular. No las necesito. No he dado mi consentimiento ni mi dirección a nadie para ello. Ahórrame ese gasto, y esa molestia, como ya están haciendo algunos partidos. Empléalo en algo más útil. Te doy una idea: dedica el dinero de los miles de envíos que has hecho a la atención humanitaria de los refugiados. Convendrás conmigo en que se trata algo mucho más urgente y necesario. Es más, si lo analizas en términos de rentabilidad política (como por otra parte ves ahora casi todo) tiene hasta un buen titular: “El PP dedicará el dinero del ‘mailing’ a ayudar a los refugiados”. ¿De verdad no te parece una buena idea?

Si quiero leer algo tuyo, tengo miles de forma de hacerlo. Estamos en elecciones y, al contrario que en la legislatura, cuando te escondes del escrutinio público, ahora apareces en todas partes: en la prensa, en la radio, en la televisión, en las redes sociales… en todas partes. Ayer me tragué enterito el debate, enterito. Recogí las puyas que os arreasteis los que estais condenados a pactar. Por tanto, no necesito que te dirijas a mí. Y, sinceramente, creo que la mayoría de quienes me leen tampoco.

Cumple tu obligación: gana las elecciones, intenta formar el Gobierno y si no puedes, cede el paso a otro, como ya te recomendé poco después de las últimas elecciones.

Pero, de cualquier manera, ganes, pierdas o te quedes en funciones hasta el fin de los tiempos, DEJA DE ENVIARME CARTAS A MI CASA. Segundo aviso.

Sigue @martinalgarra//

//

Mostrar comentarios