Washington.- La Casa Blanca expresó hoy su condena del uso de la violencia en Bahréin para reprimir las protestas que reclaman la democratización del país del golfo Pérsico.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, aseguró que "Estados Unidos cree firmemente que la violencia no es la reacción apropiada" y recordó que los manifestantes "protestan pacíficamente en favor de demandas razonables para que se les implique en el proceso político".
Washington, insistió, defiende el derecho universal a la reunión pacífica y en sus contactos con el Gobierno de Bahréin "seguiremos presionando en favor de ello".
La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, conversó telefónicamente con su par del emirato, jeque Jaled bin Ahmed al Jalifa, para expresarle la opinión estadounidense, recordó Carney.
Los participantes en las manifestaciones que se celebran en Oriente Medio, desde Libia a Bahréin, reclaman una mayor participación en el proceso político, algo que, apuntó el portavoz, "apoyamos".
"Desde hace mucho tiempo llevamos diciendo a los gobernantes de esta región que tienen que anticiparse a las demandas y hacer sus sociedades más abiertas", indicó Carney.
El Gobierno de Bahréin afirmó hoy que el Ejército y la Policía tuvieron que reprimir hoy las protestas que se desarrollan desde el lunes pasado para "preservar la seguridad" y evitar riesgos de divisiones sectarias entre suníes y chiíes.
"Corremos peligro de que haya una polarización entre chiíes y suníes. Es muy peligroso", afirmó al Jalifa, en una rueda de prensa posterior a una reunión extraordinaria de los jefes de la diplomacia de los países del golfo Pérsico.
Al menos seis personas murieron en la violenta represión de las manifestaciones en Manama.
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