El recóndito cine kajazo pone cerco al Oso en la recta final de la Berlinale

  • Un cineasta debutante Emir Baigazin, al frente del primer filme de Kazajistán a competición en la Berlinale, le puso cerco hoy a los Osos, en la penúltima jornada del festival con una historia de trama hermética y planos de belleza impactante.

Gemma Casadevall

Berlín, 14 feb.- Un cineasta debutante Emir Baigazin, al frente del primer filme de Kazajistán a competición en la Berlinale, le puso cerco hoy a los Osos, en la penúltima jornada del festival con una historia de trama hermética y planos de belleza impactante.

"Uroki Garmonii" (Harmony Lessons), un filme que discurre en una recóndita escuela rural kazaja y que arranca del degüelle y destripe de una oveja por el muchacho protagonista -Aslan Anarbayev-, colocó la pieza que faltaba en una Berlinale ansiosa por revelar talentos.

Aslan es un chico aplicado, que aplica lo que aprende en las clases de Física y Química en construir minisillas eléctricas para las cucarachas de su casa o pistolas de madera, que disparan fuego real, pensando en los matones que le extorsionan en la escuela.

No es un chico cruel, sino alguien que busca la precisión en cada gesto y que, puestos a sacrificar la oveja para su abuela, lo hace hasta con amor y procurándole el menor dolor posible.

Su único amigo en la escuela es un muchacho llegado de la ciudad, que se rebela contra los matones, y la chica que la gusta una musulmana con el pañuelo islámico, que a su manera también marca las diferencias frente a la ley marcial imperante en el colegio.

Baizagin, con menos de 30 años, representó eso que un festival como la Berlinale necesita aportar cada año, un lenguaje cinematográfico nuevo, que se plasmó escena a escena con un trabajo de cámara sensacional -a cargo de Aziz Zhambakiyev-.

La trama, que deriva en cortos procesos policiales en medio de crímenes escolares y torturas en oscuros calabozos, tiene sus lagunas, a lo que se suma algún detalle que chirría en el contexto del Kazajistán rural, como la maestra con apariencia de secretaria de alto standing en Wall Street.

Sin embargo, tuvo una entre cálida y entusiasta acogida en el pase para la prensa y el director del festival, Dieter Kosslick, la había colocado entre sus "filmes destacados" al presentar programa.

El realizador kajazo acudía a la Berlinale, además, arropado por las ayudas del World Cinema Fund, las subvenciones creadas por ese festival en apoyo del cine periférico y cantera de muy buenos títulos que luego pasaron a luchar por los Osos.

A falta de dos filmes a concurso -"Elle s'en va", con Catherine Deneuve y "Nobody's Daughter Haeven", del coreano Hong Sangsoo-, las valoraciones de la crítica internacional, reflejadas en la revista "Screen" de la Berlinale, apuntaban a "Gloria" como clara favorita.

La película del chileno Sebastián Leilo cautivó con su potente retrato de una mujer sin complejos que toma las riendas de su vida, mientras que la clasificación de la crítica alemana -del diario berlinés "Der Tagesspiegel" se decanta por "Pardé", de Jafar Panahi.

El jurado que lidera el realizador Wong Kar Wai tiene sus propias reglas del juego y podría optar por buscar su propio héroe.

El filme kajazo fue el único a competición en esta jornada, cuya sección oficial completó, con carácter de exhibición, "Dark Blood".

Se trata del último film rodado por el actor River Phoenix, quien falleció diez días antes de completar su trabajo, en 1993, por una sobredosis de barbitúricos.

El director, el holandés George Sluizer, completó ahora esa película, centrada en un matrimonio de actores -Judy Davis y Jonathan Price- cuyo Bentley queda averiado en medio del desierto de Estados Unidos.

Phoenix, un joven de sangre india que vive solo en su cabaña, será su ayuda o su condena, según se vea, ya que en paralelo al juego de seducción con la atractiva esposa se genera la inevitable rivalidad con el marido.

Sluizer rellenó las escenas inconclusas con su propia voz, relatando lo que habríamos visto, de no haber muerto el actor.

Veinte años después de la trágica muerte del actor, al que ahora se ve -como suele ocurrir con los fallecimientos prematuros de astros- como un sucesor de James Dean, la proyección de "Dark Blood" tenía carácter de homenaje a Phoenix.

El otro homenajeado de la jornada fue el documentalista francés Claude Lanzmann, Oso de Oro honorífico de esta 63 edición de la Berlinale, por su documental "Shoah" sobre el genocidio contra los judíos europeos.

Mostrar comentarios