La agresión a Rajoy era más probable por los riesgos del tipo de campaña

    • Los candidatos quieren mostrar su perfil más social y han planeado muchos actos electorales a pie de calle.
    • Aunque el presidente está rodeado de agentes de seguridad, su contacto constante con la gente le expone a serios peligros.

La imagen de los miembros del 15M hablando megáfono en mano permanece en la retina de millones de españoles. Aquellas escenas representaban el paradigma de la verdadera política cercana. Los partidos tomaron buena nota de ello. Los estrategas de campaña sabían que la época de los grandes mítines en estadios había tocado a su fin.

Aparte de esta realidad, cada vez resulta más difícil movilizar al electorado en un gran recinto. Ni siquiera a los propios simpatizantes, muchos de ellos desmotivados tras los descalabros electorales de las elecciones municipales.

Los asesores de Rajoy han planificado una campaña a pie de calle, que incluye muchos paseos y mítines aparentemente improvisados, como el que llevó a cabo el líder del PP subido en el banco de un parque.Besos, saludos y 'selfies'

Esta forma de buscar el voto comporta enormes riesgos en el campo de la seguridad. La salvaje agresión sufrida hoy en Pontevedra por Rajoy es sólo un ejemplo. Los periodistas que siguen al presidente en campaña constatan el fuerte dispositivo de agentes que le rodea. Comentan sorprendidos que, pese a la cantidad de besos, saludos y selfies que se ha hecho Rajoy, apenas se han producido incidentes. Ni siquiera se han escuchado tantos abucheos como cabría esperar.

Sin embargo, el riesgo resulta evidente. Sobre todo en estos tiempos donde se están produciendo atentados yihadistas suicidas en Europa. Resulta comprensible que todos los políticos -no sólo ha sido Rajoy, sino también los demás candidatos- quieran mostrar su cercanía a la gente. Pero es a la vez muy imprudente sustraerse a la evidencia de los riesgos que esta actitud acarrea, no sólo para los candidatos sino para el público que le acompaña.

Este suceso forma ya parte destacada de la campaña y protagonizará los comentarios y debates políticos. La tentación de vincularlo con la crispación vista en el debateentre Rajoy y Sánchez será irresistible. Si no Rajoy, lo harán otros líderes políticos o tertulianos de televisión. Lamentablemente, esas discusiones opacarán otra realidad más clara. Las campañas a pie de calle comportan riesgos muy difíciles de sortear.

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