Una flor de fuego que se abre y se repliega sobre sí misma. Las imágenes captadas por el Solar Dynamics Observatory (SDO) de la NASA muestran la espectacular erupción solar que tuvo lugar el pasado martes y que ha asombrado a los astrónomos que observan nuestra estrella desde hace décadas. "Nunca antes había visto algo como esto", asegura el físico de la NASA Jack Ireland.
Por seguir con la metáfora botánica, los pétalos de esta flor estaban a una temperatura de 80.000 grados centígrados y sus partículas se desplazaban a unos 1.400 kilómetros por segundo. A pesar de todo, se trata de una erupción de tamaño medio y liberó unos niveles de energía bastante moderados en comparación con erupciones anteriores. De hecho, las imágenes en ultravioleta muestran que la explosión contiene grandes cantidades de material "frío", algo "único de alguna manera", según la NASA.
"La parte inusual de este evento", asegura Ireland, "es que un montón de material cayó e interactuó con la superficie del sol de una manera espectacular. No solemos ver cosas así con tanto detalle".
Debido a la orientación y a la propia naturaleza de la explosión, los efectos sobre la Tierra no tienen por qué ser especialmente notables, según los expertos. Las partículas llegarán a nuestro planeta en las próximas horas y no se espera nada más allá de unas cuentas auroras boreales extra como consecuencia de la erupción.Fuente: NASA
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