Los 5 clichés de Camps que explican por qué el PP está perdiendo votos

Camps desea volver a ser presidente de la Comunidad Valenciana. Ya había ejercido como tal durante 8 años, pero por lo visto no le han resultado suficientes. Quiere más, y así se lo ha confesado a mi compañero Fernando H. Valls en esta entrevista.

Pues se equivoca. Entiendo que después de su inesperada -para él- dimisión en 2011, pocos meses después de haber ganado sus terceras elecciones autonómicas consecutivas (y por mayoría absoluta), le asalten tentaciones de redimirse desde las instituciones.

Estoy convencido de que su propósito no solo le perjudica a él, sino a su propio partido.

Camps salió de la Generalitat para afrontar un complicado juicio por una supuesta donación de trajes. Algo de muy poca entidad en comparación con lo que estamos conociendo últimamente en el PP de Valencia. Finalmente resultó absuelto, pero con un veredicto muy ajustado: cinco miembros del jurado creyeron “que no había recibido regalo alguno en consideración a su cargo”, frente a otros cuatro que sí.Responsable del partido durante 8 años

Este equilibrio de opiniones en el jurado reflejaba en buena medida la división de la sociedad valenciana al respecto. Una división que no se evaporó con el veredicto. No faltan en Valencia los que piensan que Camps tiene buena parte de la responsabilidad en la descomposición del Partido, agobiado por los casos de corrupción.

Pero el ex ‘president’ está convencido de que puede revertir todos los problemas. Recomiendo una atenta lectura de la entrevista que hemos publicado hoy porque muestra los 5 clichés que están causando una sangría constante de votos populares. Clichés que no son exclusivos de Francisco Camps, sino de buena parte de la dirigencia del PP.

1. “El nuevo marxismo (Podemos) quiere acabar con la derecha”.
Camps cuenta que tomó la palabra en un comité ejecutivo del PP en 2008 y dijo: “Que tengáis claro que vienen a por todos nosotros. Que quieren acabar con la derecha”. Todos los partidos, al igual que todas las empresas, tienden al monopolio.

A Podemos le gustaría tomar el poder, todo el poder, tanto como al PP o al PSOE retenerlo allá donde lo tenían. Que a la izquierda del PSOE o del PP hayan aparecido nuevos partidos no significa que los ya existentes les hayan cedido amablemente cuotas poder. Han sido las urnas quienes lo han determinado así. Por tanto, no hay novedad. ‘Nihil novum sub sole’.

2. “Debemos ser más agresivos con el adversario”.
El principal enemigo de un partido no está en el exterior, sino en el interior. Ciudadanos no ha arrebatado votos al PP ni Podemos al PSOE. Ha sido la incompetencia de los viejos lo que ha fortalecido a los nuevos. Han sido las promesas incumplidas, los latrocinios de dinero público en mitad de los recortes, las subidas de impuestos, los desahucios… nada que de lo que no sean responsables, por un motivo u otro, los mismos dirigentes de los dos principales partidos.

3. “España se encuentra una situación límite”.
No, no estamos en ninguna situación en límite. Eso es lo que le gustaría a quien se siente mesías o salvador. Pero, en palabras que le gusta repetir al presidente del Gobierno, España no es Grecia ni Venezuela. Estamos en una situación más difícil que hace diez años, menos que hace dos, pero no insólita ni desesperada. Necesitamos reformas por consenso, no revoluciones por imposición ni por mayorías absolutas, (que por otra parte veo difícil que vuelvan en breve).

4. “La Justicia ha demostrado mi inocencia”.
Aunque los efectos sean parecidos, los políticos deberían entender la diferencia entre ser inocente, no ser culpable y ser responsable de los errores de otros. La opinión pública no siempre perdona cuando la justicia absuelve. Puede ser que no hayas cometido un delito, pero... ¿podías/debías haber evitado que otros lo cometieran? El caso de Camps resulta paradigmático, porque parece imposible entender el estado de descomposición actual del PP sin recordar que él dominó el partido en la Comunidad Valenciana durante ocho largos años.

5. “El partido me necesita”.
Así como Rajoy está convencido de que defraudaría a sus votantes si no se presentase a otra elección, cosa que las encuestas desmienten, Camps afirma que “me obligan a volver” aunque cuando dimitió “no quería saber nada de esto”.
Pues no, nadie reclama la vuelta de Camps ni la permanencia de Rajoy. No veo por ningún lado manifestaciones de apoyo, ni las veré. Ningún partido necesita de personas concretas durante largos periodos, sino de ideas razonables y capacidad para llevarlas a la práctica. EEUU lleva más de medio siglo dominando el mundo aunque cambie de líder cada cuatro u ocho años.

Ni Camps ni Rajoy ni Barberá ni Sáenz de Santamaría ni Esperanza Aguirre han querido entender algo muy sencillo: el Partido que ellos contribuyeron a engrandecer, el mismo y no otro, está perdiendo apoyos día tras día por su culpa. Por sus errores de acción u omisión. Por su falta de empatía con la calle. Por su sordera voluntaria. Ya es hora de que cedan a otros su puesto.

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