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Lo que TikTok se llevó y el 'accidente' económico en streaming

Lo que TikTok se llevó y el 'accidente' económico en streaming
Europa Press

Si usted tuviese que torturar a alguien, convencerle de una idea, cambiar su estado de ánimo, extraer sus secretos o borrar sus recuerdos, sepa que tiene las herramientas necesarias a su alcance para poder hacerlo gracias a las redes sociales. TikTok, la plataforma que causa furor en 2022 y a la que están copiando desde Instagram a Youtube porque les está robando cuota en el negocio de la atención, reúne todas las funcionalidades para hacer todo lo anterior a golpe de machaconas notas musicales y adictivos vídeos cortos que funcionan con extrema rapidez. Puede ser un bombardeo letal sobre su cerebro para desactivar su pensamiento crítico y borrar la memoria colectiva o desaprender lo importante, lo básico.

La gran pantalla del cine y la pequeña del streaming nos recuerdan estos días tiempos que evocan los 80 con sus reestrenos. Desde los casetes de Strangers Things a la oda a las fuerzas armadas de Top Gun, pasando por el regreso de la saga Star Wars que marcó a toda una generación hace cuatro décadas. La economía y los mercados viven su particular 'deja vú' de una época en la que convivieron recesión, alta inflación y tipos de interés leoninos con guerras y el choque de superpotencias entre Occidente y la URSS que se está reproduciendo ahora con la invasión en Ucrania.

Después de décadas reclamando derechos, ahora ha llegado el turno de tomar consciencia de las obligaciones a marchas forzadas y por dificultades sobrevenidas. El Viejo Continente había diseñado un futuro que ahora nos ha estallado en el presente. La inseguridad energética, agrícola e industrial que se avecina es tal que todavía no somos conscientes de ello. Solo los boomers -los mayores, en la jerga juvenil actual- saben bien las consecuencias de tener apagones en la red eléctrica o escasez de bienes.

El dilema que se está planteando es tan inmoral que requiere grandes dosis de TikTok para enmascarar la realidad. ¿Energía o guerra? ¿Comida o sanciones? ¿Guerra o sometimiento? Rusia ha levantado frente a la Unión Europea un nuevo telón de acero pero en realidad es un espejo gigante, en el que vemos reflejados todos los errores cometidos en la gran política durante años. Como advierte George Soros, el especulador financiero más famoso de todos los tiempos, la civilización en la que vivimos está en juego a menos que se derrote al Kremlin de forma rápida y precisa.

Mientras eso sucede, la Unión Europea todavía se rehoga en la hipocresía de ayudar a Ucrania con una mano y financiar a Rusia con la otra. La verdad es que la aplicación de un embargo total al petróleo, gas, metales y fertilizantes que nos vende Moscú provocaría una recesión económica que dejaría pequeña la que hemos vivido con el Covid-19. Como elemento adicional, el margen de maniobra aquí sería muchísimo menor o inexistente en algunos casos. Como ejemplo de lo que se avecina está la política de China, que lleva aplicando una política de covid cero y confinamientos masivos desde hace dos meses. Ha paralizado por completo cadenas de producción del automóvil o grandes fábricas de electrónica de consumo pero que se lo va a saltar a la torera vía decreto para la agricultura. Pekín ha dictado que no se debe perder un solo grano de las próximas cosechas. En Europa y en España debemos ponernos las pilas de forma urgente para cultivar cada hectárea productiva ante la economía de guerra en la que Putin nos ha sumergido. 

Michael Burry, digno sucesor de Soros como especulador de éxito en la cultura financiera, está comparando la situación actual de la economía y el mercado con un accidente aéreo que se retransmite en tiempo real y ante el que nada o poco se puede hacer. Sus predicciones deben tenerse en cuenta no solo porque tuvo razón, a su pesar, con la estafa inmobiliaria de las hipotecas subprime en 2007. Sobre todo hay que escucharle porque vaticinó el actual crash bursátil a finales del verano pasado cuando señaló a la “madre de todas las burbujas” que se estaba registrando en las acciones y las criptomonedas. Desde entonces se han evaporado del mercado de EEUU más de 15 billones de dólares en valoraciones. Ahora cree que el ajuste de tipos de interés provocará otro colapso de los precios de la vivienda en ese país después de un salvaje 'déjà vu' a la etapa de las subprime.

La actividad ha comenzado a resentirse en el volumen de operaciones y los impagos comienzan a asomarse en los balances bancarios porque los tipos hipotecarios de referencia allí llevan una escalada de más 200 puntos básicos desde enero. A la Reserva Federal (Fed) no la está temblando el pulso por el momento y ya advirtió en sus últimas reuniones que uno de sus objetivos secundarios -el primordial es derribar la inflación- es enfriar al sector inmobiliario, recalentado hasta el punto de ebullición por la reciente etapa de tipos cero y barra libre de financiación. Este miércoles 1 de junio, la Fed comenzará su drenaje de liquidez de su balance vendiendo, entre otras cosas, valores hipotecarios. Comenzará a un ritmo de 1.600 millones de dólares diarios y prevé elevar su ritmo a 3.200 millones (95.000 millones al mes) a partir de septiembre). Que el mayor comprador de deuda se pase al lado vendedor es una señal de alarma que no hay que menospreciar.

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