Inés Arrimadas, un valor al alza en Cs con mucha proyección nacional

  • La candidata a la Generalitat ha ido ganando peso en el partido y Rivera cuenta con ella a nivel nacional gobierne o no tras el 21D.
Inés Arrimadas, el derecho al insulto y el discurso del odio azotan las redes sociales
Inés Arrimadas, el derecho al insulto y el discurso del odio azotan las redes sociales

"Arrimadas for president", "presidenta, presidenta", "gracias por defendernos"... Eran los gritos que se escuchaban en la histórica manifestación en Barcelona del 12 de octubre por la unidad de España. La candidata de Ciudadanos a la presidencia de la Generalitat fue la gran estrella de aquella jornada. Selfies, vítores, abrazos... y un discurso sólido. Albert Rivera ya lo sabía, pero ese día volvió a confirmarlo: la jerezana es su 'Soraya Sáenz de Santamaría'. O su 'María Dolores de Cospedal'. Más aún tras ser testigo de la animadversión de los independentistas hacia ella; la última el "¿por qué no te vuelves a Cádiz?" de la expresidenta del Parlament de Cataluña, Núria de Gispert.

Arrimadas (Jerez de la Frontero, 1981) es para Ciudadanos una pieza clave en el engranaje de Cs. El partido está volcado en convertirla en la sucesora de Puigdemont al frente de la Generalitat. Pero puede que no sea posible y en la formación naranja quieren impulsarla como un valor en alza. Es un diamante en bruto para la cúpula del partido, de la que Arrimadas forma parte desde el pasado mes de febrero, cuando Rivera decidió apostar por ella y convertirla en la 'número dos in pectore' de Cs, aunque no tenga ese rango orgánico. Pasó de ser cuadro medio a la portavocía, logrando así un escaparate a nivel nacional cada semana.

Asciende desde atrás, de la 12 a 2. 

"Prácticamente todos los catalanes la conocen, saben quién es y son cada vez más los que confían en ella. Lo está haciendo muy bien", destacaba hace unos días ante la prensa el secretario general José Manuel Villegas en la sede del partido. Parece que ha pasado un mundo desde aquella encuesta de La Vanguardia previa a las elecciones del 27S en la que a Arrimadas no era conocida por siete de cada diez catalanes. El último CEO catalán da la vuelta a esa realidad e indica que ahora el 77% la conocen (en comparativa, la líder de Cs en el Ayuntamiento de Barcelona, Carina Mejías, es conocida por el 17% de catalanes). La misma encuesta le da una nota de 2,17, baja sí, pero superior a la de Albiol (1,41) y Rajoy (1,51). De hecho, entre los votantes de Cs logra un 7,24, y más indicativo aún, entre los del PP incluso más: un 8,24. Es decir, la valoración en clave nacional de Arrimadas es más que alta. Entre los votantes del PSC la nota es del 4,39. Nada mala si tenemos en cuenta que luchan por el mismo nicho electoral.

Cuentan en su equipo que Arrimadas no tiene más ambición que convertirse en presidenta de los catalanes, pero en Ciudadanos quieren que sea una de las referencias del partido durante mucho tiempo, gobierne o no tras el 21D. Prueba de ello es el impulso que tiene la presidenta de Ciutadans en otras autonomías, donde es reclamada con frecuencia para que acuda. En la pasadas elecciones en Andalucía, por ejemplo, hizo campaña y algunos se quedaron sorprendidos del tirón que tuvo en algunos actos. 

Arrimadas piensa en Cataluña, pero en Madrid también tiene recorrido. La lideresa de Ciudadanos aprovecha su presencia los lunes en la capital con motivo de la reunión de la ejecutiva del partido para acudir a algún acto, ya sea público o privado. Los lunes suele conceder entrevistas o reunirse con empresarios y líderes sociales. "Tiene una completa agenda en Madrid", aseguran fuentes de Cs.

La relación de Arrimadas y Rivera es excelente. Ambos hablan varias veces al día por teléfono o se envían mensajes de móvil. "Están en conversación continua". El presidente del partido ha delegado en ella todo lo relacionado con Cataluña, aunque, evidentemente, pactan las líneas generales. Pero Arrimadas tiene voz y discurso propios. 

Un detalle que no pasa desapercibido en Cs y que da una idea de la confianza que tiene en ella Rivera es su nombramiento como secretaria de Formación. Arrimadas se encarga de pilotar el aprendizaje de los cargos del partido, desde los diputados en el Congreso hasta el último concejal. Les instruye en aquellos teman donde flaquean, como la oratoria o sus conocimientos judiciales. Se trata, en definitiva, de un área importante para un partido nuevo. 

Otro hito importante en la carrera de Arrimadas es su participación activa en la sala de máquinas de Cs que decidió exigir a Rajoy la aplicación del artículo 155 y la convocatoria de elecciones anticipadas. Una decisión que se tomó al más alto nivel interno y en la que participó la jerezana. 

Elogios en el PP

"Representa una opción que ha tardado mucho en surgir en Europa pero que es enormemente interesante. El caso de Albert Rivera demuestra que también la renovación puede venir de alternativas centristas, moderadas y liberales". Palabra de Gabriel Elorriaga, ex diputado del PP fulminado de las listas tras criticar el liderazgo de Rajoy. Las palabras tuvieron un marca de excepción, Instiuto Atlántico de Gobierno, escuela de líderes creada y presidida por... José María Aznar. El expresidente del Gobierno también dejó claro en una entrevista en la cadena SER este mismo mes de noviembre que "Ciudadanos vive su mejor momento", y alabó a Rivera, "es una persona con unas condiciones políticas relevantes, otra cosa es que las sepa aprovechar", y destacó que "Cs había ocupado el espacio en Cataluña que le habían dejado el PSOE y el PP".

Aznar conoce a su gente. La aceptación de Albert Rivera entre los votantes del PP, según la última encuesta del CIS, es de un 5,72, solo un punto menos que los votantes de Ciudadanos (6,73). Esto no sucede con ningún otro líder político: Rajoy, Sánchez e Iglesias son suspendidos por los simpatizantes del resto de partidos y solo aprobados por los suyos.

Un dato más: según la última encuesta de Simple Lógica sobre valoración de líderes políticos la actuación de Albert Rivera merece un 79% de aprobación para los votantes del PP, solo un poco peor que la aprobación que merece Rajoy (un 85%). Rivera y Arrimadas, pareja al alza.

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