Conferencia conservadora muestra división republicana ante la era post-Obama

  • La Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) volvió a demostrar las diferencias entre el "establishment" y las nuevas voces del Partido Republicano, que ha prometido cambiar su mensaje anti-Obama para comenzar la carrera por la Casa Blanca tras la salida del presidente en 2016.

Jairo Mejía

Washington, 9 mar.- La Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) volvió a demostrar las diferencias entre el "establishment" y las nuevas voces del Partido Republicano, que ha prometido cambiar su mensaje anti-Obama para comenzar la carrera por la Casa Blanca tras la salida del presidente en 2016.

Los tres días del encuentro anual del CPAC en Washington que finalizaron este sábado permitieron ver un heterogéneo desfile de políticos republicanos unidos principalmente por su oposición a las políticas de Obama y las ganas de recuperar el control total del Congreso este otoño y ocupar la Casa Blanca en 2016.

El CPAC, organizado por los movimientos más conservadores de Estados Unidos, es un espectáculo en el que los ponentes echan mano de todo su talento en el escenario para encandilar a la audiencia de correligionarios con llamadas a volver a los principios fundacionales del país.

Este fin de semana se pudo escuchar a la exgobernadora de Alaska y candidata a vicepresidenta en 2008, Sarah Palin, criticar a las figuras más acomodadas en la estructura del Partido Republicano, o al gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, dejarse querer como posible candidato a presidente en 2016.

Pero los votos de los asistentes volvieron a coronar por segundo año consecutivo al senador libertario Rand Paul. El político conservador favorito de las bases se llevó un 31 % de los apoyos, por delante del 11 % del senador tejano Ted Cruz y el 8 % del presidenciable Christie.

Paul, que predica un conservadurismo ácrata con mínimo protagonismo del Estado, pide la despenalización de la marihuana, es contrario a intervenciones militares en el extranjero o a que se sobreponga la seguridad a las libertades constitucionales.

Esas ideas han calado entre los conservadores más jóvenes o en aquellos que piden una vuelta a los principios fundacionales de un país nacido en el recelo al poder centralizado.

Pese a su popularidad, Paul sigue siendo arrinconado como "rara avis" por la mayoría de compañeros de partido, una muestra de las diferencias internas de una formación que los analistas critican por no tener un mensaje unificado y haber perdido la conexión con los jóvenes o los hispanos.

Fiel a su carácter no convencional, Paul pidió a los varios centenares de asistentes que no elijan a un republicano para presidente del país, "sino a un amigo de la libertad" que otorgue tanta importancia a los limites contra la excesiva vigilancia del Estado como al derecho a portar armas que consagra la constitución.

Pero Paul tiene en contra a casi toda la cúpula del partido por sus propuestas a reformar de arriba a abajo la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) o para una menor presencia militar de Estados Unidos en el mundo.

El CPAC es un termómetro para conocer el liderazgo republicano que se colocará entre los favoritos tras las elecciones legislativas de noviembre próximo con vistas a consolidar sus posiciones de cara a las presidenciales de 2016.

Figuras como Palin, con su afirmación de que "solo un hombre bueno con armas nucleares puede detener a un malo con armas nucleares" en referencia a Rusia, se dedican a alimentar un perfil de político sin complejos y otros, como el gobernador tejano Rick Perry, miden ante al público su popularidad y posibilidades de volver a optar a la candidatura presidencial.

Los mensajes más repetidos, sin embargo, coincidían en la necesidad de dejar de centrar el mensaje en hablar negativamente y criticar a Obama, que no se volverá a enfrentar ya a la reelección.

Por contra, varios republicanos coincidieron en la urgencia de un discurso positivo, que trasmita ideas constructivas y, sobre todo, visto el fiasco de las elecciones de 2012, consiga convencer a las minorías como la hispana, clave para llegar a la Casa Blanca.

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