HALLAN UN TUMOR DENTAL EN UN ANTEPASADO DE MAMÍFERO DE HACE 255 MILLONES DE AÑOS

Un equipo de paleontólogos estadounidenses ha encontrado un tumor benigno formado por estructuras en forma de dientes en miniatura en la mandíbula de un pariente extinto de mamífero (un gorgonópsido) que vivió hace 255 millones de años en Tanzania.
Ese tumor es un odontoma compuesto, común en los seres humanos y otros mamíferos actuales. Se trata de una masa de pequeños ‘dientes’ amalgamados junto con tejidos dentales como la dentina y el esmalte, y que crecen dentro de las encías u otros tejidos blandos de la mandíbula y pueden causar dolor e hinchazón, así como interrumpir la posición de los dientes y otros tejidos.
Dado que los odontomas no se metastatizan ni se propagan por todo el cuerpo, se consideran tumores benignos, pero, debido a los trastornos que causan, los cirujanos suelen optar por eliminarlos. Antes del nuevo descubrimiento, la evidencia más temprana conocida de odontomas vino de fósiles de la Edad de Hielo.
Cuando un equipo de paleontólogos de la Universidad de Washington (Estados Unidos) cortó la mandíbula de un gorgonópsido para encontrar posibles características de los actuales mamíferos descubrió más de lo que esperaban, concretamente más dientes.
“Creemos que éste es, por mucho, el caso más antiguo conocido de un odontoma compuesto”, apunta Christian Sidor, profesor de biología de la Universidad de Washington, conservador de paleontología de vertebrados en el Museo Burke de Historia Natural y Cultura, y uno de los autores del estudio, publicado en la revista ‘Journal of the American Medical Association Oncology’.
La criatura estudiada por el equipo de Sidor era un gorgonópsido, un pariente distante del mamífero y el depredador dominante durante la era anterior a los dinosaurios, hace 255 millones de años. Pertenecía a un grupo más grande de animales llamados sinápsidos, que incluye a los mamíferos modernos como su único miembro vivo. Los sinápsidos a veces son llamados ‘reptiles mamíferos’ porque poseían algunas características de los mamíferos, los cuales comenzaron a evolucionar hace unos 100 millones de años.
"La mayoría de los sinapsidos están extinguidos y nosotros, es decir, los mamíferos, somos sus únicos descendientes vivientes", precisa Megan Whitney, autora principal y estudiante de posgrado en biología de la Universidad de Washington, quien apunta: "Para entender cuándo y cómo evolucionaron nuestros rasgos de mamíferos, tenemos que estudiar fósiles de sinápsidos como los gorgonópsidos".
HALLAZGO CASUAL
Los paleontólogos han hallado muchos rasgos de los gorgonópsidos parecidos a los mamíferos. Por ejemplo, tienen dientes diferenciados para propósitos especializados, como los humanos. Pero Whitney comenzó a estudiar dientes gorgonopsianos para ver si tenían otras características de mamíferos.
"La mayoría de los reptiles vivos hoy en día fusionan sus dientes directamente a la mandíbula. Pero los mamíferos no lo hacen: utilizamos tejidos duros pero flexibles para sostener los dientes en los alvéolos y quería saber si lo mismo era cierto para los gorgonopsias", explica.
Un examen puramente externo de fósiles gorgonopsianos no respondería a esta pregunta. Whitney decidió arriesgarse y decidió cortar una mandíbula de gorgonópsido fosilizada mirando las secciones delgadas de la mandíbula y el diente bajo un microscopio para ver cómo el diente estaba ubicado dentro de su alvéolo. Puesto que esta técnica dañaría el fósil, Whitney y Larry Mose, un estudiante de Universidad de Washington que trabajaba con ella, utilizaron una mandíbula inferior gorgonopsiana ‘huérfana’ que Sidor había recogido en la Tanzania meridional.
Mose preparó múltiples rebanadas delgadas de la mandíbula gorgonopsiana -cada una de ellas tan gruesa como una hoja de papel de cuaderno- y las montó en diapositivas. Él y Whitney inmediatamente hallaron casualmente algo inesperado dentro de la mandíbula: incrustados junto a la raíz se encontraban grupos irregulares de hasta ocho diminutos objetos redondos.
Con mayores aumentos bajo un microscopio, Whitney descubrió que los objetos dentro de cada grupo se parecían a dientes pequeños y mal diferenciados que incluso albergaban distintas capas de dentina y esmalte. "Al principio no sabíamos qué hacer. Pero después de alguna investigación nos dimos cuenta de que este gorgonópsido tenía lo que parece un odontoma compuesto de manual", explica.
Con un fósil de hace 255 millones de años, se trata de la evidencia más antigua documentada en un odontoma y posiblemente del primer caso en un animal no mamífero. Según Sidor, se han reportado odontomas en muestras arqueológicas y en mamuts fosilizados y ciervos, pero todos esos casos se remontan al último millón de años. Puesto que el sinápsido analizado tenía un odontoma, indicaría que esta condición típica del mamífero existía antes de que los primeros mamíferos hubieran evolucionado.
"Este descubrimiento demuestra cómo el registro fósil puede decirnos mucho sobre nuestras vidas actuales, incluso las enfermedades o patologías que forman parte de nuestro patrimonio como mamíferos", concluye Sidor.

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