El objetivo de los cursos, de tres meses de duración, ha sido aprovechar los beneficios físicos y psicológicos que se consiguen a través del vínculo afectivo con animales, en concreto perros y caballos.
Las terapias asistidas con animales "aumentan la calidad de vida y mejoran tanto la condición física como la psicológica de los que las reciben. Las sesiones están diseñadas y ejecutadas por expertos en terapia con animales en base tanto a objetivos individuales como al trabajo en equipo", han señalado desde la fundación.
Esta iniciativa ha sido impulsada gracias a un convenio de colaboración con el Real Patronato sobre Discapacidad en el marco del proyecto 'Juntos por la Integración: Deporte Adaptado 2016'.
POTENCIAR EL PROCESO TERAPÉUTICO Y EDUCATIVO
Los perros que participan en estas terapias pasan por un proceso de selección previo y reciben preparación especial para servir como complemento de la potenciación de terapias y educación.
"En los últimos años ha aumentado este tipo de terapias que sirven de complemento en los procesos de recuperación y estimulación de personas con discapacidad física, psíquica y sensorial, personas con alteraciones de comportamiento, trastornos afectivos o enfermedades crónicas degenerativas, entre otras".
De esta manera, la relación con el animal fomenta la expresión de sentimientos y la capacidad de comunicación, aumenta la atención, la confianza, la seguridad, potencia actividades motoras, reduce la ansiedad y facilita la empatia.
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