Día de ataques en la precampaña catalana, que a todas luces se va a hacer larga pese al 'show de Puigdemont' y los sucesos judiciales que se avecinan. A la espera de contar, o no, con candidatos en la cárcel, un día más, el protagonista ha sido Puigdemont, que regala un titular en cada videoconferencia, como poco. Hoy ha exigido al Gobierno central que "saque sus manos" de la delegaciones en el exterior creadas por el Govern en la anterior legislatura. Le ha faltado decir sucias.
Desde Bruselas, Puigdemont ha defendido "la legitimidad" del Govern cesado y ha defendido "su restitución" con "todos sus miembros en activo", así como la recuperación de "la hoja de ruta" interrumpida por una aplicación del 155 que se ha hecho, en su opinión, "de manera ilegítima". No se le ocurre a Puigdemont a "otro vicepresidente que no sea Oriol Junqueras ni otro conseller de la Presidencia que no sea Jordi Turull". El ex-presidente de la Generalitat sigue considerando (sic) que en España hay que restablecer "la democracia, las libertades y la dignidad".
Por su parte, en la CUP, los quince miembros del Secretariado Nacional de la CUP han notificado a la militancia su decisión de abandonar este órgano ejecutivo para abrir un "proceso de renovación" que afronte el periodo que se abrirá tras las elecciones del 21 de diciembre.
Pablo Iglesias también ha sido uno de los protagonistas de la jornada. En su defensa de Domènech, ha abandonado su calculada equidistancia y ha atacado a los independentistas por engañar y contribuir a "despertar al fantasma del fascismo" por prometer cosas que no podían cumplir. Más vale tarde que nunca, dice el refrán, aunque Bescansa ya se lo advirtió hace tiempo. Como el ADN tira, el líder de Podemos atacó a Ciudadanos, porque "sabe que Arrimadas no va ser presidenta de la Generalitat". Lo dicen, dice Iglesias, pero mienten, porque "solo quiere buscar votos en el resto del Estado".
No podía faltar la dosis diaria sobre el PP, acusado ahora de querer echar vinagre a las heridas en Cataluña, además de fracasar a la hora de construir una imagen atractiva de España para todos los catalanes y los españoles". Solo quieren el voto de la venganza, ha señalado Iglesias.
En conclusión, él volvió a convertirse en adalid de la verdad. "En esta campaña toca un tono diferente para hacer algo que en estos momentos es revolucionario: decir la verdad. Para afrontar una realidad que no se puede afrontar a golpe de bandera y a gritos, para decir que en Cataluña y en España hay heridas que necesitan tiempo para cicatrizar", ha señalado Iglesias.
"Muchos ciudadanos de España queremos construir un país donde quepan todos, reconociendo sus derechos nacionales y amando la diferencia; porque tenemos un proyecto de país donde caben todos y para construir una alternativa soberana que diga que sin derechos sociales no hay democracia", ha señalando invocando a la clase trabajadora, a la que ha pedido no envolverse en banderas junto a los corruptos y los que apoyan amnistías.
Rovira sigue apostando por la independencia
La secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha vuelto a defender "construir la república" desde los Ayuntamientos y ha puesto encima de la mesa los "centenares y centenares" de procedimientos abiertos provocados, en su opinión, por la "persecución" y la "intimidación" de muchos trabajadores públicos en Cataluña, muchos de ellos interrogados policialmente.
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, por su parte ha defendido que Xabier García Albiol, "es el que mejor defiende los intereses de una Cataluña española y de una España que no se entiende sin Cataluña", en el marco de un país "fuerte, unido y plural". Y ha señalado, otra vez, que el PP es el único que no va a pactar ni con Esquerra Republicana, ni con Podemos, ni con nada" (sic), y ha criticado, refiriéndose a Cs que ·otros han venido luego, cuando ya habíamos hecho el trabajo algunos, que defendemos lo mismo desde hace 40 años". Así está la precampaña.
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